Excursión a Islas Ballestas y desierto de Huacachina (día 3: 2-8-2023, miércoles)

Yo y mi jet lag hoy hemos amanecido a las 2am, sigo descontrolada… El despertador lo teníamos a las 2.30h y pedimos el taxi a las 3am, según nos recomendaron en el hotel, para ir a la terminal de autobuses de Cruz del Sur a coger el bus de las 4am. Nos costó 26 soles y llegamos en 20′, aún demasiado pronto, estaba todo cerrado. Cuando nos vio el vigilante de seguridad con el equipaje, nos dejó entrar. El bus costó 70 soles.

Terminal de bus de Cruz del Sur en Lima.
En bus de Lima a Paracas con Cruz del Sur y se agradece la manta del avión…

En Perú una de las cosas que nos sorprendió es que absolutamente todo está cerrado a cal y canto, con rejas por todas partes.

Aquí, al ser terminal de Cruz del Sur, no hubo que pagar la tasa. Lo que sí que hay que hacer cuando cojas un bus es el pesaje del equipaje. Se permiten 20 kg por maleta. Hay una ventanilla para el pesaje, te dan una etiqueta con un número para que luego lo puedas recoger y ellos se lo quedan y lo suben al bus.

Este fue nuestro primer bus, semicama, con wifi, usb, pantalla de tv… pero fuimos durmiendo todo el camino o, por lo menos, intentándolo. No vi nada en todo el camino, pero este trayecto sí puedo decir que apenas hubo baches, fue muy tranquilo. Y llegamos puntualmente a las 7.15h.

Nosotros habíamos negociado con una agencia un pack por 100 soles por persona que incluía: recogida en terminal de buses de Paracas, tour islas ballestas + impuestos, traslado al oasis de Huacachina, tour en el Oasis + impuesto y traslado a la terminal de Ica.

El precio me pareció imbatible, lo había visto por más del doble… En Paracas íbamos a pasar una noche, que al final fue sacrificada, en el Atenas Backpacker Hospedaje. Desde ese alojamiento recibimos los precios de todas las excursiones que hacían a través de la agencia Descubre Paracas.

Nos recogieron en la terminal de buses y nos llevaron al alojamiento Atenas Backpacker, donde nos invitaron a una bebida caliente mientras esperábamos que fuera la hora de irse… por la mañana hace fresquito.

Tour en Islas Ballestas

Hay 2 horarios para hacer este tour, a las 8 y a las 11h. Nosotros elegimos el primero. La duración es de 30’ de ida en barco, 1 hora de visita en las islas y otros 30’ de vuelta en barco.

Fuimos andando hasta el puerto, con más gente que hacía el tour desde el alojamiento. Allí lo tienen todo muy bien organizado y te indican qué barco es el tuyo. Nos tocó El Mesías, así que nada podía salir mal!! Aquello parece el Port Aventura en pleno apogeo, con filas y más filas y organizadores gritando, cada uno con su grupo.

Esta nos pareció la excursión más interesante. Para ello hay que llegar a la ciudad de Paracas, que está a unas 3h de Lima. Se llega desde Lima, en viaje de ida y vuelta el mismo día o siguiendo ruta hacia el próximo destino que puede ser el desierto de Huacachina en Ica o directamente Nazca.

Son barcas tipo lancha rápida de capacidad de unas 30 personas, te ponen chalecos salvavidas y se mueven bastante, íbamos a 50 km/hora. La guía iba dando explicaciones muy adecuadamente de lo que íbamos viendo.

Se recomendaba sentarse en la parte izquierda de la embarcación y fue todo un acierto. Se ve mucho mejor todo, a pesar de que en algún momento paran la lancha. También se recomienda abrigarse mucho. Nosotros preguntamos si nos llevábamos el chubasquero y nos dijeron que en el turno de las 8 no hace falta porque el mar está tranquilo, que en el de las 11h hay más movimiento, así que sin saberlo, no podíamos haber elegido mejor. Insistieron en que lleváramos ropa de abrigo porque hacía fresquito. El clima hoy lo teníamos como ayer, nublado por la mañana y luego a media mañana despejó totalmente. Y nos dijeron que suerte con este clima, porque si ya amanece con sol, enseguida se gira brisa y es peor.

