Iglesia de la Sangre Derramada y Submarino C189 (día 10: viernes, 24 de agosto de 2018)

Para hoy teníamos planificado ir a ver el Palacio de Santa Catalina, que está a unos 25 km. al SE de San Petersburgo, a una hora y media aprox. en transporte público, que era la opción que hubiéramos cogido.

En este Palacio también se forman grandes colas para comprar las entradas, pero me confundí con la fecha en que tenía que comprarlas y me pasó como en la Armería de Moscú, a 3 semanas vistas ya no quedaban. Así que decidimos ir allí, hacer cola y comprarlas.

Pero visto lo masificado que está todo, y tras haber pasado por el Hermitage, que nos agobió bastante de la gente que había, y además con un precio por persona de 1500 rublos, o sea unos 20€ y las 3 horas de desplazamiento entre la ida y la vuelta, pues descartamos la excursión. Nos hubiera dado mucha rabia tirarnos la mañana haciendo colas para luego entrar y seguir haciendo colas y no disfrutar del Palacio con tanta gente, después de habernos gastado 60€. Y estamos muy contentos de haberlo anulado.

Al final cuando ves mucho palacio o mucha iglesia, acaba siendo repetitivo. Así que dedicamos el día a los pendientes que nos habían quedado…

Empezamos por la Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada, uno de los imprescindibles de San Petersburgo.

En teoría habría a las 10, así que llegamos a las 10.10h y había poca cola, unas 10 personas… pero es que no abrían hasta las 10.30h. Nos fue genial el desacompase horario porque cuando abrieron, teníamos una cola por detrás que se nos perdía de vista.

El precio eran 250 adultos y 150 con carnet ISIC. Ni intentamos colar los carnets con este precio tan asequible, porque además lo piden seguro. El día de cierre es el miércoles.

La Iglesia es espectacular, a pesar de que por fuera tiene una de las torres en restauración y está un poco tapada. Según nos dijo el guía en el tour, él llevaba unos 3 años en San Petersburgo y ya la encontró cubierta. Está absolutamente toda hecha de mosaico. Lo que parecen pinturas, no son tales. Y conservan las expresiones de las caras a pesar de estar hecha de mosaico.

Muchísimas escenas bíblicas, llenas de dorado por todas partes. Incluso las del exterior son de mosaico. Me pareció absolutamente espectacular. Me ha gustado mucho más que la de San Basilio. Sin duda es de lo mejorcito que hemos visto en cuanto a iglesias se refiere. Me dejó impresionada.

Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada, San Petersburgo.

Iglesia de la Sangre Derramada

Eso sí, se llena pronto, así que también suerte que entramos de los primeros, porque cuando se empezó a llenar, nosotros ya íbamos saliendo, incluso había que ir esquivando gente para salir. Con muchos grupos dentro no creo que luzca lo mismo. Con lo bonita que es, merece la pena ir a primera hora. San Isaac, es más grande y no te agobias con la gente, pero aquí sí.

La siguiente visita que teníamos era el Rompehielos “Krasin” y el submarino C-189. Están a 10’ andando el uno del otro. Ambos tienen el mismo sistema de visitas. Se pueden visitar por dentro pero en visitas guiadas con un horario programado, a cada hora en punto, y en grupos reducidos, debido a su limitado espacio. Y la visita es de 20-30’ de duración.

Rompehielos Krasin, San Petersburgo.

Para ir hasta esta zona del río, un poco alejado para ir andando, miramos itinerario en bus. Había un autobús que se cogía en la misma calle Nevsky, justo por encima del canal del que veníamos. Nos servían los buses 7 y 11, y nos dejaban a 15’ andando del rompehielos. Cuando llegamos, simplemente tuvimos que ir dirección hacia el río, y esa misma calle nos dejó justo en frente.

No hay explicación en inglés, ni carteles en inglés, todo en ruso. El rompehielos tenía un precio de 500 rublos, y el submarino 400 rublos, que nos hicieron pagar en efectivo. Sólo queríamos visitar uno y no atraía más el submarino. El horario era de 11 a 19h. El rompehielos queríamos verlo sólo por fuera. Nos decepcionó un poco, parecía un barco normal.

