Barrio de Belem, Monasterio de los Jerónimos y Castillo de San Jorge (día 3: domingo, 25 de octubre de 2020)
Hoy parece que tendremos un día lluvioso. Empezaremos con el punto más lejano que está en la Torre de Belén. Para llegar allí, que lo tenemos a unos 6 km., iremos en transporte público. Se llega con el tranvía 15 y es un trayecto de una media hora.
La parada está justo en la calle principal, al lado de nuestro apartamento. Nos costó un poco comprar el billete porque preguntábamos y unos nos indicaban abajo en el metro, otros en la misma parada… Al final lo compramos en la ventanilla del metro, bajando las escaleras. Cuando nosotras fuimos no se podía comprar a bordo, pero ahora tienes la opción y vale el doble que comprado en la ventanilla. Es decir, 3€ a bordo y 1,5 en ventanilla. Hay que comprar la tarjeta VIVA o 7 Colinas, que vale 0,5€ y es personal, y luego se cargan los viajes que son necesarios.
El trayecto es agradable y te deja en la autovía. Luego hay que cruzar un puente y llegar hasta el mar. No la pudimos visitar por dentro porque estaba cerrada por restauración, con motivo del covid. Pero la zona es muy chula. El día estaba gris y revuelto y las olas golpeaban con fuerza. Justo allí al lado hay el Museo y el Monumento a los Combatientes de Ultramar.
Torre de Belem
Esta es la web oficial.
Precio: 6€. Gratis Lisboa Card
Horario: De 9:30 a 18:00 horas, último horario de venta de entradas a las 17:00 horas y último acceso a las 17:30 horas. Cerrado los lunes.
La Torre de Belém, de estilo manuelino, fue construida entre 1515 y 1519 y es obra de Francisco de Arruda y es Patrimonio de la UNESCO. La torre está situada en la desembocadura del Tajo e inicialmente sirvió para la defensa de la ciudad, posteriormente se convirtió en centro aduanero y faro. Está muy cerca del Monasterio de los Jerónimos.
Nada más acceder a la planta baja nos encontramos con 16 ventanas con cañones defensivos y también se ven los fosos y huecos por donde tiraban a los prisioneros. La torre en sí tiene cinco pisos y termina en una terraza.
Las plantas se comunican únicamente por una pequeña escalera de caracol en la que, en los días más ajetreados, hay que hacer turnos para subir y bajar y es algo agobiante. Las plantas de la Torre de Belém son, de abajo a arriba: Sala del Gobernador, Sala de los Reyes, Sala de Audiencias, Capilla y Terraza.
En la fachada oeste de la Torre de Belém hay una curiosa gárgola de un rinoceronte. El primer rinoceronte en pisar Portugal llegó de la India en 1513.
Estuvimos paseando por la zona y empezó a llover, así que acabamos la visita y nos fuimos hacia el Monasterio de los Jerónimos, que allí podríamos estar bajo techado. Desandamos lo andado y fuimos andando siguiendo el camino del tranvía. El paseo es muy agradable, está a unos 15’ andando. Lástima que el tiempo no acompañara.
Monasterio de los Jerónimos
Esta es la web oficial.
Horario: De 9:30 a 18:00, la última hora de venta de entradas es a las 16:30 y la última entrada es a las 17:30. Cerrado los lunes.
Precio: Adultos: 10 €. Gratis Lisboa Card
El Monasterio de los Jerónimos es Patrimonio de la UNESCO. Diseñado por el arquitecto Diogo de Boitaca, la construcción del Monasterio de los Jerónimos es del siglo XV-XVI. El estilo predominante del monasterio es el manuelino y se construyó para celebrar el regreso de la India de Vasco de Gama.
Como curiosidad, la ubicación del monasterio fue elegida por ser donde se encontraba la Ermita do Restelo, iglesia donde Vasco de Gama y su tripulación pasaron un tiempo rezando antes de iniciar su viaje.
La Iglesia del Monasterio de los Jerónimos es totalmente distinta a todas las iglesias que hemos visto hasta el momento. Su única nave cuenta con seis columnas perfectamente talladas que parecen no tener fin. Los puntos de interés turístico más importantes de la iglesia son las tumbas de Vasco de Gama y de Luís de Camões.
El Claustro del Monasterio de los Jerónimos es aún más impactante que el de la Catedral de Lisboa. Sus dimensiones y su perfección marcan la diferencia. En el recorrido por el claustro se puede visitar la iglesia desde su parte superior y la tumba de Fernando Pessoa. También hay una sala dedicada a la evolución del monasterio comparándolo con la historia de Portugal y del mundo.
La visita se hace bastante rápido. Nosotras tardamos unos 45’. De allí nos fuimos andando hasta el Monumento a los Descubrimientos. Hay unos grandes jardines antes de llegar allí.
Monumento a los Descubrimientos
Es un monumento de 52 metros de altura erigido en 1960 para conmemorar el 500 aniversario de uno de los grandes descubridores de Portugal, el infante Henrique el Navegante, descubridor de Madeira, Las Azores y Cabo Verde.