La actividad está sujeta a condiciones climatológicas, que pueden ser notificadas incluso el mismo día. Así que informarse antes de hacerlo, por si hay cambio de planes. De hecho, nos dijeron que los próximos 3 o 4 días esperaban mal tiempo y no saldrían barcas, así que parece que el mal tiempo es bastante habitual.

El Candelabro durante el tour de Islas Ballestas, Perú.
Leones de mar durante el tour de Islas Ballestas, Perú.
Estamos en temporada baja, así que hay mucha menos fauna en este mes.

Islas Ballestas
La Cara de Cristo en el tour de Islas Ballestas, Perú.

Durante esta travesía navegaremos junto al litoral de la península de Paracas. Desde la embarcación veremos las líneas talladas del enigmático geoglifo de El Candelabro y seguimos la travesía bordeando la costa.

Durante la ruta conoceremos también algunas costumbres, curiosidades y anécdotas de la fauna marina, como que las aves guaneras suelen escoger este archipiélago peruano para alumbrar y cuidar a sus crías. También nos hablaron sobre el guano, las toneladas de excremento de estas aves, que la última vez que limpiaron fue en el 2021. Y pudimos ver miles de camaroncitos en el agua, que le daban un tono rojizo al agua, y que al principio pensamos que era el reflejo de las rocas.

Bancos de camarones que tiñen el agua de rojo, como si de la sombra de las rocas se tratara…
Ampliación del banco de camarones.

Ahora es temporada baja, así que no había tantos ejemplares de fauna como en otros meses, pero aún así nos encantó. Vimos algunos leones marinos, pingüinos Humboldt y aves endémicas que suelen sobrevolar las islas, anidando en sus partes más elevadas.

Teníamos tiempo libre hasta las 12h, que había que estar en el hotel para el traslado hasta Ica. Aprovechamos para desayunar y dar una vuelta, viendo las tiendecitas de souvenirs y restaurantes. Hay pelícanos en el puerto, algún león marino…

Puerto de Paracas, Perú.
Desayunando en el puerto de Paracas, Perú.
Transfer de Paracas a Ica, Perú.

El transfer hasta Ica fue en un bus de unas 30 plazas y tardamos casi un par de horas. Las carreteras son buenas y el camino se hace agradable. Nos dejaron en el Oasis y hubo que buscar la ubicación que nos habían enviado para dejar nuestro equipaje en el hotel La Casa de Bamboo, a unos 300 m de allí y muy cerca del Oasis, con buena pinta.

Nos dimos una vuelta por el Oasis, es de lo más turístico que hemos visto en Perú, todo alrededor del lago y tampoco hacía tanto calor como nos habían dicho, así que estuvimos muy a gusto paseando. También nos habían dado el tiquet con la tasa, pues para subir a la duna nos lo pidieron. Hay barquitas para alquilar, también.

Oasis de Huacachina en Ica. Perú.
Subiendo a la Duna del Oasis de Huacachina en Ica. Perú.

Tour al Oasis de Huacachina

Precio tasa: 4 soles

A las 16h teníamos la excursión en buggies por el desierto. Esta excursión se hace a partir de las 14h, nos dijeron que cuanto más tarde mejor, porque en el desierto hace muuuucho calor al mediodía. La pusimos a esta hora puesto que se tarda una hora aprox en hacerla y luego hay que llegar a la terminal de autobuses, a una media hora, para poder llegar a tiempo incluso para cenar algo. Y aquí tuvimos un incidente con la excursión.

