Día 10: domingo, 7 de agosto de 2011

El desayuno genial. Hacemos la misma operación que de costumbre y nos comemos la mitad de los bollos y con la otra mitad nos preparamos bocatas para luego. Incluso nos trae huevos duros recién hechos. La señora encantadora, y eso que no nos entendíamos…

Desayunando en nuestra casita de Wenns...

Desayunando en nuestra casita de Wenns…

Y estas las vistas desde el balcón de la habitación…

Vistas desde nuestra casita en Wenns.

Vistas desde nuestra casita en Wenns.

CASTILLOS HOHENSCHWANGAU Y NEUSCHWANSTEIN DEL REY LOCO 

Para hoy tenemos los castillos del Rey Loco, que están a 1 h 15’ de Wenns, donde hemos dormido. Luis II de Baviera, el llamado rey loco, era un poco excéntrico y se gastó el dinero de las arcas del estado en la construcción del castillo de Neuschwanstein. El castillo nació como una pura fantasía romántica del rey, y era muy avanzado para la época.

Reservamos las entradas por Internet puesto que decían que las colas que se forman en verano son larguísimas y vale la pena reservar aunque haya que pagar un suplemento. Pedimos la visita para las 10 y nos reservaron a las 10.15 h el primer castillo y a las 12:15 el segundo y a las 9.15 h había que recoger las entradas en el Ticket Center. El precio de los dos castillos es 21,50 € para adultos. Los niños hasta 18 años no pagan. Bien por la Merkel!! Hay un suplemento de 1,80 € por persona y castillo por la reserva por Internet.

Salimos que empieza a chispear y está bastante nublado. A medida que avanzamos llueve más. Hay que estar por lo menos 1 hora antes de la hora que tienes de visita en el ticket center. Como llueve, hay que conducir con más cuidado y tardamos más de lo previsto así que llegamos sobre las 9.25 h. Es domingo y no sabemos si habrá mucha gente, aunque suponemos que con el mal tiempo estará la cosa más tranquila. En el ticket center hay 3 colas. La cola de la derecha es exclusiva para las reservas por Internet. En la otra cola hay gente aunque tampoco me parece tan exagerada como decían en el foro. Yo entro del tirón a recoger las entradas y el de la ventanilla que me dice que la reserva es para mañana. No me lo puedo creer!! Como hice la reserva un par de días antes de empezar el viaje, con las prisas y los nervios me confundí al pedir la fecha y la pedí para el día 8, no para el 7. Era yo la que estaba equivocada!! Le dije al señor que me había confundido y que era un error mío si me las podía dar para hoy. Sin ningún problema me dio para la sesión de las 10.15 h que vi en las pantallas que era en castellano. Muy amables por su parte.

La family me esperaban en el parking, que cuesta 5 € al día, mientras yo iba como una bala a sacar las entradas, y sólo en el trozo de ir hasta el coche me había puesto chorreando. Menudo día nos espera. Teníamos 45 minutos para llegar al castillo de Hohenschwangau. Me cambié los pantalones y nos pusimos las botas de goretex, porque llovía bastante, y los chubasqueros. La verdad es que no hacía frío pero había que mirar de mantenerse secos. A toda velocidad fuimos siguiendo los indicadores hasta llegar al primer castillo, que estaba a unos 20 minutos andando. Llegamos asfixiados porque como perdimos un rato en cambiarnos, pues no nos queríamos relajar y llegar tarde así que pusimos el turbo. Nos sobraron algunos minutitos. Entras en un grupo asignado y vas haciendo la visita en grupo.

Nuestra visita era en castellano, lo que nos evitó tener que llevar audioguías. Íbamos con la guía que al entrar en cada sala le daba al botoncito y empezaba la grabación con la explicación. Más cómodo esto que ir con el teléfono en la oreja, pero creo que fue casualidad que pilláramos el grupo en castellano.

El castillo, precioso. No se pueden hacer fotos ni grabar, aunque la gente se escaqueaba en los cambios de habitaciones, cuando la guía abría o cerraba las puertas que no está tan pendiente del grupo para ir haciéndolas con cuidado. Nosotros hicimos alguna…

Interior del Castillo de Neuschwanstein, en Alemania.

Interior del Castillo de Neuschwanstein, en Alemania.

La visita dura una media hora. A la salida, a hacer fotos de los exteriores pues antes no habíamos tenido tiempo.

Castillo de Hohenschwangau, otro de los castillos del Rey Loco, en Alemania.

Castillo de Hohenschwangau, otro de los castillos del Rey Loco, en Alemania.

