Jerusalén: Explanada de las Mezquitas, Monte de los Olivos y Monte Sion (día 3: 18-7-22, lunes)
Antes de empezar con nuestra visita, vamos a dar un poco de información sobre Jerusalén y la Ciudad Vieja.
JERUSALÉN
Levantada hace más de cinco mil años a medio camino entre Oriente y Occidente, Jerusalén ha sido y será una de las ciudades más apasionantes del mundo, con una historia que atrapa y un patrimonio que le ha llevado a convertirse en Ciudad Santa para las tres principales religiones monoteístas del mundo.
Paseando por la Ciudad Vieja es posible ver iglesias, mezquitas y sinagogas repartidas por los cuatro barrios de Jerusalén. Jerusalén ha sido bautizada como la ciudad tres veces santa. Según la tradición cristiana, Jerusalén fue el escenario de la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús. Para los musulmanes, fue aquí donde Mahoma ascendió a los cielos desde la majestuosa Cúpula de la Roca. Por su parte, los judíos veneran la Ciudad Santa por albergar el vestigio más importante del histórico Templo de Salomón: el Muro de las Lamentaciones.
¿Por dónde empezar? El Muro de las Lamentaciones, la Cúpula de la Roca y el Santo Sepulcro son el triángulo de oro del patrimonio de Jerusalén. Después de estas joyas de la historia del arte, la abarrotada Vía Dolorosa o el sagrado Monte de los Olivos continúan la lista de monumentos imprescindibles.
Además, Jerusalén es el punto de partida de infinitas excursiones a ciudades cercanas, como Belén, Nazaret, Masada o el Mar Muerto.
LA CIUDAD VIEJA
Una de las mayores ventajas de Jerusalén es que concentra casi todos sus atractivos en un área de 1 kilómetro cuadrado protegido por murallas: la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Cuando Jerusalén fue ganando importancia en todo Oriente Medio, el sultán Solimán el Magnífico decidió proteger el perímetro de la ciudad con las murallas que vemos hoy en día, levantadas en 1538.
Pasear por la Ciudad Vieja de Jerusalén es una atracción en sí misma. Otro de los atractivos de la Ciudad Vieja son las puertas de acceso, cada una con una historia particular.
PUERTAS DE LA CIUDAD VIEJA
La Ciudad Vieja de Jerusalén está protegida con ocho puertas, en cuyos nombres se escribe la historia de Jerusalén. Es otra de las atracciones que hay que visitar y que, poco a poco, nos íbamos encontrando.
La Ciudad Vieja de Jerusalén ha estado protegida por férreas murallas desde hace más de dos mil años. Aunque la muralla de hoy en día data del siglo XVI, la reconstrucción mantuvo las ocho puertas que históricamente han permitido el acceso a la Ciudad Vieja.
Con 12 metros de altura, 4,5 kilómetros de extensión y 34 torres de vigilancia, la muralla de Jerusalén protege la Ciudad Vieja. Estas son las ocho puertas de la Ciudad Vieja:
- Puerta de Jaffra: Es la más famosa y la única entrada a la Ciudad Vieja en la parte oeste de la muralla. Antiguamente marcaba el camino hacia esta ciudad portuaria y hoy da acceso al zoco árabe del barrio musulmán. Esta la vimos en el Free Tour, pues era el punto de encuentro.
- Puerta de Sión: frente al Monte Sión, es una de las puertas del sur de la muralla. Se trata de una entrada muy venerada por los musulmanes, que la llaman Puerta de David, ya que creen que la tumba del profeta se encuentra muy cerca. Permite el acceso a los barrios judío y armenio. Esta la vimos cuando fuimos a la Tumba del Rey David.
- Puerta del Estiércol, Puerta de las Basuras o Puerta de los Desperdicios: la puerta por donde salían todos los residuos de Jerusalén. Después de Jaffa, es una de las puertas más transitadas, ya que comunica directamente con el Muro de las Lamentaciones y la Explanada de las Mezquitas. Esta la vimos cuando entramos en la pasarela del Muro.
- Puerta Dorada: es la más antigua y la única que está tapiada. La puerta es original del siglo V y permaneció en uso hasta 1541, cuando el sultán Solimán el Magnífico ordenó cerrarla. Según la tradición judía, la Puerta Dorada solo se abrirá cuando llegue el Mesías, que entrará en Jerusalén atravesando esta puerta. Está se ve dentro de la Explanada de las Mezquitas.
