Oporto (día 1: martes, 3 de enero de 2017)
El vuelo salía a las 10 de la mañana, muy buena hora para no tener que madrugar. Llegamos al aeropuerto de El Prat antes de las 8:30 h y en 20′ ya habíamos hecho los trámites. Como no tenemos que facturar, la cosa va muy rápida. Salimos puntualmente y llegamos también puntualmente, antes de las 11 h. El vuelo dura 2 horas pero en Portugal tienen una hora menos así que acabamos de ganar una horita.
Nada más salir del aeropuerto había unas chicas que repartían mapas turísticos, lo que se agradece porque así no tenemos que ir a buscarlo a la oficina de turismo. En el apartamento también nos ofrecieron.
Para ir del aeropuerto al centro la mejor opción y la más económica es el metro. Se coge allí mismo, bajando unas escaleras mecánicas. Hay máquinas para comprar el billete. Yo había leído que podías comprar la tarjeta andante o no, porque si la tienes los billetes son más económicos… pero no vimos opción de no comprarla. Es individual y vale 0,60. Es de cartulina y hay que ir recargando según los viajes que necesites. Si conoces a alguien que la tenga, la puedes aprovechar. Nosotros sólo la utilizamos para ir y volver del aeropuerto. No nos hizo falta coger más el metro. El precio del billete de metro es 1,95€. Es la línea morada la que nos dejó en Trindade en unos 30′ y de allí fuimos caminando al apartamento. Lo encontramos fácilmente en unos 15 minutos.
Hicimos el check in y salimos a recorrer la ciudad. Fuimos a parar a la calle das Flores, muy ambientada, y como ya era la hora de comer, nos sentamos en una terraza donde se estaba muy a gusto con un músico ambulante al lado. Empezamos con la gastronomía portuguesa, que nos ha encantado. Tomamos una Francesinha y un arroz con pulpo en el Buffete S. Domingo. Todo buenísimo por 12 euros.
El plan para hoy era ver el edificio de la Bolsa y la Iglesia de San Francisco, que está al lado. La visita de la Bolsa es guiada en grupos y se hace en el idioma del primero que reserva la hora. Nosotros pedimos la primera hora que hubiera en castellano y nos dieron las 16:20. Compramos la entrada que valía 8,5 adultos y 5 estudiantes. Habíamos leído que hay ofertas de compra con otras actividades como el crucero de los 6 puentes, pero aunque tenían el cartel colgado allí por un fantástico precio de 14 euros las dos actividades, nos dijeron que aquella oferta estaba caducada y que aún no tenían la nueva. Así que tuvimos que comprar las entradas individuales.
Iglesia de San Francisco
Con la entrada comprada fuimos a ver la Iglesia de S. Francisco. El precio de la entrada era 4,5 adultos y 3,5 estudiantes. Dentro de la Iglesia no se podían hacer fotos. Aunque es muy pequeña tiene un interior espectacular, muy esculpido y dorado. No nos pudimos aguantar de hacer alguna foto… No me extraña que durante una temporada la cerraran al culto por ser demasiado ostentosa para la pobreza que la rodeaba.
Con la entrada también puedes ver las catacumbas… y el osario y como somos un poco frikis, también lo queríamos ver…
Todavía nos sobraba tiempo así que bajamos hacia la Ribera, que la encontramos allí mismo. Es una zona agradable con restaurantes, tiendas de souvenirs y gente paseando.
Palacio da Bolsa
Antes de las 16:20 estábamos preparadas para realizar la visita. Nos iban paseando por las diferentes salas y dando la correspondiente explicación. La Bolsa de Oporto ya no está en funcionamiento. Las salas son bastante ostentosas debido a que es el lugar donde se cerraban grandes negocios. Pudimos ver, entre otras cosas, el gran patio central, recubierto por una estructura de vidrio; la Sala de las Asambleas Generales, que parece recubierta de madera; preciosas lámparas colgantes que pesan toneladas; y la sala árabe, probablemente la más impresionante de todas. Una visita muy recomendable. Este es el link oficial del Palacio da Bolsa.
Como ya se hacía de noche, decidimos ver la zona del río iluminada. Subimos al puente Luis I por las escaleras. Una sorpresa que tuvimos en Oporto es que las distancias nos parecieron muy reducidas. Y las subidas y las escaleras no nos parecieron ninguna pega, a pesar de otras opiniones que habíamos leído que recomendaban coger el transporte público. Así que no cogimos el funicular y subimos andando…
Las vistas desde arriba del puente son muy bonitas. Ya eran las 19 h, estábamos cansadas y tampoco teníamos mucha hambre, así que compramos unas mini pizzas para llevar en una pizzería que teníamos al lado del apartamento. Buenísimas.
Con esto terminamos el día de hoy y vamos a dormir hacia las 23h.
Deja una respuesta