Día 8: sábado, 16 de agosto de 2014
Hoy teníamos el vuelo a las 17.45 y había reservado por internet el bus de Easyjet a las 14.14 h, para llegar con tiempo al aeropuerto. El precio depende del horario y el tiempo de antelación. Nos costó 7L pax. El trayecto dura 1 h aprox.
Así que teníamos la mañana libre para últimas compras y paseo por el centro.
Pero primero íbamos a desayunar. Como estos días hemos estado viendo unos pasteles enormes por todas partes, decidimos que no nos íbamos sin probarlos y de postre parece imposible podérselo terminar, así que lo haremos para el desayuno.
Nos lo comemos en una terracita en el centro. Las porciones de pastel me parecieron bien de precio, para lo que vale todo. Nos costaron 2,90 L cada una. Fue delicioso. Un placer para los sentidos. No nos podíamos ir de Londres con un recuerdo más dulce!!
Nos damos una vueltecita y al apartamento a por las maletas.
Nos vamos directamente a la parada donde para el EasyBus. Resulta que hay un cartel que el servicio del EasyBus lo da National Express, que son autobuses grandes y no minivan. Así que más cómodos volvemos, sólo que hace 2 o 3 paradas más. Esta vez vamos al aeropuerto de Luton.
Llegamos al aeropuerto y como es pronto preferimos comer algo antes de entrar. Devolvemos las libras que nos han sobrado y vamos al control de seguridad. Horror, aquí nos hacen sacar los líquidos para que los examinen bien. Habíamos comprado 2 bolas de nieve grandes y no sabemos si podrán ir a bordo, puesto que sólo llevamos equipaje de mano. Pues las detectan y nos hacen abrir el equipaje y NO nos las dejan subir. Nos dicen que o las dejamos o hay que facturar la maleta. Vamos de nuevo a facturación y facturar la maleta nos cuesta 40 L, al cambio de moneda y comisión de tarjeta me costará más de 60 euros facturarla, así que decidimos que ya miraremos de comprarlas por internet y las tiro a la basura, no quise que se las quedaran encima de regalo. Nuestra hija con un disgusto del quince porque las colecciona…
Por si no fuera poco, cuando vamos a embarcar la simpática azafata nos dice que 2 de las maletas que llevamos son del tamaño más grande y que las metamos en el hueco de medir el equipaje. Conseguimos que entraran ambas, no sin esfuerzo y algún trozo de plástico que se quedó por el suelo, aunque otros pasajeros no tuvieron tanta suerte…
Y puntualmente despegamos
y aterrizamos, esta vez sin turbulencias.
Ha sido un viaje increíble, a pesar del carácter rancio muchas veces de algunos ingleses. También nos hemos encontrado con otros que fueron superamables. Y también hemos tenido suerte con la climatología, pues a pesar de cargar con los chubasqueros casi a diario, creo que sólo los usamos un par de veces.
La red de transporte público es brutal y sobre todo los mapas indicadores que encuentras casi en cada esquina. Creo que es la primera vez que nos movemos por una gran ciudad sin usar mapa. Eso sí, es un país bastante caro.
Por supuesto, un destino recomendable. Hasta el próximo viaje…
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