Bratislava (día 4: sábado 5 de enero de 2019)

El billete de tren lo puedes comprar por internet, pero hay que imprimirlo antes en las máquinas de las estaciones, así que decidí que no valía la pena. Quizás en verano haya más aglomeración, pero ahora no era el caso.

También había leído que el precio del tren era 9€ por trayecto + 3€ de elegir asiento, eso sí, si lo compras de un día para otro. Comprados el mismo día valen 14,5€. Por eso fuimos a comprarlo el día anterior. No reservamos asiento, tampoco nos lo ofrecieron. Si no tienes billete reservado, hay que fijarse en los asientos que están reservados. Se pueden identificar porque donde está el número de plaza, arriba en el espacio para equipaje, hay un papelito (amarillo) que indica el trayecto reservado. Si no hay ningún papelito, te puedes sentar.

El tren sale desde la estación de Nyugati, el trayecto dura 2 h 26’ y hace un par de paradas por el camino. Sale uno cada hora. Puedes encontrar los horarios por internet aquí . Los billetes son abiertos, así que puedes coger el tren que quieras.

Teníamos que decidir qué tren cogíamos. Los primeros de la mañana eran a las 7.41h o a las 8.41 h. Para hoy había previsión de nieve, tanto aquí, como allí, así que decidimos no madrugar tanto, ir en metro a la estación, y coger el tren de las 8.41h, que nos deja en Bratislava a las 11h.

Había que coger la línea de metro azul, y resulta que estaba cerrada. Bufff, andando teníamos unos 25’ y no íbamos muy sobrados. Pero nos indican que hay un autobús lanzadera, que se coge saliendo por la salida B, en nuestro caso para ir a Nyugati, justo al salir a la calle. Efectivamente, el bus M3 estaba llegando. Como eran 2 paradas de metro, dedujimos que serían 2 paradas de autobús, y efectivamente nos dejó a la salida del metro de Nyugati. Tenía pinta de estar la línea en obras y la suplían con el autobús Hay que decir que funcionó muy bien y llegamos muy rápido.

Así estaba el día en Budapest cuando nos levantamos, camino de Bratislava.

Estación de Nyugati, Budapest.

Cuando llegamos a la estación de Nyugati preguntamos a los señores con chaleco amarillo para ir a Bratislava y nos indicaron el tren que estaba en la vía. Nos pareció supercómodo y sólo había otro chico y nosotros en todo el vagón. Enseguida pasó el revisor y resultó que estábamos en primera clase. Nos movimos dos vagones más para atrás, pero nos siguió pareciendo muy cómo y moderno, aunque en esta zona sí que había más gente. Cuando cruzamos la frontera, cosa que notamos al mirar Google Maps, nos pasó otro revisor a controlar.

Tren a Bratislava… (1ª clase)

El trayecto se hace muy agradable, para nada se hace pesado. Y menos teniendo en cuenta que nos nevó todo el camino y que había zonas que estaban muy blancas por la nieve. Nos gustó mucho ir viendo el paisaje. Algunos tramos de carretera no se veían muy transitables, así que mucho mejor el tren que haber ido en autobús Nos habíamos hecho bocadillos para aprovechar el tiempo y llegar desayunados.

Tren a Bratislava… 2ª clase

En tren camino de Bratislava…

Estación de tren de Bratislava.

El tren no acaba en Bratislava, así que hay que estar atento porque la parada es corta. Otro detalle a tener en cuenta es que aquí se utiliza el euro, así que no hace falta cambiar.

Intentamos hacer un Free Walking Tour, pero sólo había en inglés, así que decidimos visitar la ciudad por nuestra cuenta. Si te interesa hacerlo, aquí tienes la información.  Seguía nevando. Decidimos ir andando hasta el centro, que estaba a unos 20’ andando.

Mapa de Bratislava.

Hay unos porches, que es donde paran los autobuses, y hay que seguir esta calle recta hacia el final. A mitad de camino pasamos por el Palacio Grassalkovich y sus jardines. Es la residencia del Presidente de Eslovaquia, que no está abierto al público, pero se pueden ver sus jardines. Estaba todo nevado y una chica se pegó un culetazo allí mismo, así que no entramos. Seguimos hacia el centro, con mucho cuidado.

Bratislava…

A continuación, pasamos por la Iglesia de la Santa Trinidad, pero estaba cerrada. Así que ya nos dirigimos hacia la Puerta de San Miguel, una de las imágenes más representativas de la ciudad. St. Michael’s Gate es la única superviviente de las 4 puertas con las que contaba la Bratislava Medieval. Es un museo.

Puerta de San Miguel de Bratislava, Eslovaquia.

Llevábamos rato andando y seguía nevando. Empezábamos a tener frío y no estábamos seguros si íbamos mojados, así que entramos un rato en una cafetería a entrar en calor. Nos tomamos unos chocolates calientes, descansamos un rato, confirmamos que aún íbamos secos y seguimos hacia la plaza principal, la Plaza Hlavne Namestie, otro de los puntos imprescindibles que tienes que ver en Bratislava.

Bratislava, entrando en calor…

El Ayuntamiento Antiguo encabeza la Plaza con su Torre del Reloj. Del S. XV, es uno de los edificios más antiguos del país, y actualmente tiene un museo. Por detrás del ayuntamiento está la Iglesia de los Franciscanos, pero no fuimos. Todo el suelo empezaba a ser una balsa de agua y costaba andar. La fuente estaba cubierta por una especie de casetas, supongo que navideñas, porque estaba todo cerrado. Aquí también vimos el Soldado en la caseta, una de las estatuas de bronce que hay repartidas por el centro. Y un poco más adelante la más famosa, el Sr. Cumil, un obrero que sale de una alcantarilla, casi cubierto por la nieve.

