Bucarest y Tosca en la Opera Nacional (Día 10: 29 de marzo de 2024, viernes)
Bucarest
Bucarest, la capital de Rumania con más de 2 millones de habitantes, es una ciudad de contrastes donde en un minuto estás caminando entre edificios neoclásicos y Art Nouveau, y en otro, puedes encontrarte rodeado por el hormigón gris de edificios brutalistas. Es una ciudad que ha pasado por mucho desde su edad de oro en el siglo XIX hasta la época tumultuosa durante el ascenso y caída del comunismo hasta hoy en día, cuando la ciudad está prosperando, convirtiéndose en una de las ciudades de alta tecnología de rápido crecimiento en Europa.
A partir de 1930 comenzaría un proceso de constante destrucción urbanística que se fue alargando hasta el siglo XX. Hacia 1940 la ciudad fue ocupada y bombardeada por los aliados, momento en que la ciudad quedó prácticamente destruida antes de pasar a manos del ejército rojo.
En 1977 Bucarest fue golpeada de nuevo al sufrir un fuerte seísmo que ocasionó más de 1.400 muertos y derribó numerosos edificios.
En 1980 el megalómano presidente Ceausescu se propuso renovar la ciudad, para lo cual encargó derribar una quinta parte de los edificios del centro construyendo en su lugar otros de estilo soviético, de escaso gusto, tras lo cual Bucarest perdió gran parte de su patrimonio monumental.
En 1989, la Revolución que acabaría con el comunismo también dejó sus huellas en la ciudad.
Después de verse sometida a tanta destrucción, actualmente Bucarest está tratando de recuperar la magia de su casco histórico, algo que se ha visto fuertemente impulsado tras su incorporación a la Unión Europea en el año 2007.
Parlamento de Rumanía
Hoy empezamos la visita por el Palacio del Parlamento de Rumanía, símbolo de la megalomanía y de los delirios de grandeza del dictador Ceaucescu. Es la segunda construcción más grande del mundo, solo superada por el edificio del Pentágono.
Para dar rienda suelta a sus ambiciosos planes de construcción, Ceaucescu no dudó un solo momento en demoler las diferentes zonas históricas de la ciudad que se pusieron en su camino, algo que incluyó numerosos templos, hospitales y fábricas, además de las viviendas de más de 40.000 personas que fueron despojadas de sus bienes y obligadas a mudarse.
La megaconstrucción se realizó a marchas forzadas a manos de más de 100.000 trabajadores que se emplearon en turnos de 24 horas a lo largo de los siete días de la semana. Fueron muchos los que perdieron la vida en el trabajo y se cree que muchos de ellos continúan sepultados bajo el hormigón del edificio.
Para hacerse una idea de las dimensiones del edificio, cuenta con 240 metros de longitud y 270 metros de anchura que se distribuyen en 12 plantas en superficie y 8 niveles subterráneos que, como no podría ser de otro modo, incluyen un búnker.
Es uno de los lugares más populares de Bucarest, un enorme edificio gubernamental que es tan grande y pesado que se hunde alrededor de 6 mm cada año!
La construcción del Palacio del Parlamento comenzó en 1984, durante el régimen comunista de Nicolae Ceaușescu, que fue quien gobernó con mano de hierro Rumanía durante los años de la Dictadura Comunista. Originalmente se conocía como la “Casa del Pueblo” y estaba destinada a ser un monumento al poder y la grandeza del estado comunista.
Desde 1996, el palacio ya albergaba la Cámara de Diputados de Rumanía. Y desde 2005 es también la sede del Senado del país, de manera que la anteriormente conocida como Casa del Pueblo, recibe en la actualidad el nombre de Palacio del Parlamento de Rumanía.
También es más grande que la pirámide de Giza. Su fachada está hecha de mármol y granito y presenta columnas, arcos y esculturas que reflejan un estilo neoclásico.
Según habíamos leído, había que reservar un tour privado para ver el Palacio y, además, no se ven las salas del Congreso y/o del Senado en la visita. Hay carteles que indican el acceso a visitantes así que entramos hasta el interior. Y allí nos encontramos con una exposición de cuadros y una magnífica exposición de fotos de Rumanía, muy auténtica.
También hay dos ventanillas para entradas, una para reservas ya hechas y otras para nuevas reservas. El precio de la entrada creo que ponía 60 lei. No entraba en nuestros planes visitarlo por dentro, así que seguimos nuestra ruta.
Nuestro siguiente destino era la fuente de Bucarest en Union Park. Aquí parece que hacen un espectáculo de lunes y música nocturno durante los fines de semana de mayo a octubre.
Esta fuente fue construida en 1960 para celebrar la unificación de Valaquia y Moldavia, dos de las regiones históricas de Rumania. Está rodeada de jardines y es una zona muy bonita, a pesar de que los chorros de agua no estaban a tope.
Luego estuvimos callejeando por el casco antiguo que es una mezcla de lo antiguo y lo nuevo, con calles estrechas y adoquinadas y edificios históricos junto a modernas cafeterías y boutiques. Las calles están llenas de impresionantes edificios neoclásicos y Art Nouveau.
También hay varias atracciones notables en el área, incluido el Monasterio de Stavropoleos, el Banco Nacional de Rumania, etc.
También fuimos a la Librería Cărtureşti Carusel, ubicada en un impresionante edificio del siglo XIX que fue construido originalmente como banco. A mediodía estaba ya todo muy animado y ambientado y comimos en una terracita aquí en el centro.
Por la tarde, rato de relax y a las 18.30h teníamos la Ópera Tosca de Puccini, en la Opera Nacional, que estaba a una media hora andando, en la zona de las universidades, lo que nos permitió pasear por una zona que no habíamos estado.
La ópera nos costó 100 lei, en el gallinero, pero se veía perfectamente, apoyados en la barandilla. Creo que había más barato aún, pero esto nos pareció correcto. Y también nos encantó, fue muy emotiva. El edificio por dentro era más sobrio que el Ateneo Rumano, pero es toda una experiencia la performance de ir a la ópera, lo arreglada que iba la gente, que llegaba en cochazos… Todo un show, para los que no somos habituales.
Para cenar pillamos un par de hamburguesas en McDonalds, que hacía años que no comíamos… y nos las cenamos en el apartamento.
Nos falta hacer la maleta y que quepan los souvenirs en nuestro supuesto equipaje gratis de mochila bajo el asiento… pero que son 2 grandes bolsas/mochilas de cabina y mi mochilita.
Día 11: Museo al Aire libre, devolver coche de alquiler y vuelta a casa a las 15h
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