Castillo de Peles y concierto en el Ateneo Rumano de Bucarest (Día 9: 28 de marzo de 2024, jueves)

Hoy no hemos madrugado, ya que el castillo de Peles lo tenemos a 10’ en coche. El día empezó lluvioso, así que pusimos rumbo al aparcamiento más cerca del castillo, que hoy habría a las 9.15h, y que indicaba 20 lei, tarifa única, pero no había nadie y estaba abierto. Nosotros no pagamos, tampoco cuando volvimos porque el vigilante estaba en un rincón, la ventanilla seguía cerrada, y nos vino a buscar cuando ya estábamos saliendo.

Castillo de Peles

Hay un paseo hasta el castillo, entre medio de bosques frondosos y preciosos palacetes. Éramos los primeros en llegar al castillo, que no había abierto aún la taquilla, así que aprovechamos para ver los jardines.

  • Precio: Basic tour, planta 1a = 50 lei; Optional tour I, añade 2ª planta = 100 lei; Optional tour II, añade 3ª planta = 150 lei No encontré nadie que hubiera visto la 3ª planta, para ver alguna foto, así que nosotros cogimos el tour opcional I, o sea vimos 2 plantas
  • Precio: Pelisor castillo = 30 lei
  • Duración visita: 45’ por planta
  • Compra de entradas por internet aquí. Nosotros las compramos a nuestra llegada, viendo que el día antes en Bran casi no había gente.
  • Horario de Peles y Pelisor de octubre a mitad de mayo: lunes y martes cerrado; miércoles de 10 a 16.15h, última entrada básica (14.45h ultima entrada tour II y 15.30 última entrada tour I) 7h; de jueves a domingo de 9.15h a 16.15h última entrada básica.
  • No hay que pagar para hacer fotos dentro.

El Castillo de Peles es un impresionante castillo construido a finales del siglo XIX como residencia de verano del rey Carlos I de Rumania, que quería recrear las montañas bávaras de Alemania, de donde es originario.

La arquitectura del castillo es una mezcla de varios estilos, incluidos el gótico, el barroco y el renacentista. Su exterior está adornado con marcos de madera, tallas y motivos decorativos que se asemejan a esos hermosos castillos que se ven en Alemania y Austria. Está rodeado de jardines y parques, fuentes y esculturas, aunque algunas zonas están en restauración.

Se le encargó la obra al arquitecto Karel Liman, quien inició las obras en torno a 1873. Cuarenta años más tarde se dio por terminada la ejecución de uno de los castillos más adelantados a su época, ya que tenía ascensores, calefacción central, electricidad, línea de teléfono, saneamiento, y una cúpula de vidrio motorizada que se recogía para contemplar las estrellas…

El Castillo de Peles es el segundo lugar más visitado de Rumanía, por detrás del Castillo de Bran. Si el castillo se ve increíble desde fuera, aún lo es más por dentro. Tiene más de 170 habitaciones, cada una con su propio estilo y carácter únicos. Algunas de las habitaciones están lujosamente decoradas con esculturas de madera, adornos y muebles con una artesanía increíble.

Las salas más impresionantes incluyen la Gran Armería, con una extensa colección de armas medievales; la Sala de Música con su impresionante pintura en el techo; la Sala Florentina con sus exquisitas decoraciones del Renacimiento italiano y la Suite Imperial que fue utilizada por el Rey Carol I y su esposa la reina Isabel. Se te van los ojos a todas las esquinas y detalles. Hay decoración en paredes, techos, suelos… Cuero de Córdoba, cristal de Murano, tallas de nogal alemanas, espejos de Venecia, tapices de Turquí, mobiliario de Marrakech, China…

En el tour por la primera planta  se ven las dependencias privadas del Apartamento Real, así como las habitaciones, salas de desayuno o aseos destinados a los invitados, no por ello menos sofisticados.

Durante la visita por las diferentes salas, hay carteles con la información de cada zona por las que vamos pasando. Nosotros tardamos un par de horas en la visita, incluyendo los jardines.

El tour básico es el más espectacular. Cada estancia tiene su propia decoración.

La entrada se realiza subiendo la elegante escalinata hasta el Salón de Honor, uno de los lugares más bonitos. Las paredes están completamente decoradas con madera de nogal. El techo, a 16m de altura, está formado por paneles de vidrio retráctiles que podían apartarse para ver el cielo en verano.

La siguiente estancia es el Salón de Armas, con una colección de objetos bélicos y artículos de caza de unas 4.000 piezas, en su mayoría de los siglos XV al XVII. Sobresalen una armadura ecuestre completa del s.XVI y una gran espada de decapitación alemana del s.XV, sobre la chimenea.

El recorrido sigue por la Oficina del rey Carlos I y la Biblioteca Real, dos espacios completamente decorados con madera de roble.