El Monumento a los Descubrimientos contiene un grupo escultórico con forma de punta de carabela sobre el que el Infante abre camino a numerosos personajes que tuvieron que ver con los grandes descubrimientos de la historia de Portugal.
Desde arriba hay una buena panorámica de Belém desde las alturas. La subida al monumento puede hacerse en ascensor.
Desde lo alto se ve el monumento de Belém, los barrios del oeste de la ciudad y, lo más importante, un mosaico de mármol al pie del monumento que representa una rosa de los vientos en cuyo centro se encuentra un mapamundi. La Rosa de los Vientos mide 50 metros de diámetro y fue diseñada por Cristino da Silva. Supuso un regalo de la República de Sudáfrica.
Y después de verlo, volvimos a la carretera principal donde cogimos el tranvía de vuelta, frente al Monasterio. Nos fuimos a comer al Mercado al lado de nuestro apartamento, el Time Out Market. Está muy bien porque aquí hay la zona de alimentación, que estaba cerrada al ser domingo, y la zona de restauración. En el centro hay la zona común de mesas y rodeándolo están todos los restaurantes. Eliges lo que quieres y te lo llevas a las mesas. Comimos unas croquetas, patatas y una hamburguesa.
Descansamos un rato en el apartamento y por la tarde, fuimos al Castillo de San Jorge, que es lo que nos quedaba por ver.
Castillo de San Jorge
Este es el folleto oficial.
Horario: Desde noviembre hasta febrero: de 9:00 a 19:00 horas.
Precio: Adultos: 10 €
El Castillo de San Jorge es uno de los monumentos más conocidos de Lisboa. Tanto de día como de noche su imagen sobresale en la cima de la colina de San Jorge, la más alta de Lisboa y donde se encuentran los barrios Castelo y La Alfama.
Construido en el siglo V por los visigodos, el Castillo de San Jorge fue agrandado por los árabes en el siglo IX y modificado durante el reinado de Alfonso Enríquez. En 1938 sufrió una restauración completa.
Su período de máximo esplendor se extendió desde mediados del siglo XIII hasta principios del siglo XVI, época en la que el castillo estuvo ocupado por los reyes de Portugal. Como muestra de su pasado, actualmente se están recuperando restos fenicios, griegos y cartaginenses.
La visita nos llevó un par de horas, ya que la zona es bastante grande. Además del castillo con sus once torres en el mismo recinto hay un pequeño museo, un bar y un restaurante. Después de visitar la fortaleza es recomendable dar una pequeña vuelta por las calles cercanas.
Desde lo alto de la fortaleza hay las mejores vistas de Lisboa. Se puede aprovechar la visita al Castillo de San Jorge para visitar la Catedral de Lisboa, situada a escasos minutos andando.
Luego bajamos andando tranquilamente y llegamos hasta las plazas de abajo. El tiempo estaba regular, así que nos sentamos un rato en un bar a tomar algo.
A las 20h teníamos reservado fado para cenar en Povo Lisboa. Este es el link. Es un pequeño bar donde actúan diferentes cantantes locales y creo que pagamos un pequeño suplemento por la música. La comida estuvo muy bien, platos tradicionales. Los costó todo 45€. Durante la cena a ratos teníamos música, en los que bajaban la iluminación de la sala, y a ratos podíamos comer tranquilamente, así que para nuestro gusto fue ideal. Los cantantes parece ser que van cambiando y a nosotras nos gustó mucho.
Y aquí acaba nuestra visita en Lisboa. Sólo nos ha quedado por visitar el Barrio Alto y el Chiado, cuya información dejo a continuación, por si es de interés.
El Chiado y Barrio Alto
Nos quedo por visitar el Chiado, que es un barrio elegante y bohemio conocido como el “Montmartre” de Lisboa. El Chiado fue totalmente reconstruido tras el incendio de 1988 y en él destacan las calles do Carmo, con las ruinas de la iglesia del mismo nombre, y la de Garret.
El Barrio Alto representa la Lisboa alternativa y es probablemente el mejor lugar de la ciudad para escuchar fados. Por sus calles abundan los graffitis y la ropa tendida. Para llegar hasta el Barrio Alto podéis tomar la Rua Misericordia.
La Praça Luís de Camoes, uno de los escenarios de la Revolución de los Claveles, marca el límite de los barrios del Chiado y del Barrio Alto.
Para llegar a estos barrios lo mejor es coger el tranvía 28, el elevador de Santa Justa o el elevador Da Gloria que está en la misma Plaza de los Restauradores. Tomando el Elevador de Santa Justa podemos ver las cuatro manzanas de casas que se incendiaron el 25 de agosto de 1998.
Lugar común de encuentro es el café A Brasileira, en cuya terraza, instalado en una de sus mesas, una escultura de bronce representa a Fernando Pessoa. Desde el Mirador de Sao Pedro de Alcántara podemos disfrutar de espléndidas vistas de La Baixa, el Tajo y la colina del Castillo de San Jorge.
Día 4: Tren a Oporto, llegada hacia las 13h. Tarde en Oporto y vuelta por la noche
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