Torre de Belem, Monasterio de los Jerónimos y Cristo Rey (Día 2: 19 de noviembre de 2022, sábado)
El desayuno es espectacular, mucho más de lo que esperábamos y está todo buenísimo, pan recién hecho.
Empezaremos con el punto más lejano que está en la Torre de Belém. Para llegar allí, que lo tenemos a unos 6 km., iremos en transporte público. Empezamos el día corriendo puesto que vemos llegar el bus 758, que nos deja en Cais do Sodré. Estoy como en los viejos tiempos… hacía mucho que no corría para coger un bus. Allí hay que coger el tranvía 15E que es el que lleva al barrio de Belem, y es un trayecto de una media hora, 16 paradas, hasta Lg Princesa.
El trayecto es agradable y te deja en la autovía. Luego hay que cruzar un puente y llegar hasta el mar.
Torre de Belem
Esta es la web oficial.
Precio: 6€
Horario: De 9:30 a 18:00 horas, último horario de venta de entradas a las 17:00 horas y último acceso a las 17:30 horas. Cerrado los lunes.
La Torre de Belém, de estilo manuelino, fue construida entre 1515 y 1519 y es obra de Francisco de Arruda y es Patrimonio de la UNESCO. La torre está situada en la desembocadura del Tajo e inicialmente sirvió para la defensa de la ciudad, posteriormente se convirtió en centro aduanero y faro. Está muy cerca del Monasterio de los Jerónimos.
Nada más acceder a la planta baja nos encontramos con 16 ventanas con cañones defensivos y también se ven los fosos y huecos por donde tiraban a los prisioneros. La torre en sí tiene cinco pisos y termina en una terraza.
Las plantas se comunican únicamente por una pequeña escalera de caracol en la que, en los días más ajetreados, hay que hacer turnos para subir y bajar y es algo agobiante. Las plantas de la Torre de Belém son, de abajo a arriba: Sala del Gobernador, Sala de los Reyes, Sala de Audiencias, Capilla y Terraza.
En la fachada oeste de la Torre de Belém hay una curiosa gárgola de un rinoceronte. El primer rinoceronte en pisar Portugal llegó de la India en 1513.
Íbamos a entrar pero llegamos pronto, estaba cerrado, en el free tour nos habían dicho que por dentro no valía la pena puesto que no había nada… Así que dimos una vuelta por la zona y seguimos ruta. También hay un museo militar aquí al lado, que intentamos entrar, valía 4€, pero no abrían hasta las 10h, así que también descartado.
El siguiente destino era el Monumento a los Descubrimientos, al cual íbamos a llegar andando, está a unos 15’ bordeando el río.
Monumento a los Descubrimientos
Es un monumento de 52 metros de altura erigido en 1960 para conmemorar el 500 aniversario de uno de los grandes descubridores de Portugal, el infante Henrique el Navegante, descubridor de Madeira, Las Azores y Cabo Verde.
El Monumento a los Descubrimientos contiene un grupo escultórico con forma de punta de carabela sobre el que el Infante abre camino a numerosos personajes que tuvieron que ver con los grandes descubrimientos de la historia de Portugal.
Desde arriba hay una buena panorámica de Belém desde las alturas. La subida al monumento puede hacerse en ascensor. El precio eran 6€ y no abrían hasta las 10h, así que nos dimos por satisfechos con la visita exterior, desde la que vimos la rosa de los vientos en cuyo centro se encuentra un mapamundi. La Rosa de los Vientos mide 50 metros de diámetro y supuso un regalo de la República de Sudáfrica.
Desde aquí fuimos al Monasterio de los Jerónimos. Entre medio hay unos jardines con una fuente, pero estaban cerrados en restauración.
Monasterio de los Jerónimos
Está a unos 15’ andando de la Torre de Belem. Esta es la web oficial.
Horario: De 9:30 a 18:00, la última hora de venta de entradas es a las 16:30 y la última entrada es a las 17:30. Cerrado los lunes.
Precio: Adultos: 10 €. Se compra la entrada en unas máquinas que hay dentro, en la puerta del medio, y sólo se puede pagar con tarjeta de crédito.
El Monasterio de los Jerónimos es Patrimonio de la UNESCO. Diseñado por el arquitecto Diogo de Boitaca, la construcción del Monasterio de los Jerónimos es del siglo XV-XVI. El estilo predominante del monasterio es el manuelino y se construyó para celebrar el regreso de la India de Vasco de Gama.
Como curiosidad, la ubicación del monasterio fue elegida por ser donde se encontraba la Ermita do Restelo, iglesia donde Vasco de Gama y su tripulación pasaron un tiempo rezando antes de iniciar su viaje.
Primero hay que comprar la entrada al monasterio, en la puerta central, pero el acceso está saliendo a la izquierda. Un poco más adelante ya verás las colas: una para el monasterio y otra para la iglesia, que es gratis.
Nosotros empezamos por la visita de la Iglesia, puesto que la otra vez que estuve estaban en misa y no nos dejaron entrar. Y fue un acierto, merece mucho la pena. La Iglesia del Monasterio de los Jerónimos es totalmente distinta a todas las iglesias que hemos visto hasta el momento. Su única nave cuenta con seis columnas perfectamente talladas que parecen no tener fin. Los puntos de interés turístico más importantes de la iglesia son las tumbas de Vasco de Gama y de Luís de Camões. Esta iglesia sufrió 2 terremotos y luego un incendio, así que hay zonas que se ven oscuras del humo.