- Puerta de los Leones: Recibe este nombre por las parejas de felinos que flanquean los laterales de la puerta. Está justo enfrente del Monte de los Olivos y es la principal puerta para acceder a la muralla desde el este de la ciudad. Marca el inicio de la Vía Dolorosa, por lo que muchos fieles comienzan aquí su ruta siguiendo la Pasión de Cristo. Esta la vimos al acabar la visita de la Explanada, por aquí salimos.
- Puerta de Herodes: Es baja y estrecha y es el principal acceso al barrio musulmán. También se la conoce como Puerta de las Flores, por los motivos florales que decoran la parte superior de la torre. Justo por esta puerta se llegaba a la casa del rey Herodes, donde Jesús fue enviado por Poncio Pilato. Hoy en día es una zona bastante animada, con puestos de fruta a la entrada y grupos de musulmanes entrando en dirección a la mezquita. Esta la vimos cuando llegábamos al apartamento el primer día.
- Puerta de Damasco: Es la más grande y durante milenios recibió a peregrinos y comerciantes llegados de Siria. Se reconstruyó en el siglo XVI sobre los yacimientos de una antigua puerta levantada por Adriano en el siglo II. Se encuentra en el norte de la muralla y da acceso al zoco del barrio musulmán. Es justo la que tenemos al lado del apartamento. Hay muchos alojamientos en esta zona.
- Puerta Nueva: Tanto su nombre como su aspecto dejan claro que la Puerta Nueva no formaba parte de la histórica muralla de Jerusalén. Construida en 1887, esta puerta fue diseñada por el Imperio Otomano para permitir el acceso al barrio cristiano. Se encuentra en la parte noroeste de la muralla, pero no forma parte de ella. Su estilo es más austero que el resto. Esta la vemos con la ruta del tranvía.
CÚPULA DE LA ROCA Y EXPLANADA DE LAS MEZQUITAS
Horario: sólo se puede visitar 1 hora al mediodía y 2 horas temprano por la mañana, así que informarse de los horarios en cada temporada. Nosotros pensábamos que abrían de 8.30 a 10.30h pero en el free tour nos dijo que empezaban a las 7.30h, así que fuimos antes y fue un acierto. Había muy poca gente delante nuestro haciendo cola para entrar.
Como acceder:
- La Explanada de las Mezquitas tiene 9 puertas por las que se puede salir, pero no entrar. Aunque los musulmanes pueden acceder por todas las entradas, el resto de los visitantes tienen que hacerlo por una gran pasarela de madera.
- Dejando atrás el Muro de las Lamentaciones en dirección a la Puerta del Estiércol o Puerta Dung se encuentra el control se seguridad, donde os pedirán el pasaporte y pasaréis un escáner de metales. A nosotros no nos pidieron nada. Al pasar el control, llegaréis a la famosa pasarela de madera, que ofrece unas vistas espectaculares del Muro y del ajetreo propio de la plaza desde lo alto.
- Una vez entréis en el recinto del Monte del Templo, unos vigilantes os indicarán que debéis llevar manga larga y falda o pantalón largo. No hace falta cubrirse la cabeza con un pañuelo para visitar la Explanada de las Mezquitas, pero es recomendable cubrirse los hombros en señal de respeto.
- La Explanada de las Mezquitas tiene horarios restringidos para los visitantes no musulmanes, por lo que son normales las aglomeraciones en dichas horas. Ir a primera hora de la mañana, para evitar colas, o llegar con bastante tiempo de antelación.
Dos de las religiones más importantes del mundo, el islam y el judaísmo, consideran la Explanada de las Mezquitas como el centro del mundo, el lugar donde todo comenzó. Estas dos religiones coinciden en señalar una gran roca que sobresalía del Monte Moriah como la Piedra Fundacional.
Se trata de una roca doblemente sagrada para los musulmanes, pues afirman que fue allí donde Abraham se dispuso a sacrificar a su hijo y donde Mahoma ascendió a los cielos. Para los judíos, en cambio, la importancia de la piedra reside en que señala el lugar elegido por el rey Salomón para construir el Primer Templo, que guardaba la venerada Arca de la Alianza.
La Cúpula está situada dentro del recinto del Monte del Templo o Explanada de las mezquitas, donde también se encuentra la Mezquita de Al-Aqsa. Hoy en día, la Piedra Fundacional permanece en el interior de la Cúpula de la Roca. Según el Corán, aquí rezó Mahoma antes de ascender a los cielos, por lo que es una cúpula muy querida por los fieles.