Plaza Hlavne Namestie de Bratislava, Eslovaquia.

Mr. Cumil en Bratislava.

Íbamos a ir a la Iglesia Azul, pero quedaba a desmano y la nieve iba siendo lluvia, así que nos dirigimos hacia el castillo, el otro punto fuerte de la visita. Uno de los encantos de Bratislava es pasear por sus callejuelas, pero el tiempo no acompañaba nada, y eso que llevábamos calzado adecuado.

Andando por la avenida Hviezdoslav llegamos hasta la Catedral de San Martín, escenario de la coronación de 11 reyes húngaros entre los s. XVI y XIX. No es una catedral muy espectacular, pero su visita es gratuita y nos sirvió para resguardarnos un rato de la lluvia. Y decidimos ir a ver el castillo, que está justo al otro lado de la carretera, y con esto terminar la visita a Bratislava, puesto que el tiempo no tenía previsiones de mejorar.

Catedral de San Martin, Bratislava.

Hay un cartel que indica el acceso al castillo. Subimos unas pocas escaleras y llegas a un mirador desde donde hay unas magníficas vistas del río y del UFO. El UFO es un mirador que vale 7,40€ su acceso y que también tiene un restaurante, que te ahorra el pagar la entrada si comes allí. Decían que no merece la pena pagar por estas vistas y, desde este mirador yendo al castillo, las vistas son espectaculares.

UFO en Bratislava.

Vistas de Bratislava desde el castillo.

Exterior del Castillo de Bratislava

Un grupito de turistas que bajaba de vuelta nos dijo que el castillo estaba cerrado, que no merecía la pena ir hasta allí, y les hicimos caso, a pesar de que teníamos apuntado el horario de invierno de 7 a 16h. Se recomienda dejarlo para el final para poderlo ver al atardecer.

En fin, aquí acababa nuestro raro día de nieve en Bratislava. Habíamos leído que Bratislava se puede ver en una mañana y nos apeteció hacer la excursión de ida y vuelta en un día. Es una de las capitales más flojitas que hemos visto, a pesar que nos lo pasamos muy bien con la aventura de tener un día de nieve. Nosotros lo hicimos por ver otra capital, así que nos compensó. También nos pareció cara, a pesar de que al final compramos y comimos a buen precio.

Miramos los horarios de los trenes para no tener que esperar 1 hora en la estación. Pasaban todas las horas a y 57’, pero no nos dimos cuenta que el de las 14.57 h no existía. Cuando llegamos a la estación, ya lo supusimos por las pantallas, pero en información nos lo confirmaron. Así que finalmente tenemos una hora muerta esperando el tren. Compramos un imán y un suvenir de Bratislava en la misma estación y aprovechamos para comer.

Allí mismo había una pizzería y, como no teníamos mucha hambre, pedimos dos pizzas y unas patatas fritas para compartir. Qué pizzas tan buenas, y eso que son de masa gorda, que a nosotros no nos entusiasman mucho. Nos atendieron muy rápido, estuvimos calentitos con la calefacción dentro y nos sobró pizza que nos llevamos. Las pizzas valían 6-9€ y la cerveza grande 1,5€. Muy bien para los precios de restaurantes que habíamos visto por el centro de Bratislava, donde la mayoría de platos rondaban los 20€.

Pizzeria en la estación de tren de Bratislava.

Tuvimos tiempo de sobra de comer y entrar un poco en calor. En las pantallas anunciaban que nuestro tren tenía 15’ de retraso.

Si tienes que esperar mucho, en el piso de arriba hay una sala de espera donde se estaba calentito. Pero en Bratislava el tren sólo hace una parada corta así que, localizada la vía, había que estar pendiente… A la vuelta el tren finaliza el trayecto en Budapest, así que aquí te puedes endormiscar sin problema.

Llegamos sobre las 18.30h, misma operación para volver al apartamento. Entramos en el metro y allí nos dijeron des de que salida coger el bus de vuelta. Las chaquetas, guantes y gorros estaban empapados y las botas también habían calado por dentro. Pusimos toda la ropa a secar en las estufas, para poder salir por la noche, porque chaqueta no traíamos de recambio. Por suerte, por dentro no habían calado.

Salimos a cenar y dimos una vuelta por la zona de la calle Kiraly, donde hay mucho ambiente y muchos bares y restaurantes para todos los gustos

Y como no teníamos mucha hambre, decidimos repetir en el restaurante Fuego. De nuevo pedimos un pollo con patatas y cambiamos las croquetas por calamares, también deliciosos.

Al salir fuimos a dar una vuelta al bar de ruina Szimpla, muy curioso, mucho más grande de lo que me esperaba, con diferentes zonas donde tomar algo, comer, e incluso había música en directo. Nosotros pillamos un grupo de Heavy que estuvo francamente bien.

Bar de ruina Szimpla, Budapest.

Y aquí acaba nuestra última noche en Budapest. Nos hubiera gustado ver algún otro bar de ruina, pero con este frío no es tan agradable. Hay que decir que, a pesar del tiempo, es de las ciudades que por la noche hay ambiente, así que en primavera y verano tiene que ser una pasada.

Otros gastos del día:

Chocolates calientes y café con leche en Bratislava: 8,5€

Comida en pizzería en la estación de Bratislava: 18,5€

Imán de Bratislava: 3€

Suvenir de Bratislava: 5€

Cena en restaurante Fuego: 8850 Ft

10 tiquets de metro: 3000 Ft

Paquete de Winston: 1160 Ft

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Dia 5: Plaza de los Héroes, Café New York y Puente de la Libertad