Desde Oporto a Lisboa (día 1: viernes, 23 de octubre de 2020)
El vuelo salía a las 10 de la mañana, muy buena hora para no tener que madrugar. Llegamos al aeropuerto de El Prat antes de las 8:30 h y en 20′ ya habíamos hecho los trámites. Como no tenemos que facturar, la cosa va muy rápida. Salimos puntualmente y llegamos también puntualmente, sobre las 11. h. El vuelo dura 2 horas pero en Portugal tienen una hora menos así que acabamos de ganar una horita.
Antes de desembarcar ya vemos que tenemos problemas con el roaming. Acabamos de cambiar de compañía móvil, la misma para las 2, y no tenemos datos. Recibimos el sms correspondiente con un numero de teléfono. Llamamos y nos dicen qué opciones tenemos para conectarnos. Como estábamos en movimiento, nos costaba conectar a las 3 opciones que había. Nos advirtieron que mejor lo intentáramos de forma manual, en vez de automática, cuando estuviéramos en la ciudad. Al principio nos costó, pero acabó funcionando. Tengo la sensación que las comunicaciones no eran muy buenas por la zona.
Para ir del aeropuerto al centro la mejor opción y la más económica es el metro. Se coge allí mismo, bajando unas escaleras mecánicas. Hay máquinas para comprar el billete. Hay que comprar la tarjeta andante y es recargable. A la vuelta nos volvió a servir, sólo tuvimos que recargar en la máquina. Es individual y vale 0,60. Es de cartulina y hay que ir recargando según los viajes que necesites. El precio del billete de metro es 1,95€.
Por suerte, llevábamos los horarios de las 2 posibilidades que teníamos para ir a Lisboa. Decidimos que, en función del horario, elegiríamos una opción u otra. Puedes ir:
- En tren: fue nuestra opción, porque la parada de tren la teníamos más cerca del apartamento. Entonces cogimos el metro, línea morada (E) hasta Trinidade, una media hora, y allí hicimos transbordo hasta Campanha, 4 paradas más.
- En bus. Tarda unas 3 horas y media y pasan cada media hora aprox.
Cogimos el tren de las 12.42h que nos dejó en Lisboa a las 16h. El viaje fue muy cómodo, con wifi y casi vacío. El precio fueron 25€ por persona. Y cuando llegamos teníamos una media hora andando hasta el apartamento. Sólo teníamos que pasear por el Paseo Marítimo, y con el día soleado que hacía, ya teníamos claro que lo haríamos andando tranquilamente, y así tomábamos contacto con la ciudad.
Durante el viaje nos encontramos muchas zonas en obras, entre ellas la zona marítima.
Plaza del Comercio
El primer lugar importante al que llegamos fue la Plaza del Comercio, que es la plaza más importante de Lisboa. Fue construida donde estuvo situado el palacio real antes de ser destruido por el gran terremoto de 1755. Se compone de un conjunto de edificios porticados en tres de sus lados y está abierta en el lado del Tajo. Aquí podemos ver el Arco Triunfal da Rua Augusta, que da comienzo a la calle Rua Augusta, la calle más importante de La Baixa. También tenemos la Estatua ecuestre de José I rey portugués que estuvo al mando durante el terremoto de Lisboa. Cerca de la plaza, en la orilla del río, está la estación fluvial Cais de Sodré, de donde parten las excursiones por el Tajo y los barcos que cruzan el río.
Dejamos las cosas en el apartamento, que no podía estar mejor y más bien ubicado, y salimos a ver la ciudad, aprovechando el buen día que hacía.
Se de Lisboa
Llegamos hasta la Catedral, conocida como la Sé de Lisboa, es la iglesia más antigua e importante de la ciudad. Su construcción data del siglo XII y su estilo predominante es el románico. La entrada es gratuita, pero se tiene que pagar para ver el Claustro o el tesoro. Como el Monasterio de los Jerónimos, que ya veríamos, tiene un claustro más grande, éste lo descartamos.
Y estuvimos paseando por el barrio de La Baixa, el más céntrico e importante de Lisboa, también reconstruido tras el terremoto. Es el barrio más comercial y durante el día está muy animado.
En este barrio se encuentran las plazas y calles más emblemáticas, por las que estuvimos paseando:
- la Avenida de la Libertad, la más majestuosa de Lisboa, comercial y llena de cafés con terrazas cubiertas, monumentos y jardines;
- Plaza de los Restauradores, llamada así en honor de los que en 1640 se rebelaron contra la dominación española y en cuyo centro se encuentra un obelisco para conmemorar el acontecimiento;
- Plaça do Rossio a unos 200 m de la Plaza de los Restauradores;
- y la Plaza de Figueira y Plaza del Comercio, la más espectacular de Lisboa.
Plaza Rossio
El sol se había ido y hacía fresco, así que nos sentamos en La Tendinha de la Plaza Rossio a tomar algo, para entrar en calor.
Es la zona más animada de la ciudad y en los lados de la plaza y en sus calles aledañas hay tiendas, bares y restaurantes.
En esta plaza tenemos:
- la estatua de Pedro IV de Portugal, El Rey Soldado;
- el Teatro Nacional Doña María II;
- la estación ferroviaria de Rossio, desde donde cogimos el tren a Sintra;
- y el Café Nicola, con su fachada art déco.
Elevador de Santa Justa
Precio: 5,30€, incluye subida y bajada y acceso al mirador.
Y paseando llegamos al Elevador de Santa Justa, a medio camino entre transporte y atracción turística. El Elevador de Santa Justa es una de las formas más rápidas de llegar de La Baixa al Barrio Alto. Al igual que los tranvías, no es sólo un medio de transporte, sino que se ha convertido en una atracción turística.
Como medio de transporte el elevador abrió sus puertas al público en 1902, que fue acogido con gran entusiasmo por los habitantes de Lisboa, ya que la comunicación de la parte alta y baja de la ciudad había sido desde siempre un importante problema para el transporte. En sus inicios funcionaba a vapor, pero unos años más tarde se completó la instalación de motores eléctricos. Tiene 45 metros de altura y su estructura nos recuerda a Eiffel, porque fue construido por un seguidor suyo.
Buscamos un sitio para cenar y aquí terminamos el día. Para mañana tenemos Sintra.
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