Día 2: jueves, 6 de diciembre de 2012

Amanecemos en la casa rural y nos preparan un desayuno con productos naturales.

Hotel rural Mas d’en Benissac, en la localidad de Fuilla, en el Sur de Francia.

Hotel rural Mas d’en Benissac, en la localidad de Fuilla, en el Sur de Francia.

Hotel rural Mas d’en Benissac, en la localidad de Fuilla, en el Sur de Francia.

El entorno es encantador. Llegamos de noche y no se veía nada pero está rodeado de montañas con las crestas nevadas y también se oye un riachuelo. Muy recomendable y toda la región es preciosa.

Empezamos sobre las 9 de la mañana dirección Villefranche du Conflent, que está a 10’, y también tiene la fortaleza patrimonio de la Unesco. Hace mucho frío. Aparcamos en la entrada del pueblo. Vemos las murallas y paseamos por el par de calles con fachadas empedradas que es lo que es el pueblo en si. No hay mucho más. Muy bonito y tranquilo, está todo cerrado.

Entrada a Villefranche du Conflent, en el Sur de Francia.

Entrada a Villefranche du Conflent, en el Sur de Francia.

Ciudad amurallada de Villefranche du Conflent, en el Sur de Francia.

Ciudad amurallada de Villefranche du Conflent, en el Sur de Francia.

Villefranche du Conflent, en el Sur de Francia. Ciudad amurallada de Villefranche du Conflent, en el Sur de Francia.

La visita al fuerte Liberia, que se ve arriba de la montaña, es a las 10 de la mañana pero hay que esperar un rato así que lo dejamos correr y seguimos hacia nuestro próximo destino.

Fuerte Liberia en Villefranche du Conflent, en el Sur de Francia.

Fuerte Liberia en Villefranche du Conflent, en el Sur de Francia.

En la casa rural había unos posters de unas montañas espectaculares llamadas Site des Orgues, en el pueblo de Ille-sur-Tet, que parece que está cerca de aquí y decidimos ir a verlas a pesar de que en el folleto pone que tal día como hoy habrían de 14 a 17 h. Llegamos al sitio y hay un gran parking que está cerrado. Justo al lado hay una explanada y allí aparcamos. Hay que cruzar un riachuelo pero el puente está vallado puesto que se supone que es el acceso de las visitas, que son guiadas y duran como 1 hora. Vemos dentro del recinto cerrado una señora que nos ve y que empieza a dar vueltas a ver qué hacemos. Tiene pinta de frenarnos la visita. Rodeamos el puente e intentamos acceder por un camino que se ve que se adentra hacia el bosque, bordeando el riachuelo. Yo tenía pensado hacerme la sorda porque si la señora no nos dijo nada cuando pasamos por su lado, pues a hacerse el sordo cuando nos hablaba a 50 m., pero mi marido que es más prudente hace caso de los gritos que nos propiciaba desde el otro lado de la valla y que nos dice que no se puede pasar, que la visita es de 14 a 17 h, tal como ponía en el folleto, y que está cerrado. Ya nos dio cosa seguir adelante y reculamos. Lo que no sé es si más adelante hay alguna valla que cierre el paso, cosa que dudo. Pensamos que tales montañas no se pueden esconder con facilidad así que seguimos con el coche por la carretera hacia el bosque, a ver si encontrábamos alguna otra entrada, pero no tuvimos suerte. Entonces volvimos sobre nuestros pasos y seguimos por la carretera asfaltada ya dirección a nuestro próximo destino mirando a ver si desde arriba se veía algo y eureka!! Pedazo de mirador que hay un poco más adelante donde se ven las formaciones rocosas perfectamente e incluso el camino interior por el que se accede. Nos hubiera gustado pasear por allí, pero nos damos por satisfechos con estas vistas…

Site des Orgues, en el pueblo de Ille-sur-Tet, en el Sur de Francia.

Site des Orgues, en el pueblo de Ille-sur-Tet, en el Sur de Francia.

Site des Orgues, en el pueblo de Ille-sur-Tet, en el Sur de Francia.

Ahora empezábamos la ruta por castillos cátaros: Pays Cathare. Los precios de los castillos rondan los 3,5-8,50 € los adultos y los 2-3 € los niños. Hay un carnet que vale 2 € por persona y que te descuenta 1€ a partir de la segunda visita y que dura 1 año. Si tienes pensado ver muchos compensa, pero en nuestro caso no nos salía a cuenta. Es cuestión de hacer números. Este es el mapa de los castillos cátaros:

Mapa de los castillos cátaros.

Mapa de los castillos cátaros.

El primero que íbamos a ver es el de Puilaurens, que en estas fechas está cerrado. Nos queda como 1 hora en coche. Las carreteras son muy estrechas y con muchas curvas, así que vamos tranquilamente disfrutando de las preciosas montañas por las que vamos pasando.