Una gran escalera con arcos es la encargada de recibir a los visitantes al Monte del Templo. Según la leyenda, las almas de los muertos en el Juicio Final serán colgadas de estos arcos.
Desde el recinto se tienen buenas vistas al Monte de los Olivos. Se puede salir por otra puerta. Nosotros salimos por la Puerta de los Leones, para seguir la visita hacia el Monte de los Olivos.
Mezquita Al-Aqsa
Después de la Cúpula de la Roca, el monumento más importante que ver en el Monte del Templo es la Mezquita Al-Aqsa, construida en el siglo VIII sobre las ruinas del Primer Templo de Jerusalén. Su nombre significa “la mezquita lejana” y es la más grande de la Ciudad Santa, con capacidad para 5.000 fieles.
Sólo pueden acceder los musulmanes.
Cúpula de la Roca
Prohibido la entrada a no musulmanes.
Su impresionante cúpula dorada se ha convertido en todo un símbolo de la historia Jerusalén y es visible desde muchos puntos del exterior de las murallas y miradores como el Monte de los Olivos y el Gallicantu.
También conocida como Dome of the Rock o Mezquita de Umar, la Cúpula de la Roca es uno de los monumentos más importantes de Jerusalén y sin duda el más llamativo de toda la Ciudad Vieja.
Entre los años 687 y 691, el califa Abd al-Malik construyó un gran templo en la zona este de Jerusalén para proteger la Piedra Fundacional. Según la tradición musulmana, esta roca fue el lugar donde Mahoma ascendió a los cielos, por lo que se trata del tercer lugar más sagrado del mundo para el islam, después de La Meca y Medina.
La cúpula de la mezquita se cubrió de oro, pero más tarde tuvo que ser retirado para hacer frente a las deudas del califa. Varios siglos después, la Cúpula de la Roca volvió a relucir y a cubrirse de oro.
Nosotros estuvimos un rato paseando por aquí. A la Mezquita no podemos entrar. Desde las ventanas de la muralla se ve el cementerio y todo el monte de los olivos, también hay el jardín con olivos y la Cúpula, que es una pasada, a pesar de no poder entrar. Había muy poca gente y nos lo tomamos con tranquilidad.
También aquí dentro pudimos ver la Puerta Dorada, que es la única que está cerrada. Y buscamos la Puerta de los Leones para poder salir. Justó aquí al lado está la Iglesia de Santa Ana, que está en la Via Dolorosa y que no habíamos visto.
Estaban haciendo misa y estaba muy ambientada, con música y cánticos. Nos ha gustado mucho esta visita.
La Iglesia de Santa Ana
En el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén se encuentra la Iglesia de Santa Ana, del siglo XII que da comienzo a la Vía Dolorosa, a muy pocos metros de la Puerta de los Leones. Según la tradición cristiana, aquí nació la Virgen. La Biblia señala que Ana y Joaquín, los padres de María, vivían en una casa junto a la Piscina de Bethesda, de la que hoy se preservan restos arqueológicos.
La Iglesia de Santa Ana se levanta sobre un antiguo templo cristiano destruido por los persas en el año 614. En el siglo XII, cuando los cruzados llegaron a Jerusalén, levantaron aquí una gran basílica de estilo románico considerado uno de los mejores ejemplos de arquitectura medieval de la Ciudad Santa.
El interior de la Iglesia de Santa Ana es bastante sencillo y carece de decoración. Sin embargo, se trata de un lugar sagrado para los cristianos por un doble motivo: el nacimiento de la Virgen María y el milagro de la curación del paralítico.
Después de ver la Iglesia de Santa Ana, salimos por la puerta de los Leones hacia el Monte de los Olivos. Hasta las primeras visitas había muy poco tramo, como medio quilómetro, de bajada, se llega en seguida y se ven las iglesias muy rápido. El paseo es muy agradable, a mí me gustó mucho cómo hicimos nosotros esta excursión. Para mi merece mucho la pena hacerla andando y tampoco me pareció muy dura.
MONTE DE LOS OLIVOS
Si hay un testigo impasible de la historia de Jerusalén ese es sin duda el Monte de los Olivos, protagonista de varios pasajes de la Biblia, escenario de guerras con los árabes y el lugar sagrado de enterramiento para los judíos.
Varios pasajes de las sagradas escrituras relatan la última oración de Cristo, la detención del Mesías o sus sermones a los discípulos, todo ello con el histórico Monte de los Olivos como telón de fondo. Es el lugar más sagrado de Jerusalén, después de la Ciudad Antigua.