A las 15.45h estábamos de vuelta en el hotel para la excursión en buggie. Fuimos andando, está muy cerca. Hay que subir un trozo de duna y allí arriba están todos los buggies aparcados, ya los habíamos visto antes. Aquello es una locura de gente, preparada para abordar los coches.

Tour en buggie en el Oasis de Huacachina en Ica, Perú.

Cuando te asignan un buggie, son de unas 10 plazas y no salen hasta que se llenan, te pones en marcha a toda velocidad por entre las dunas, en una procesión de buggies, uno detras de otro.

Además de poder apreciar el paisaje del desierto, con sus pronunciadas subidas y bajadas, se llega a un llano donde se puede practicar sandboarding. Por supuesto, nos animamos a hacerlo… nos enseñaron que hay que tumbarse de panza y te tiras de cabeza y, si hace falta, se frena con los pies. La verdad es que no se levanta arena ni nada, ni a la cara, ni a los ojos… Íbamos con manga larga, por si acaso, pero no fue necesario, no hacía nada de viento.

Sandboard en el desierto de Huacachina, Perú.

Fue muy divertido. A mi me impacta mucho las bajadas tan en vertical. Nos dejaron tirarnos hasta abajo del todo de la duna, cosa que no hicimos porque pensé que había que subir andando de vuelta… y media subida era más que suficiente. Pero nos pasaban a recoger con el coche abajo del todo, lástima no haberlo sabido antes. Estuvo muy bien la excursión.

Este fue nuestro incidente con el buggie, que entrecomillo por si te lo quieres saltar.

“Insistimos en que teníamos que irnos a las 16h para tener tiempo de llegar a la terminal de autobuses. Éramos los únicos que teníamos que coger el bus, el resto se quedaban a dormir y fuimos andando desde el hotel un grupo de 30 personas, todos fueron repartidos en los buggies menos nosotros. El que se encargaba de nosotros allá arriba insistía en que se tardaba un rato en llegar a la duna, igual que habíamos tardado nosotros, y que estaba viniendo gente.
Pero eran las 16.30h y allí sólo quedábamos 4 del grupo de 30. Tenía pinta que nos iban a meter en el grupo de las 17h. Escribí a la agencia por Whatsapp, puesto que así nos habíamos estado comunicando, y en menos de 5′ ya estábamos yéndonos en otro buggie dónde sólo faltaban 2 personas, que fuimos nosotros. Y además nos sentaron delante!! Luego a la vuelta, como les había dicho que no íbamos a tener tiempo de cenar nada antes de coger el bus, nos obsequiaron con un par de botellas de agua fresca y galletitas saladas.
Suerte que escribí para que agilizaran nuestra excursión, porque había muchísimo tráfico saliendo del oasis. Nuestro chofer no paraba de coger rutas alternativas con poco éxito, para un trayecto de supuestamente 30′, y llegamos 20′ antes de la salida del bus”.

El bus a Nazca era también con Cruz del Sur y el horario era de 19 a 22h, pero llegó casi con una hora de retraso. Puesto que después de tanto correr, al final nos sobraba tiempo, justo al lado había un carrito de pasteles y fui a comprar un par. Aquí tuve mi segundo incidente del día.

Compré 2 pasteles que valían 3 soles cada uno. Le pagué con un billete de 50 soles. Eran 3 personas en el tenderete, una chica, un chaval y un señor más mayor que empezó a mirarse bien el billete que era muy nuevo. Revisó la banda magnética, lo dobló, lo arrugó, lo estiró fuerte y se le partió en dos.

Entre los 3 coincidían que era falso. Entonces me acordé de lo del tampón que me habían dicho en la casa de cambio, que en el mismo momento no entendí, y es que todos sus billetes llevan el tampón de “Rey”, en pequeñito, para garantizar que no es falso. Pero los que me dieron eran de 100 soles, y este era de 50, así que no venía de allí sino de alguna compra que ya había hecho.