A continuación se atraviesa la Vieja Sala de Música, con instrumentos de época; luego el Salón florentino, donde destaca una gran chimenea de mármol; y se sigue por el Comedor, uno de los espacios más impactantes del castillo. La mesa central, de nogal y fresno, tiene capacidad para 36 personas. Toda la sala está sobriamente decorada al estilo renacentista alemán y la luz entra por unos bellos vitrales con temáticas relacionadas con la mitología germánica.

En el tramo final de esta parte de la visita se llega a las dos salas más exóticas: la Sala Árabe y la Sala Turca. La última sala del tour básico es la Sala de Teatro.

En este punto termina el tour básico y solo pueden continuar quienes tengan ticket para el tour opcional.

Como la mayoría de gente no suele pagar el tour opcional, esto hace que se disfrute con más tranquilidad. En esta parte se visitan los dormitorios, baños, salas para el desayuno, la suite imperial, el dormitorio real en el que falleció el rey Carlos I o el despacho de la reina, etc.

Además, en esta parte de la visita se contempla desde arriba el majestuoso Salón de Honor por el que se inicia el tour.

Acabada la visita, muy cerca andando está el Castillo Pelisor, construido por orden del rey Carlos I de Rumanía, aunque su huésped principal fue su sobrino y futuro heredero, el príncipe Fernando. La entrada vale 30 lei.

Nosotros no entramos a verlo, pusimos rumbo a Bucarest, a 140km., un par de horas. Llegamos hacia las 14h, había muchísimo tráfico a aquella hora y nos costó llegar al centro. Por suerte, vamos a dejar el coche aparcado un par de días.

Aquí cogimos un apartamento de AirBnb, salía más económico, en pleno centro. Muy recomendable también. Este es el link. Todo el centro es de pago, también hay zona azul en las calles de alrededor. Tuvimos que dar varias vueltas y cuando llegamos, entonces había hueco. Al final lo aparcamos gratis al lado de un lugar donde estaban reformando un edificio y allí no había que pagar, según nos dijeron. Aquí el precio hora eran 5 lei y el precio dia 30 lei. La entrega de llaves del alojamiento era en mano.

Una vez el equipaje en el apartamento fuimos a comer y luego a descansar. Por la tarde teníamos un concierto de música clásica. Una de las cosas que puedes hacer en Bucarest a un precio razonable es ir a la ópera o al teatro. Nosotros optamos por ambas opciones.

Ateneo Rumano

Precio de la visita: 10 lei

Precio del concierto sinfónico: 110 lei

También se puede visitar por dentro. A nosotros nos encajó y jueves y viernes había concierto, así que reservamos entradas en primera fila. Aquí todos los asientos tenían el mismo precio.

El Ateneo Rumano es una impresionante sala de conciertos neoclásica construida en el siglo XIX como centro cultural para la élite de la ciudad, que cuenta con una impresionante gran cúpula, columnas y tallas ornamentadas.

El interior es igualmente impresionante, con una gran sala de conciertos con capacidad para más de 700 personas. De hecho, nos gustó más el del Ateneo que el de la Opera Nacional de mañana. Se compran las entradas aquí.

El concierto era a las 19h, pero no se cómo miré el reloj que fuimos una hora antes, así que dimos una vuelta para ver los alrededores. Casualmente encontramos allí al lado un recinto con mucha gente en la calle, con vasos, etc, así que entramos a ver. Y era una presentación de algo sobre criptomonedas. Había un barman que hacía cocteles, platos con aperitivos y embutido a gogo, así que allí nos acoplamos y nos tomamos un par de cubatas antes del concierto. Fue curioso y divertido.

El concierto estuvo muy bien, también. Hacía muchos años que no íbamos a ninguno, y menos tan de cerca, y el edificio era una pasada.

A la salida volvimos a ver si seguían los de las crypto y sí, había canapés nuevos, así que otro par de cubatas y ya no nos cabían más. Luego volvimos andando hacia el apartamento y pasamos por el Pasaje Macca-Vilacrosse, una galería comercial similar a la de Milán pero mucho más pequeña, repleta de todo tipo de tiendas, bares y restaurantes.

El exterior del Pasaje es un elegante ejemplo de arquitectura Art Nouveau, con una fachada bellamente decorada con coloridos mosaicos, detalles de hierro forjado y vidrieras. Tiene un techo de vidrio que permite que la luz natural entre.

Estaba lleno de gente, como también las calles de alrededor. En todo nuestro camino hasta el centro casi no encontramos gente, pero sin duda Bucarest por la noche es un lugar de mucho ambiente. Mientras que a nuestra llegada de día con todo el caos del tráfico Bucarest nos pareció una capital bastante degradada, con muchos bloques de pisos altos y enormes, sucios, viejos, abandonados… La noche en el casco antiguo, con la música todo volumen, gogos bailando en el escaparate y las terrazas llenas de gente, hace un contraste brutal. Eso sí, en cuanto dejas la zona turística, no hay un alma por la calle de noche.

Día 10: Bucarest y opera Tosca (Bucarest)