Día 10: lunes, 23 de julio de 2012
Hoy madrugamos más que de costumbre. Nos despertaron creo que sobre las 5 para ver la salida del sol. El campamento está a pie de una gran duna así que lo propio era subir a verlo desde arriba. Ya había un grupo que estaba subiendo. Nosotros hicimos lo mismo por la cresta de la duna, que es más fácil porque no se hunden tanto los pies al andar. Había unos que lo intentaron desde el centro y no subieron nada. Bueno, nosotros nos quedamos a la mitad a esperar que el sol fuera subiendo.
Estuvo muy bien la experiencia. Hacía un poco de viento así que acabamos de arena hasta en las orejas.
Cuando bajamos nos tenían un té preparado y ya sólo nos quedaba volver.
Lo que me ha sorprendido es que pensaba que el desierto era mucho más turístico pero apenas encontramos ningún turista. Supongo que a la gente le echa para atrás las altas temperaturas de verano. Hacíamos muchos kilómetros sin cruzarnos con ningún coche. Una furgoneta turística que nos adelantó la vimos luego en un control de policía que le estaban multando. En Kelan’ Gouna que estuvimos bastante rato paseando por el pueblo haciendo las compras y parecíamos los únicos turistas. En la garganta de Dades estábamos casi solos y en la del Toldra que decían que había masificación de turistas, muchísimas tiendas de pañuelos y autocares sólo nos cruzamos con un autocar y sólo había un par de paradas. En la zona de Merzouga que habíamos leído que te asediaban en la misma carretera para que contrataras el paseo en camello, no encontramos a nadie en todo el tramo. Otro aspecto curioso en esta zona es que al ser Ramadán pasamos por pueblos fantasma en los que todo estaba cerrado y no se veía por la calle más que algún niño.
Eran sobre las 9 cuando nos pusimos en marcha. Hoy queríamos haber hecho el día de relax por la zona de Erfoud o Errachidia, para avanzar un poco de camino de vuelta a casa, pero por internet no habíamos encontrado nada libre. Lo poco que había era carísimo así que lo más cerca que encontramos estaba pasado Midelt. Esto suponía unos 270 km, unas 3 h 15’ aprox. El viaje podíamos decir que había llegado a su fin. Excepto un par de sitios que nos quedaban, el resto prácticamente era hacer quilómetros hacia el norte para volver a coger el ferry.
Como para hoy no había visitas, sólo llegar al hotel, paramos en un museo de fósiles y minerales que habíamos visto a la ida. Estuvo bien y era gratis.
Luego por el camino fuimos parando en unas cuantas tiendas puesto que queríamos comprar algunos minerales.
Nuestro conductor, que había sugerido avanzar más terreno puesto que para hoy no había visitas, se arrepintió de sus palabras, puesto que a media mañana el madrugón hizo mella. No nos apeteció parar ni en Rissani ni en Erfoud. Después de tantos días de viaje, ya las ciudades parecían más de lo mismo: más mercados, más zocos… y ya habíamos estado en varios prácticamente solos así que seguimos ruta. Los paisajes de la zona nos gustaron. Las montañas de nuevo muy altas y recordándonos al Cañón del Colorado. Inmensas masas de piedra de color rojizo que se perdían con la vista…
Tras alguna parada más para despejarnos, llegamos al hotel a eso de las 15 h. Son como pequeños bungalows y justo al lado también hay un camping. Las habitaciones son muy completas, con nevera y aire acondicionado potentes y un saloncito apartado. El lugar es altamente recomendable si se va de paso por la zona, y muy tranquilo. Este es el link: Ksar Timnay.
Aquí estuvimos descansando el resto de la tarde. La piscina también estaba muy bien y no había nadie. Como curiosidad, en la tele de la habitación había más de 700 canales y excepto 3 o 4 que eran en inglés, el resto estaban todos en árabe.
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