Primero pensé, qué mala suerte. Pero dándole vueltas a la cabeza… pienso, estamos tontos?? Les digo que si creían que era falso, que me lo tendrían que haber dicho, me lo devuelven, yo les doy otro y ya haré yo lo que considere con el “supuesto” billete falso. Que 50 soles son como 13€ y quizás para ellos no es dinero, pero para mi sí lo es y claro, ahora la que se ha quedado sin los 13€ he sido yo.

Me dicen que vaya al banco y que si no es falso, que ellos me lo reemplazan por otro billete. A las 19h cómo voy a ir al banco, si estoy esperando que me voy en el autobús ya mismo… Pero me dicen que justo en la calle de enfrente hay un banco, y abren por la tarde, esto ya lo habíamos visto, así que para allá que voy.

Le explico a la señora de la ventanilla lo que me acaba de pasar y me dicen que de falso nada. Pregunta a las 2 compañeras y todas coinciden que el billete era bueno. Le pido que me haga un papel con el membrete del banco conforme el billete es válido para llevárselo al chiringuito, pero me dice que más fácil, que se quedan el roto y me devuelven uno nuevo. Ole yo!!

Así que volví a por mis pasteles y para decirles que mi billete no era falso y que, otra vez, lo devuelvan al destinatario antes de romperlo con tanta facilidad.

Mi marido estaba de los nervios esperándome en la terminal de bus, porque fui a comprar a la esquina, y tardé un buen rato con las gestiones…

Cuando llegó el bus, había una buena cola para el pesaje de equipaje. Llegamos a Nazca cerca de las 23h. El camino fue placentero, pero al ser de noche, no vimos nada, fuimos todo el camino endormiscados.

A tiro pasado, decir que Paracas nos gustó, como pueblecito pesquero para haber estado más tranquilamente; y también el Oasis de Huacachina, a pesar de ser super turístico, para haber cenado allí en plan relax. Si se tiene más tiempo, cualquiera de los 2 lugares hubiera estado bien para darle una noche más, si se tiene, al viaje.

Este es nuestro alojamiento en Nazca, el Hostal Boulevard, muy cerca de la estación de autobuses. Estuvimos muy bien y en una zona muy tranquila, muy buena relación calidad precio y limpio. Nos ofrecieron ducharnos al día siguiente, antes de coger el bus, si nos hacía falta. Evidentemente también nos guardaron el equipaje.

Nos ofrecieron recogida gratis pero como está tan cerca, la rechazamos para poder tener contacto con los taxistas del lugar a nuestra llegada, puesto que mañana vamos a hacer Nazca por tierra.

Curiosamente salimos de la terminal, y eso que íbamos tarde, y hay un señor con un cartelito con mi nombre 🙄. Si no he pedido que me recoja nadie!! Una crack Elisabeth, la señora del alojamiento. Como le había preguntado por los precios de las excursiones, con guía y con taxi, pues se anticipó y me mandó el taxi a buscarme, para que así no tuviera la opción de negociar con nadie.

E hizo bien, porque se llevó la venta. Llegábamos cansados y hoy ya no íbamos a negociar nada. Previamente habíamos calculado lo que nos podría salir un taxista, así que a la llegada al hotel, viendo lo avispados que eran, abordamos el tema. Nos salió más o menos lo que teníamos pensado, así que cerramos el trato, para no tener que estar perdiendo tiempo en buscar alguien más barato, que tampoco sabíamos si nos iba a llevar a los sitios correctamente. Yo había calculado 300 soles y me pidieron 340, así que nos pareció bien. Creo que se podía haber conseguido más barato, pero ellos estaba claro que conocían los lugares y priorizamos el tiempo al dinero.

No encontramos tiendas abiertas, eran cerca de las 12 de la noche, así que nos comimos en la habitación las galletitas que nos habían regalado y nuestro embutido.

Día 4: Nazca