Castillo de Hohenschwangau, otro de los castillos del Rey Loco, en Alemania.

Es un rollo con este tiempo porque las nubes están bajas y está todo lleno de niebla y apenas se ven los árboles. Estas son las vistas que teníamos…

Vistas del entorno, desde el castillo de Hohenschwangau.

Vistas del entorno, desde el castillo de Hohenschwangau.

Volvemos andando por donde hemos venido e intentaremos subir en autobús al castillo de Neuschwanstein. La parada del autobús tiene un montonazo de cola, pero como aun falta 1 hora para nuestra siguiente visita, pues nos esperamos. Sigue lloviendo bastante y resulta que a nuestra hija se le han quedado las botas pequeñas, que no se había puesto desde el invierno, y le han hecho llaga. Así que no estamos para andar… Lo medio solucionamos con una tirita pero ya veremos cómo acabamos la visita… Viene un autocar pero hay tanta gente que no cabemos todos y aún sigue quedando mucha cola. Como nos falta como 45’, no nos la queremos jugar a no caber en el próximo autocar y no ponía cada cuando pasaban así que subimos andando. Llueve menos, pero también llegamos asfixiados porque subimos todo lo rápido que pudimos por lo de que no sabes si los tiempos que ponen son reales, y marcaban 40 minutos andando. Llegamos antes de las 12, y justo estaban entrando los de este turno. O sea que nos sobraron 15’. Eso sí, llegamos muertos. Nuestra hija iba fatal con los pies así que le cambié mis botas. Ella tiene un número menos que yo así que si a ella le apretaban imaginaos a mi con 2 tallas menos. Parecía un pato mareao andando. Aún nos quedaban 2 días de vacaciones y pensé que si a ella se le destrozaban los pies, no podría seguir lo que quedaba. En cambio, si a mi se me petaban, con lo que me gusta darle a la pata, seguro que si hacía falta andaba con las manos. Y así me tiré el resto de la visita, con las botas 2 tallas menos. A ratos de puntitas, a ratos de talón… Pero aguantamos!!!

Castillo de Newschwanstein, otro de los castillos del Rey Loco, en Alemania.

Castillo de Newschwanstein, otro de los castillos del Rey Loco, en Alemania.

Castillo de Newschwanstein, otro de los castillos del Rey Loco, en Alemania.

En el ticket de la entrada además de la hora te pone el número en el que entras. En este caso te dan tu teléfono de audioguía en el idioma que necesites. Ambos castillos tienen todo tipo de detalles en cuanto a mobiliario y enseres y nos gustaron los dos muchísimo y el entorno es espectacular. El de Neuschwanstein más grande, pero los grupos también son más numerosos y es más engorroso de visitar puesto las diferentes habitaciones que íbamos visitando las llenábamos al completo. Para quien no lo sepa, Disney se inspiró en este castillo para hacer el suyo de la Bella Durmiente.

Cuando acaba la visita guiada tienes la tienda de souvenirs

Castillo de Newschwanstein, otro de los castillos del Rey Loco, en Alemania.

Castillo de Newschwanstein, otro de los castillos del Rey Loco, en Alemania.

Cocina del Castillo de Newschwanstein.

y una maqueta del castillo.

Castillo de Newschwanstein, otro de los castillos del Rey Loco, en Alemania.

Maqueta del Castillo de Newschwanstein.

Ya sólo nos quedaba ir hasta el puente de Maria o Marienbrücke que está bastante cerca. Había parado de llover y estaba despejando. Hacía un momento desde el castillo no se podía ver el puente puesto que lo tapaban las nubes, pero cuando llegamos se ve perfectamente. Está atestado de gente, parece que aquello se tenga que desplomar, pero en poco rato la gente se va y podemos hacer algunas fotos en condiciones. Aquí tenéis el antes y después del puente. Parecía que se iba a desplomar en cualquier momento.

Puente de Marienbrücke

Puente de Marienbrücke

Puente de Marienbrücke

Desde aquí, las fotos del castillo salen preciosas. Y por suerte habían desaparecido las nubes!!

Castillo del Rey Loco, en Alemania.

Castillo del Rey Loco, en Alemania.

Castillo del Rey Loco, en Alemania.

Para bajar hemos decidido coger el autobús ya que yo no me tengo en pie con las botas de mi hija… Enseguida viene y creo que costó el trayecto como 1€ por persona o poco más.