Castillo cátaro de Puilaurens

Castillo cátaro de Puilaurens

Llegamos a Puilaurens y efectivamente está cerrado. Hay una cadenita que cierra el paso, pero seguimos escaleras arriba a ver si podíamos llegar por lo menos a la puerta y ver las vistas. ¡Y tanto que llegamos! El castillo está bastante derruido y por lo tanto se puede acceder abiertamente. Las vistas espectaculares y el castillo también. Nos encantó la visita.

Castillo cátaro de Puilaurens

Castillo cátaro de Puilaurens

Castillo cátaro de Puilaurens Castillo cátaro de Puilaurens

Pusimos rumbo a Peyrepertuse. Pero primero teníamos que pasar por las gargantas de Galamus, que estaban en ruta, concretamente en la localidad de Saint Paul de Fenouillet. Es un cañón por el que pasa una carretera estrecha de unos 2 km de largo en la que en muchos tramos sólo cabe un coche. Hay trozos con espacios laterales para poder parar a hacer fotos o a dejar pasar al que venga de frente. Las gargantas son espectaculares. La roca está literalmente encima del coche mientras circulas por aquí y hay mucha altura hasta el río, pero aún así se oye el ruido de la fuerza del agua. La verdad es que nos impresionó. También hay una ermita enclavada en la roca que puedes visitar desde un camino señalizado.

Gargantas de Galamus, en el Sur de Francia.

Gargantas de Galamus, en el Sur de Francia.

        Gargantas de Galamus, en el Sur de Francia.    Gargantas de Galamus, en el Sur de Francia.

Ya sales de las gargantas y el camino se ensancha. Vamos dirección al Castillo de Peyrepertuse. Cuando estamos a mitad de la carretera que lleva al castillo resulta que están haciendo una zanja en el camino y nos dicen que tenemos que aparcar más abajo. Como nos pareció que había que andar bastante y que este castillo era parecido en forma al anterior, nos fuimos a ver el de Queribus puesto que ya estaba atardeciendo y seguramente no tendríamos tiempo de ver los dos.

El de Queribus nos gustó tanto que se nos alargó la visita. Estuvimos como hora y cuarto. En la taquilla nos dijeron que la visita duraba como 1 h, incluido la subida y bajada al castillo, que son unos 10’ por tramo. El precio fueron 5,5€ adulto y 3 € la tarifa infantil. A pesar de que de lejos parece muy pequeño, el castillo está hecho en vertical, en vez de en horizontal como los otros dos, y hay muchas salas y escaleras. Hace muchísimo viento ahí arriba. El día era precioso y soleado pero el viento te hacía que te tuvieras que agarrar fuerte. Los pelos iban locos. Y las vistas espectaculares. Al fondo se podía ver el mar…

Castillo cátaro de Queribus, en el Sur de Francia.

Castillo cátaro de Queribus, en el Sur de Francia.

Vistas desde el Castillo cátaro de Queribus, en el Sur de Francia.

Vistas desde el Castillo cátaro de Queribus, en el Sur de Francia. El puntito rojo, es nuestro coche.

Castillo cátaro de Queribus, en el Sur de Francia. Castillo cátaro de Queribus, en el Sur de Francia.

Pues eran como las 17 h y ya sólo nos quedaba llegar a Nimes a dormir. Este era el punto más alejado de nuestra ruta. Pero antes paramos en Cucugnac a ver el molino, que se veía desde la carretera y estaba muy bien conservado. El pueblecito tiene mucho encanto con sus fachadas empedradas.

Molino de Cucugnac, en el Sur de Francia.

Molino de Cucugnac, en el Sur de Francia.

Ya sí que seguimos ruta hasta Nimes. El hotel lo teníamos en el centro, tan en el centro que estaba frente a la Arena. Pero al ir en coche esto fue una desventaja. El centro está todo en obras y además es peatonal. Y parece que hace poco que han cambiado el sentido de las calles, con lo cual el GPS se volvía loco y nos era imposible llegar hasta la misma puerta con el coche. Si se va con vehículo, creo que es mejor buscar una opción a las afueras y dejar el coche en el parking para hacer las visitas. El hotel se llama Brasserie les Arenes pero no lo voy a recomendar puesto que creo que no cumple los mínimos. Es muy económico, pero muy justo. Las sábanas limpias. Pero tiene nevera, tal como ponía en booking, pero por dentro estaba sucia de moho. En la ducha había un jaboncito abierto… En fin, cosas que no deberían ocurrir.

Nimes de noche es muy bonito todo iluminado y además con las luces de navidad. Había una noria al lado de la arena pero a las 21 h ya estaba todo cerrado.

Arena de Nîmes por la noche.

Arena de Nîmes por la noche.

Día 3: Nimes y Pont du Gard