Dada la sacralidad del lugar, el Monte de los Olivos de Jerusalén está salpicado de iglesias que recuerdan todos estos pasajes: la Gruta de Getsemaní, donde Judas entregó a Jesús; el Sepulcro de María, donde fue enterrada la Virgen; la Iglesia de María Magdalena, famosa por sus torres doradas; y la Basílica de Getsemaní, la más venerada por representar el lugar donde Jesús rezó por última vez.
Lo primero que te encuentras es la Gruta de Getsemaní y el Sepulcro de María. Son pequeñas y curiosas, así en clavadas en la roca. No había nadie. Cuando nos fuimos, llegaba un grupo con guía. Son visitas que se hacen muy rápido.
Gruta de Getsemaní
Está al pie del Monte de los Olivos, custodiada por la orden franciscana desde el año 1361. Según la tradición iniciada desde el S IV dC, en este lugar fue traicionado Jesús por Judas y luego fue arrestado. Se sabe que en la antigüedad se hacían labores agrícolas como el prensado de las olivas, de donde sale el nombre de Getsemaní, que en arameo se traduce como prensa de aceite.
La roca del techo de la Gruta de Getsemaní aún conserva algunos de los frescos de la época de los Cruzados, en los que se ilustra a Jesús y sus apóstoles.
El sepulcro de María
Junto a la gruta de Getsemaní está otra antigua iglesia donde se halla el sepulcro de María. Bajando por los 48 escalones desde la entrada del templo se llega a una cripta de tres cámaras. En una de ellas parece que está el sepulcro de María.
El sepulcro está aislado con cristal en el interior de la cripta. Numerosos cuadros alusivos a la muerte o dormición de María adornan las paredes de la cripta.
Basílica de Getsemaní o Iglesia de las Naciones o Iglesia de la Agonía
Horario: Todos los días de 8:30 a 12:00 horas y de 14:00 a 18:00 horas.
A muy pocos metros ya encontramos esta basílica, que era nuestro siguiente destino. También estuvo muy bien la visita.
Su colorida fachada se ve desde las afueras de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Este bonito templo fue construido a principios del siglo XX sobre los restos de una basílica bizantina del siglo IV y una capilla cruzada del siglo XII. El resultado fue un majestuoso templo de tres naves y doce cúpulas que señala el lugar donde, según la Biblia, Jesucristo oró la noche de su detención, sobre una roca.
Hoy en día, sobre la conocida como Roca de la Agonía se levanta una elegante iglesia neobizantina: la Basílica de Getsemaní. Esta gran roca preside el altar de la basílica y está rodeada por una corona de espinas de hierro. Cada día, miles de peregrinos se arrodillan para orar en la piedra sagrada y recordar la escena que protagonizó Jesús, y que aparece representada en el mosaico superior del altar.
Sin duda la parte más llamativa de la iglesia de Getsemaní es su fachada. La portada del templo presenta tres arcos sobre tres bloques de pilares rematados por un gran mosaico de vivos colores. Sobre fondo dorado se representa a Jesucristo como la unión del Cielo y la Tierra.
El interior de la Basílica de Getsemaní destaca por las doce bóvedas pintadas de azul y salpicadas de astros, que simulan una gran noche estrellada. En las bóvedas aparecen representadas los emblemas de los países que donaron fondos para la construcción de la basílica, también conocida por ello como Iglesia de las Naciones.
El jardín o Huerto de Getsemaní es otro de los lugares que visitar aquí, está justo al lado de la basílica. Es una superficie que alberga ocho olivos de tiempos de Cristo. Los olivos milenarios se distinguen por el grosor de su tronco.
Y ahora nos tocaba encarar la cuesta que habíamos visto desde la Puerta de los Leones, una subida muy pronunciada en desnivel, que son unos 700m y con un desnivel, según busqué en Google Maps, de 100 m. La hicimos con pleno sol del día pero se hizo muy llevadero. Evidentemente llevábamos agua y hay algunos árboles con lo que te puedes parar a la sombra a recuperar fuerzas. No fue para tanto… Y ya llegábamos al punto más lejano de la visita, la capilla de la Ascensión.
La capilla de la Ascensión
Está en la cima del Monte de los Olivos, en medio de uno de los barrios árabes, es una capilla en forma de mezquita desde donde se cree que Jesús ascendió al cielo.