En cambio el submarino nos encantó. Entramos con otras 5-7 personas, rusas, y nosotros que no. A ellos les hicieron la visita guiada con explicaciones. Y a nosotros nos dejaron a nuestro aire. Nos dijeron que fuéramos hasta el final y volviéramos. Mientras el grupo estaba en el otro lado. Y luego lo hicimos al revés. Así que estuvimos totalmente a nuestro ritmo viendo y tocando todo. De hecho, al final casi nos echaron. Digo casi, porque claro, como no entendemos ruso… pues estuvimos viendo las fotos de la película hasta que el señor se cansó de renegar y nosotros de verlas. De hecho estuvimos como 45’.

Es muy curiosa la visita. Ves el lavabo, las literas, los torpedos, las escotillas, hay que agacharse para pasar por ellas, un traje de buzo, el periscopio, que se ve la gente de la calle… Nos lo pasamos bien y nos pareció muy interesante, y eso que no teníamos ninguna información al respecto… Nosotros hicimos la visita a las 12h, así que ya eran como las 13 h y decidimos que mientras llegábamos a la zona del apartamento, se nos hacía la hora de comer.

Submarino C189, San Petersburgo.

Para volver, mismo itinerario con el autobús 7 o 10 y comimos en el restaurante al lado del apartamento que hemos estado otras veces. Como son tan lentos, nos dieron casi las 16h.

Hicimos un rato de relax y por la tarde cogimos el metro y nos fuimos a la Plaza Lenin, que es el San Petersburgo soviético, para cambiar un poco de tanto zarismo.

Metro de San Petersburgo.

La plaza es enorme con una gran estatua de Lenin en medio y la estación de trenes a Finlandia al fondo y conmemora la revolución de 1917.

Plaza de Lenin, San Petersburgo.

Dimos una vuelta por la zona y nos sorprendió una academia militar que vimos de la cual entraron y salieron en formación decenas de soldados unos de paisano y otros uniformados, todos jovencísimos… Un poco impactante. Ya nos había explicado el guía que aquí el servicio militar está muy bien visto y tiene mucho éxito, tanto como salida profesional como que a las mujeres les gustan los uniformes. De hecho, durante todo el viaje se ven bastantes uniformados por la calle.

Academia Militar, San Petersburgo.

Pasamos por el super y compramos entrecotes para cenar, que hicimos en el apartamento y que regamos con Vodka, para celebrar nuestra última noche en Rusia.

Cenando en el apartamento, San Petersburgo.

Y para terminar, visita nocturna por el centro, para ver los edificios iluminados, que también merece la pena, y aprovechamos para hacer otra copichuela. Mañana madrugón para coger el tren.

Plaza del Palacio de noche, San Petersburgo.

Palacio de Santa Catalina

Aquí dejo la información recopilada al respecto, para quien quiera hacer la visita. En taxi te puede costar unos 22€ el trayecto, así que lo más práctico es el metro hasta la estación de Moskovskaya (línea 2, azul). Al salir hay unos jardines con la estatua de Lenin y allí veras multitud de minibuses. Coger el minibús (Marshrutka) K-342 o K-545 que te llevarán al Palacio. Suelen llevar carteles con el nombre del palacio, pero enseñándoles una hoja con el nombre te lo confirman. El trayecto dura 70-90 minutos.

Para comprar las entradas por internet, este es el link oficial del Palacio.

Se vende la entrada conjunta del Palacio con el jardín, así que primero tienes que entrar al  palacio y luego podrás seguir con el parque. El voucher habrá que cambiarlo por las entradas en la taquilla, pero no podrás hacerlo hasta las 12h. Concretamente habrá que ir donde pone Ticket Booth.  El horario de verano es de 12 a 19h.

Este es otro de los edificios reconstruidos, ya que fue saqueado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. La Cámara Ámbar es la sala más espectacular, también reconstruida, y donde no se permite hacer fotos.

Otros precios del día:

Iglesia de la Sangre Derramada: 250 x 3

Submarino: 400 x 3

Bus: 40 rublos x 3 pax x 2 trayectos

Comida: 1850 rublos

Super: 1266 rublos

Metro: 45 rublos x 2 pax x 2 trayectos

Chupitos: 1230 rublos

 

Día 11: De 6 a 14h en tren a Tallin. Coche de alquiler hasta Parnu (Parnu, ESTONIA)