Pues ya sólo nos queda llegar al parking y seguir la ruta hacia Zurich. Salíamos del parking cerca de las 15 h. A pesar de que la visita al segundo castillo creo que duró también una media hora, luego entre la tienda, la cocina, la maqueta, el puente y fotos exteriores que no habíamos tenido tiempo de hacer y llegar al coche, pues creo que estuvimos casi 2 horas más. El problema de los pies está claro que también nos ralentizó un poco.

Para nosotros es recomendable 100% la visita de ambos castillos.

ZURICH (SUIZA)

Paramos a comer un bocata por el camino y seguimos hacia Zurich, que estaba a casi 3 h.

Comiendo en un área de servicio...

Comiendo en un área de servicio…

Pillamos algún chaparrón por la carretera. Cuando llegamos a la frontera preguntamos lo de la viñeta. Me dicen que sí, que en la ventanilla y aquí sólo hay una única viñeta, da igual para cuanto tiempo la necesites. Me dice que 40 CHF o 40 €. No habíamos podido cambiar todavía francos, así que le digo que no es lo mismo euros que francos. El policía se encoge de hombros y me dice que es lo que hay, que si no me interesa que de la vuelta y vuelva para Alemania. Yo que me iba pero mi marido que empieza que si quieren nos pueden desmontar el vehículo y tenernos aquí todo el día haciéndonos un control, que todo ha ido bien hasta ahora, que no vale la pena… Al final la compro, le doy 50 € y encima nos dan 10CHF de cambio, en lugar de 10€. Les ha salido el redondeo genial!

El hotel que teníamos reservado en Zurich es el Etap Zurich West, lo más barato que pudimos encontrar. Reservando sin posibilidad de anulación 70€ (con posibilidad de anulación, 84€). Las habitaciones de la cadena Etap son todas iguales. Tienen una cama de matrimonio y encima una litera. Tienen baño y ducha en la habitación. Teníamos entendido que el parking aquí es de pago y por casualidad encontramos un hueco donde había coches aparcados 2 calles antes de llegar al hotel, así que aquí que lo dejamos.

Eran sobre las 19 h. Nuestra hija estaba cansada y con los pies doloridos, después del altercado de las botas y no le apetecía nada visitar la ciudad. A nosotros nos sabía mal haber estado en Zurich y no visitarla así que decidimos ir nosotros solos, que andamos más rápido y en un par de horas veríamos lo principal, y nuestra hija se quedó en la habitación del hotel descansando.

Sobre las 19.30 h nos fuimos como una bala hacia el centro. Mis pies ya se habían recuperado, por suerte, porque menudo trote nos pegamos. No sé por qué nos costó mucho orientarnos en esta ciudad. El hotel está en una zona industrial donde apenas había gente y creo que tardamos casi 45’ minutos andando hasta el centro. La verdad es que preguntamos un montón de veces porque con el mapa no nos acabábamos de aclarar dónde estábamos. Llegamos a la estación de tren, muy grande, y a partir de aquí ya sí que nos pudimos ubicar.

Estación de tren de Zurich, Suiza.

Estación de tren de Zurich, Suiza.

Cruzando, en frente está la famosa calle Banhofstrasse, de las tiendas. Era alucinante, no había apenas nadie por las calles.

Bahnhofstrasse en Zurich, Suiza.

Bahnhofstrasse en Zurich, Suiza.

Primero pensamos que era por ser zona industrial, pero aquí tampoco había nadie. Luego nos desviamos entre callecitas. Llegamos a la iglesia de San Pedro, cuyo campanario tiene el reloj de mayor diámetro de Europa.

SAM_3390

Luego pasamos por Fraumünster y cruzamos el río hasta Grossmünster.

Fraumünster en Zurich, Suiza.

Fraumünster en Zurich, Suiza.

Grossmünster en Zurich, Suiza.

Grossmünster en Zurich, Suiza.

Las iglesias ya estaban cerradas pero hicimos fotos exteriores. Como ya era bastante de noche y apenas se veía nada, no quisimos bajar más abajo y seguimos de vuelta por el otro lado del río, por Limmatquai.

Zurich de noche...

Zurich de noche…

Llegamos al hotel sobre las 22 h. pasadas. La verdad es que fue una visita muy rápida, pero Zurich me pareció muy floja, como ciudad. No había nada de ambiente y hay mucha zona industrial y enjambres de carreteras y en cuanto al casco histórico, pues callecitas estrechas, pero no nos pareció que tuviera mucho encanto. Aún y así, muy satisfechos de haber hecho la visita. Si no, nos hubiera quedado la espinita clavada.

Esto es todo por hoy. Mañana seguimos por Suiza.

Día 11: Berna y Gruyères (Suiza)