Un excelente mirador
Y desde aquí arriba hay unas vistas fantásticas de toda la ciudad. También se ven los cementerios, sobre todo el judío, que impresiona por su extensión. Esta es otra de las ventajas de subir al Monte de los Olivos, las excelentes vistas que ofrece. Frente al hotel Seven Arches se encuentra el mirador que regala una panorámica única de la ciudad amurallada, la Ciudad de David y el Valle del Cedrón.
El Monte de los Olivos está justo frente a la Puerta Dorada, por lo que las vistas de la Explanada de las Mezquitas y de la Cúpula de la Roca son espectaculares. Recomendaban ir al atardecer, para la puesta de sol, pero en el horario que nosotros fuimos también fue ideal.
El cementerio judío
Sin duda la parte más llamativa del Monte de los Olivos es el histórico cementerio judío que cubre parte de su ladera. Con más de tres mil años y 150.000 tumbas, se trata del cementerio más antiguo del mundo.
El cementerio está abierto a los visitantes y es una de las visitas más interesantes de Jerusalén. Recibir sepultura en el cementerio del Monte de los Olivos de Jerusalén es considerado todo un privilegio para los judíos. Según la profecía, cuando llegue el Mesías resucitará a los muertos empezando por el Monte de los Olivos.
Nuestro siguiente destino era la tumba del Rey David, así que en Maps Me le pusimos la ruta andando y nos daba una calle que acabó pasando por entre medio del cementerio y fue brutal. De hecho, veíamos un señor que entraba al cementerio por una puerta, y por allí acabamos saliendo nosotros. El calor empezaba a apretar y teníamos una buena cuesta para llegar al Monte Sión, unos 20 minutos cuesta arriba y sin sombra, así que hicimos una parada técnica debajo de un olivo, al salir del cementerio, para reponer fuerzas. Allí cuando estás en una sombra, la temperatura es muy agradable. Así que este parón estuvo genial porque cargamos pilas.
Cuando llegamos al final del camino fuimos a parar a la puerta de los Desperdicios, que habíamos visto esta mañana de lejos cuando hacíamos cola para entrar a la pasarela. A medida que vamos subiendo también tenemos unas vistas de todo el cementerio increíbles, incluso mejor que desde la Explanada de las Mezquitas porque queda justo en frente, a la misma altura.
Seguimos bordeando la muralla y subiendo y vamos a parar a la puerta Sión. Justo aquí al lado tenemos la Abadía de la Dormición y la Tumba del Rey David y, al otro lado de la puerta, el barrio armenio.
VISITAS EN EL MONTE SIÓN
Tumba del Rey David
A las afueras de la Ciudad Vieja, junto al Monte Sión, se encuentra un lugar sagrado para judíos, cristianos y musulmanes: la tumba del Rey David. Las tradiciones de estas tres religiones monoteístas se entrelazan en torno a la figura del Rey David, fundador de Israel, profeta del islam y antepasado de Jesús.
La tumba de David no solo alberga el sepulcro del histórico rey de Israel, sino también el Cenáculo de Jerusalén, la sala donde se celebró la última cena de Jesús con sus discípulos.
El templo que guarda el sepulcro fue en su origen una humilde iglesia bizantina, utilizada por monjes franciscanos que fueron expulsados por los musulmanes en el siglo XVI. La iglesia se convirtió así en una mezquita dedicada al Rey David. Hoy en día, y tras la reforma de los cruzados, la sala de la tumba funciona como sinagoga, pero acoge a fieles de estas tres religiones.
Aunque los historiadores siguen buscando la tumba del rey guerrero, las escrituras religiosas y la tradición han convertido este lugar en la tumba de David desde siglo X. La sala dispone de dos zonas de oración diferenciadas para hombres y mujeres, como marca la tradición judía. El sarcófago de David está cubierto por una túnica azul con inscripciones en hebreo.
El Cenáculo
En el piso superior del edificio está la sala donde se celebró la última cena: el Cenáculo. Según la tradición cristiana, fue en este lugar cerca del Monte Sión donde Jesucristo celebró la Eucaristía y cenó con sus doce discípulos antes de que los romanos lo arrestaran.
El Cenáculo es un enorme salón abovedado sin apenas decoración. La única ornamentación visible son las inscripciones árabes de las ventanas y un Mihrab o altar musulmán orientado a la Meca.
Lo que en el siglo XV llegó a ser una importante mezquita hoy en día es un lugar sagrado para los peregrinos cristianos, que acuden a rezar al lugar donde tuvo lugar la última cena y el Pentecostés.
Abadía de la Dormición o Abadía de Hagia Maria
Llegamos a la puerta, pero estaba cerrado porque estaban haciendo obras y no lo pudimos ver.
