Día 11: martes, 24 de julio de 2012

Tras desayunar, hoy hay que llegar a dormir a Asilah. Tenemos unos 410 km, unas 5 h 30’ por delante. No sabíamos si parar en Azrou y/o Ifrane, la zona de los bosques de cedros, pero lo habíamos descartado. Decidimos ir a ver el Cedro Gouraud y nada más. Nosotros circulábamos por la N13 y al llegar a Azrou había un desvío hacia Ifrane por la N8. El cedro está en esta carretera entre Azrou e Ifrane. Cogimos la N8 y de camino hacia el cedro en mitad de la carretera nos empezaron a aparecer cosas. No sabíamos que eran y enseguida me acordé que en esta zona había monos. Paramos en el arcén y se nos acercaron al coche. Primero con recelo les observamos pero al final salimos del coche. Había como 8 o 10. Llevábamos cereales que parecieron gustarles y allí estuvimos un rato con ellos. Fue un rato muy entretenido y divertido.

Monos en Azrou.

Monos en el bosque de cedros en Azrou.

Monos en Azrou.

Un poco más adelante había un indicador del cedro Gouraud, que casi nos lo pasamos. Y enseguida llegamos al cedro. Aquí al principio había un autobús y más monos, que ya parecían desganados. Enseguida vimos el cedro milenario y, a pesar de que está muerto, sigue siendo imponente. El bosque es curioso y muy bonito. Han puesto todo de tiendas de souvenirs alrededor del cedro. Nos gustó mucho esta visita.

Cedro Gouraud.

Cedro Gouraud.

De vuelta había un burrillo muy pequeño que nos hizo gracia y también paramos un rato. Hoy parece que estamos en el zoo.

Reculamos por la carretera hacia Azrou y ya seguimos ruta hacia Asilah. Pasamos por zona de sandías y melones y como nos habían hecho gracia esas sandías de 20 kg, compramos varias para la familia y vinimos con el coche cargado hasta los topes.

Asilah

Llegamos a Asilah a eso de las 16 h. El hotel estaba muy bien situado, en la misma playa, en el paseo marítimo, a unos 10’ andando de la medina, y con espacio para dejar el coche. También recomendable Hotel Al Khaima.

Fuimos a ver la medina, que está amurallada. La verdad es que Asilah nos encantó. Todo muy limpio y cuidado, nos pareció un lugar encantador. Con sus paredes blancas y azules, sus murales dibujados… con un aspecto bohemio. Muy bonito.

Medina de Asilah.

Medina de Asilah.

Medina de Asilah.

Allí paseamos también por el mercado y vinimos con kilos de olivas. Son tan buenas… Les dijimos que para llevar y se fue a la tienda de al lado a comprar los tapers, los enjuagó en la fuente y nos los preparó de escándalo.

Ya sólo nos quedaba comer. Detrás de la muralla hay un montón de chiringuitos todos con muy buena pinta, pero no había cerveza. Preguntamos a un tipo si había algún restaurante donde sirvieran cerveza y nos dijo que había 2. El primero fuimos y al ser Ramadan nos dijo que no tenía y el otro sí, así que aquí nos quedamos. Se llama Place puesto que está en la misma plaza que hay antes de la entrada a la medina. Hicimos una merienda cena y comimos de escándalo. Eso sí, los quintos van a 25 dh. Preguntamos por vino pero iba a 200 dh la botella así que nos quedamos con la cerveza. Los precios eran un poco más caros que en los restaurantes de la muralla, pero no mucho más.

Restaurante Place, en Asilah

Restaurante Place, en Asilah

Ya volvimos hacia el hotel. El paseo marítimo empezaba a animarse pero nosotros ya íbamos servidos. Esta era nuestra última noche en tierras marroquíes.

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