Cascais (Día 3: 20 de noviembre, domingo)

Tras el desayuno de nuevo cogemos el bus 758 hasta Cais do Sodré y allí el tren hasta Cascais. Los trenes pasaban cada 20’ y nosotros lo cogimos a las 8.41h. Lo primero que hicimos fue ir al Mercado, que no sabíamos si estaría abierto y estaba a unos 300m de la estación de tren.

Mercado de Cascais.

Pues si estaba abierto, está dentro de una gran carpa, y en los alrededores había una especie de mercado de encantes, por el que también dimos una vuelta.  Nos dijeron que sólo abrían miércoles, sábados y domingos y cierran a las 14h. En el mercado hay productos locales que a nosotros nos gustan mucho, y compramos unos lotes de quesos de leche cruda por unos 6€. También compramos unos higos secos y pasas.

El siguiente destino era la Boca del Infierno, el punto más alejado, a una media hora andando atravesamos toda la localidad. Los acantilados son espectaculares, es una zona increíble y brutal el trabajo de la madre naturaleza. Hay algunos tramos en los que te puedes acercar más al mar.

Boca do Inferno en Cascais
Boca do Inferno en Cascais

Entonces hicimos una pausa en una terracita, aprovechando que hacía un día veraniego, y nos comimos los bocatas del desayuno. La lata de cerveza a 2€, café 0,90€. Justo aquí al lado hay otro mercado con los típicos productos turísticos: trapos, mantelerías, imanes, etc. Aprovechamos para comprar unos trapos de cocina, 3 x 5€.

Faro de Cascais
Palacio Conde de Guimaraes, Cascais.

Luego seguimos bordeando el mar hasta el faro y el Palacio Conde de Guimaraes. El Palacio es una pasada, y más la calita en la que está enclavado, con acceso directo al mar. Muy bonita esta zona. Estaba cerrado, no se si por la hora que era. Solo vimos el exterior y los jardines.El faro, nos quedamos sin verlo. Llegamos a las 13h y las 3 chicas que había se iban a comer y cerraban 2h… En fin. Mejor vista se tiene de él desde el acantilado de enfrente.

Seguimos por el puerto, paseamos por el Parque Marechal Carmone y llegamos a la Ciudadela, que es una muralla y poco más por ver en su interior, para terminar en la playa da Ribeira. Allí descansamos un rato, nos comimos unas castañas y dimos por terminada la visita. Nos volvimos por la calle principal, que no habíamos visto antes, y que es una avenida muy animada, llena de terrazas y restaurantes. Nosotros nos habíamos comido los bocadillos hacia el mediodía y no teníamos hambre.

Ciudadela de Cascais.
Bahía de Cascais.

Cascais

Mapa de Cascais.

Cascais, antiguo pueblo de pescadores, es una pequeña localidad costera situada a apenas 30 kilómetros de Lisboa. Desde principios del siglo XX ha sido destino de artistas y aristócratas (entre ellos, la familia real española durante su exilio). Se cuenta que fue en Cascais donde Ian Fleming ideó a su James Bond, y viendo la decadente opulencia de sus villas y palacetes, que atestiguan su pasado como lugar predilecto de famosos y nobles para pasar sus vacaciones, no es difícil trasladarse a aquellos oscuros años cuarenta.

Hoy en día, Cascais es uno de los lugares cercanos a Lisboa más visitados y con mejor ambiente. Atrás ha dejado ese aire exclusivo para convertirse en centro de festivales y conciertos en verano y ofrecer, gracias a sus playas, diversas posibilidades para los amantes del surf y la vela. En los últimos años, también se ha convertido en un destino interesante para los aficionados al golf, pues cuenta con más de diez campos.

La arquitectura de Cascais es señorial y recuerda viejos tiempos, cuando era un destino de vacaciones de lujo.

Cascais es un lugar perfecto donde pasar un día paseando por las callejuelas del casco antiguo, plagadas de tiendas que combinan artesanía y moda y terrazas de bares y cafés donde escapar del bullicio de la capital.

También se puede visitar alguno de los principales lugares de interés como la Ciudadela o el Museo de los Condes de Castro Guimarães.

Una buena opción para organizar tu visita a Cascais es llegar por la mañana, comer allí y recorrer el paseo marítimo hasta llegar a Estoril. Desde allí se puede deshacer el camino hasta Cascais para volver a Lisboa o hacerlo directamente desde Estoril. Nosotros ya estábamos cansados así que desandamos lo andado.

Cogimos el tren de vuelta a las 15.20h y el bus 758 hasta el apartamento, porque íbamos cargados con las compras que habíamos hecho. Descansamos un rato y volvimos a salir a dar una vuelta nocturna por la zona de la plaza Rossio. Luego llegamos hasta el centro y cenamos en Pastelería Recife, haciendo esquina con la calle R. do Alecrim, por donde pasa el tranvía y que es la que nos lleva a nuestro hotel. Cenamos en la terraza y pedimos una hamburguesa que estaba buenísima, por 10€ con un gran plato de guarnición; y bacalao a bras, por unos 12€, que no es un bacalao a la brasa, como pueda parecer por el nombre y que es lo que esperábamos, pero en nuestra opinión está mucho más bueno. Es bacalao desmigado, mezclado con patatas paja y huevos, todo mezclado y te llega una masa como puré, que no sabes qué es, pero que descubres los ingredientes cuando lo vas comiendo. Buenísimo!!

Lisboa de noche

Y volvimos subiendo la cuestecita y ya con esto acabamos el día.

Día 4: Sintra