La Abadía de la Dormición es el lugar donde la Virgen María cayó en el sueño eterno. Aunque la Abadía de la Dormición de Jerusalén que vemos hoy en día se construyó hace menos de cien años, la historia de este templo donde, según la Biblia, María cayó en su sueño eterno, se remonta a los tiempos de Cristo.
La basílica actual fue construida por la Orden Benedictina en 1898. El edificio de estilo neo-romano recuerda a una fortaleza y destaca por su techo en forma de cono protegido por cuatro torres laterales.
La cripta de la Dormición destaca por su sencilla decoración. A los murales que rodean a la Virgen se suman un órgano y varios altares.
Así que con esto terminamos las visitas en el Monte Sión. Fuimos de nuevo a la Puerta Sión y, cruzándola, ya estábamos en el barrio armenio. Ayer nos quedó pendiente visitar el Santo Sepulcro, así que vamos a intentarlo de nuevo. Hoy había menos cola que ayer, pero como no estaban pausadas la visitas, iba moviéndose. Yo creo que habremos estado unos 20 minutos.
Como el espacio es reducido, te dejan entrar en grupos de 4 o 6 personas y hemos tenido un incidente por el tema de vestimenta. Un señor delante nuestro, que iba con bermudas, estaba poniéndose un pañuelo a modo de falda. Y a nosotros también nos puso pegas, pues también llevaba bermudas y se las baja que le cubran las rodillas y le dice que tampoco, que así no entra, así que entro yo. A la salida, me quito el jersey que llevaba para cubrirme los hombros, y que tenía cuello barca, y se lo pongo en las piernas, sobre las bermudas, a partir de las rodillas y le llegaba hasta los tobillos y va y le dice el “portero” que tampoco!!! Pues esta vez fue que sí y entró, a pesar del refunfuñar del “portero”.
Pues nada, prueba superada y ya con el mosqueo hizo alguna foto y todo, a pesar de que no dejaban.
Ha estado super bien hoy la visita. Nos ha dado tiempo de hacerlo todo. Al ir tempranito, apenas hemos encontrado gente en ningún sitio. Cuando nosotros nos íbamos de los sitios, la gente llegaba. Hemos podido ver también el Sepulcro que teníamos pendiente y paseado por el zoco. Y eso que nos hemos liado y nos ha costado encontrarlo. Y a las 16h estábamos ya en el apartamento para descansar un rato y ducha.
Luego más tarde iremos a ver el mercado de Yehuda, dando un paseo, pues lo tenemos a una media hora andando. Y allí será donde cenaremos.
EL MERCADO MAHANE YEHUDA
Horario: De domingo a jueves: de 8:00 a 19:00 horas. Viernes: de 8:00 a 15:00 horas. Sábado: cerrado.
El Mercado Mahane Yehuda, o shuk en hebreo, es una de las principales atracciones de Jerusalén, tanto para los turistas como para la gente local. Los orígenes de este histórico mercado de Jerusalén se remontan a los tiempos de dominio otomano, cuando varios comerciantes árabes formaron un pequeño bazar en la calle Jaffa.
Hoy en día, el Mercado ha logrado mantener el encanto y parte de la apariencia que lucía entonces. Este es el mejor lugar de la ciudad donde comprar comida fresca. Los más de 250 puestos del mercado venden, en su mayoría, fruta, carne y pescado del día. Gracias a las diferentes culturas de los vendedores del mercado, podréis comprar dulces iraquíes, pan yemení, delicias turcas, kibbe sirio… Callejeando por el mercado también encontraréis artículos para el hogar, sábanas, vino, calzado, flores y muchos otros objetos.
Tras dar una vuelta por el mercado, siempre gusta ver el ambiente a través de los mercados, hemos buscado un sitio para cenar. No es fácil con el idioma que tienen y con nuestro nivel de inglés oxidado. Además, los chiringuitos son muy pequeños y enseguida se llenan. Pero al final hemos encontrado un sitio donde hemos comido alitas y un bocata por 129 ILS.
En el paseo de vuelta hemos ido a parar a la zona del tranvía, por el ayuntamiento, que nos ha gustado mucho más. Hay muchas terrazas con todo tipo de restaurantes y alternativas para tentempié, heladerías, etc. y muchísimo ambiente. Había algún músico callejero y la gente muy animada cantando y bailando. Además, hay varios pianos en la ciudad y es fácil que encuentre gente tocando y que se añada la gente a bailar. El contraste con la Ciudad Vieja es brutal y se agradece.
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