Bombay y vuelo a Dubái (día 17: jueves, 31 de agosto de 2017)
Para hoy teníamos una mañana escasa para ver Bombay porque a las 14.10 h cogíamos avión internacional que nos llevaba a Dubái haciendo escala corta en Pakistán. Pero el día antes de comenzar el viaje, gracias a una aplicación donde puse todos los vuelos que teníamos reservados para hacer los check-in con más facilidad, descubrí que mi vuelo salía “cancelled”. Y efectivamente, estaba cancelado.
El vuelo lo había comprado directamente en la web de Air Pakistán por 80€ por persona. Intenté contactar con ellos por internet, pero nos íbamos al día siguiente y necesitaba un vuelo que me llevara a Dubái. Así que tiré millas y reservé uno directo que me costó 150€ por barba, casi el doble. Recuerdo haber visto este vuelo cuando reservé el otro, y el precio no había subido, así que aún tuve suerte.
A la vuelta les reclamé el importe del vuelo y me dijeron que tenía razón, que se canceló y no me avisaron y recibí una devolución de la mitad de lo que me había costado, aunque no sé por qué. Como dejaron de contestarme, a través de una empresa que se dedica a reclamaciones de compañías aéreas estamos reclamando. No sé si conseguiré nada, pero no me cuesta dinero, así que veremos si conseguimos que nos paguen algo más.
Así que el nuevo vuelo salía a las 19 h y llegaríamos a las 22h a Dubái. Tenemos todo el día por delante.
Primero buscamos un lugar para el desayuno. Fue difícil encontrar algo parecido a una cafetería. De hecho, no encontramos nada así que nos decantamos por un McDonald’s que estaba abierto, frente a la estación de tren Victoria Terminus, ahora llamada Chhatrapati Shivaji, imponente edificio de la colonización inglesa.
Allí mismo tomamos un taxi que nos llevara al primer destino que teníamos muchas ganas de ver: el Dhobi Ghat, el lavadero más grande del mundo. Allí viven familias enteras que trabajan alrededor de 16 horas diarias lavando ropa con sus propias manos, prácticamente todo en un proceso manual. Está lleno de grandes cubetas donde lavar la ropa, que lo hacen a base de darle golpes sobre una piedra, también tenían alguna centrifugadora muy rudimentaria. Después hay zonas para extenderla con largas cuerdas donde el sol cae a plomo. En otros espacios se plancha, con las típicas planchas antiguas grandes y pesadas de carbón. Y los niños por allí en medio jugando. Todo un espectáculo. Está claro lo mal repartido que está el mundo. Los que trabajan aquí son una de las castas más bajas de la India.
Llevábamos zumos y galletas y se los dimos a los niños. Se pusieron muy contentos. Por allí apareció un tipo con unos tickets que pretendía que pagáramos entrada, pero pasamos de él.
Cogimos otro taxi y fuimos a la Mezquita Haji Ali Dargah, que nos pareció curiosa porque está en medio del mar, por un camino con agua ambos lados unos 500m. mar adentro. Toda la estructura es blanca y es muy vistosa. Luego cuando te acercas, está un poco dejada. Hay mucho ambiente de gente joven que pasa el rato en el rompeolas. Y en el patio de la mezquita hacían comida, así que todo estaba muy lleno de gente.
Eso sí, el agua estaba asquerosa. Hasta ahora no habíamos visto tanta suciedad. Montañas y montañas de basura amontonadas al borde del mar y en todas partes. Esta es la India que esperábamos encontrar en todas partes y que, hasta ahora, no habíamos visto. Realmente Bombay nos pareció una ciudad sucia, dejada, decadente como no habíamos visto hasta ahora en ningún otro lugar. Muchos edificios estaban apuntalados, incluso edificios muy altos con rejas en todas las ventanas y balcones… También hace mucho bochorno y el tráfico es extremadamente caótico.
Después fuimos a ver el templo jainista de Shri Adishwarji Jain Temple. Era mediodía y el tráfico era caótico. Nos costó un montón llegar y mientras los otros taxis nos costaron unas 100 rupias, este nos costó 400. Hay decir que todos ponían el taxímetro.
En la zona de oración del templo no nos dejaron entrar.
Y para terminar las visitas rematamos en la Puerta de la India, que es el símbolo de la ciudad. Me impresionó porque es mucho mayor que la que hay en Delhi. Está dentro de un recinto cerrado con estrictas medidas de seguridad para acceder. Por este arco se fueron las últimas tropas de la colonia británica cuando abandonaron la India…
Ya eran las 13h y estábamos cansados. Buscamos un taxi para ir al aeropuerto, picamos cualquier cosa y dimos la visita por terminada. No nos ha gustado nada Mumbai, pero ha valido la pena la visita más que para ver la Puerta de la India y el Dhobi Ghat.
Llegamos a Dubái hacia las 22h. Tenemos un coche reservado para 3 días con Autoeurope que nos costó 62€.
Cuando salimos del aeropuerto el bochorno es brutal. Se me empañan las gafas y no hay manera de que se desempañen. El contraste de temperatura creo que es lo más bestia que hemos sufrido nunca. Ni en Singapur pasamos tanto bochorno, y eso que son como las 23 h. Bufff la que nos espera…
Con Maps.me llegamos con relativa facilidad al apartamento que teníamos reservado. Hemos terminado un fantástico viaje por la India que nos ha encantado. Mañana el contraste será brutal y seguro que tampoco nos dejará indiferentes.
Otros gastos del día:
Desayuno en el McDonald’s: 700 rupias
Taxis para Bombay: entre 120 y 200 rupias.
Taxi del hotel al aeropuerto de Bombay: 700 rupias
Tabaco: 250 rupias
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