Había un poco de cola cuando llegamos y es que abren a las 10.30h, tuvimos que esperar unos 10’. Pero estuvo muy bien la visita.
Cuando salimos, seguía habiendo la misma cola para entrar al Monasterio, pero fue bastante rápido. Creo que tardamos otros 10’ en entrar. El Claustro del Monasterio de los Jerónimos es más impactante que el de la Catedral de Lisboa. Sus dimensiones y su perfección marcan la diferencia. En el recorrido por el claustro se puede visitar la tumba de Fernando Pessoa. También hay una sala dedicada a la evolución del monasterio comparándolo con la historia de Portugal y del mundo.
El Claustro es muy bonito y muy grande, también vale la pena esta visita. Y más ya que no se suele ver el claustro de la Catedral…
Cuando terminamos, hacia las 12h, íbamos a volver andando hacia Cais do Sodré, bordeando el río, un paseo de una hora. Están las vías del tren en toda esta zona, así que no puedes cruzar por donde quieres, hay que buscar un paso elevado para hacerlo. El primero que encontramos estaba justo sobre la estación de tren de Belem. El tiempo se estaba cerrando y preparándose para llover. Ya nos había chispeado un poco y no habíamos cogido los chubasqueros porque hoy tenía que hacer sol. Además hacía viento así que ese chirimiri te mojaba entero.
Nos resguardamos un poco a ver si paraba, pero no lo vimos claro así que cambiamos de planes. Como teníamos la tarjeta de transporte, decidimos recular y tomar el tren por cuya estación acabábamos de pasar hasta Cais do Sodré, 3 paradas, para ir a comer.
Fuimos al Mercado de la Ribera, un sitio curioso, aunque no barato, y como eran casi las 14h, estaba a reventar de gente. En el centro hay la zona común de mesas y rodeándolo están todos los restaurantes. Eliges lo que quieres y te lo llevas a las mesas. Comimos el plato del día que era arroz con marisco por 10 €, muy bueno y curioso, con un montón de berberechos. Y también cogimos un pack de 5 petiscos por 15€ y la cerveza grande valía 3,5€.
Luego nos tomamos una ginja en una terracita, a 1,45€ y 1,85€ con chocolate, aprovechando que el día había mejorado. Nos recargamos de energía y seguimos hacia el Cristo Rey. Salía un ferry a las 15.20h, que tardó nada en llegar, 5’ + otros 5’ en aparcar.
Allí cogimos el tranvía, 4 paradas hasta Almada, y luego con el MapsMe fuimos andando hasta el Cristo, a unos 15’. El precio de la entrada nos pareció excesivo, también había cola para subir y nos limitamos a los exteriores, que son espectaculares, con el puente y la ciudad de Lisboa en frente.
Merece muchísimo la pena venir hasta aquí y es muy fácil llegar.
Cristo Rey
- Horario: 09:30 a 18:15 (invierno; última subida a las 18:00)
- Precio: Adultos: 6 €
Con sus más de 28 metros de altura, el Cristo Rey de Lisboa nos recibe en la ciudad con los brazos abiertos y nos recuerda, inevitablemente, al emblemático Cristo Redentor de Río de Janeiro. De hecho, se creó inspirado en el mismo y no al revés, al contrario de lo que muchos piensan.
El origen de esta construcción se remonta a 1934, cuando el entonces Cardenal de Lisboa viajó a Río de Janeiro y quedó tan impactado por el Cristo Redentor que a su vuelta a Portugal comenzó a recaudar fondos para erigir en Lisboa un monumento similar, el Cristo Rey. No fue hasta finales de los cincuenta cuando se consiguió concluir la obra, que simboliza la paz y el agradecimiento a Dios por haber mantenido a Portugal al margen de los estragos de la Segunda Guerra Mundial.
El Cristo Rey sería finalmente esculpido sobre el estuario del Tajo, en la localidad de Almada, por Francisco Franco de Sousa. Sus cuatro pilares representan los puntos cardinales y su interior alberga la Capilla de Nossa Senhora da Paz y un ascensor que nos permite subir al mirador para contemplar una estupenda panorámica del puente 25 de Abril y de Lisboa, con un alcance de hasta 20 km.
En 2007 se colocó frente al monumento la llamada Cruz Alta, procedente del Santuario de Fátima. Actualmente tiene un albergue para peregrinos, varias salas de conferencias y una cafetería donde los visitantes pueden parar a descansar.
Nos apetecía también pasar por encima del puente, así que desde aquí, ya teníamos mirado el itinerario para volver al hotel, que era diferente del de ida. Había que coger el bus 753 (hacia Pza Jose Fontana) en Portagem, 2 paradas (Viaducto y bajar en Amoreiras). En Amoreiras coger bus 758 dirección Cais Sodré, 7 paradas, hasta Príncipe Real.
En MapsMe ya tenía marcada la parada de bus, y cuando casi estamos, que había que girar hacia un camino peatonal, vemos el bus parado en lo que parecía una autovía… Pues a correr otra vez, para acabar el día…
Pasamos sobre el puente… y llegamos al apartamento.
No teníamos mucha hambre y estábamos cansados, así que nos comimos los bocatas que preparamos del desayuno y con esto dimos el día por terminado.
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