El cuarto día también va a ser completito, porque también hay muchos kilómetros que recorrer, unos 350km, y varias paradas en el trayecto.

Empezábamos por la cueva Punkva, que al ser lunes hoy no abre hasta las 10h. De hecho, muchas visitas cierran los lunes, también otras cuevas, y supongo que para no cerrar, hacen horario más reducido.

Cueva Punkva

  • Horario en abril: Lunes de 10 a 16h.  Martes a Domingo de 8.20h a 16h.
  • Precio entrada completa con barco= 320 CZK. Sin paseo en barco, solo cuando el nivel del agua esté elevado= 200 CZK.
  • Precio transfers: Tren turístico o teleférico: i/v mismo transporte = 140 CZK, sólo ida 100 CZK. Combi= 240 i/v, sólo ida 140. En abril funcionan los 2 transportes. El tren son 2km 10’ y el teleférico 3’. Parking coche= 100 CZK

Hay 2 opciones para dejar el coche, ambos son aparcamientos de pago:

  • en Skalní Mlýn: desde aquí puedes caminar 2 km por un camino llano o tomar el tren turístico hasta el acceso a la cueva. Nosotros como vamos ahorrando tiempo, compramos el billete de tren tanto para ir, como para volver. Pero es un paseo agradable al borde del río, que se debe tardar una media hora por trayecto, así que vale la pena. El tren sale cada 20’ y fuimos solos tanto a la ida como a la vuelta.
  • cerca del abismo de Macocha. Desde aquí se llega a la taquilla en teleférico, pero como los horarios de abril no estaban claros, nos decantamos por el tren. Vimos que la parada de abajo está a unos pocos metros de la parada de tren. El precio es el mismo. Sólo sale más caro si combinas la ida en un transporte y la vuelta en otro. Pero no veo cómo los puedes combinar, puesto que los parkings están alejados entre sí. Quizás es para quien llegue en tour o quizás hay transporte público para llegar hasta ambos aparcamientos.

Estas cuevas son muy populares así que parece que en verano las entradas se agotan rápidamente y se recomienda comprarlas por internet. Web Oficial aquí. Nosotros no pensamos en reservar, puesto que había poco turismo, así que cuando llegamos, frente al parking también hay oficina para comprar los billetes y nos reservaron entrada para las 10.40h, en visita guiada. Las anteriores ya estaban completas, así que aprovechamos para desayunar.

La visita a la cueva tiene una parte que se hace en barco, pero que cuando el río tiene el nivel de agua demasiado alto, se suspende. Nosotros miramos en la web y parece que por las riadas en la zona del barco a finales de febrero, estaba en reparación y tenía que estar  arreglado a finales de marzo, pero en Semana Santa aún no lo estaba, así que la visita tenía que durar 55’ en lugar de 70’. Al final, en 40’ ya nos ventilaron, pero en fin…

La temperatura interior es 7-8º, así que hay que abrigarse, porque hace fresquito.

Coincidimos con un colegio de adolescentes, así que el grupito estaba bastante lleno
La explicación era en checo. Como el grupo era abundante, nosotros íbamos al final haciendo fotos, tampoco nos hubiéramos enterado de nada.

La cueva es la típica de estalagmitas y estalactitas con rocas de diferentes formas. El trayecto es de un quilómetro largo y cuando llegas al final, que es donde se cogen los barcos, se ve el abismo de Macocha, cuya leyenda ya conocíamos, del techo que colapsó y se ve el exterior.

De nuevo en el tren hacia el parking. No cumplió el horario indicado, cuando nos vio nos dijo que subiéramos y ya nos fuimos. Supongo que no debe tener mucho público el trenecito.

Nuestro siguiente destino era Brno, que estaba a unos 35km, media hora larga.

Brno

Brno es la segunda ciudad más grande de Chequia. Nos la íbamos a saltar, no tiene ningún monumento de la UNESCO, pero decidimos darle ni que fuera una vuelta rápida por el casco antiguo.

Parece que todo el centro es peatonal. Lo estuve mirando en Google Maps y no quedaba claro si en los pocos espacios de aparcamiento de las plazas y alrededores podíamos aparcar los extranjeros. Así que busqué aparcamiento cerca de la estación, que supuse que sería con máquina y además estaba a 10’ andando de la catedral.

Fue una buena decisión, porque nada más subir unas escaleras ya llegamos andando a la Catedral que está en un montículo y se veía imponente sobre la colina. El parking costó 100 coronas por un par de horas, no tengo claro si es precio fijo por día, pero probablemente sí. Era un descampado al descubierto con barrera y máquina para el pago.

La catedral nos gustó, luego fuimos a parar al mercado de la Col, con edificios señoriales, al antiguo Ayuntamiento, también a la Plaza de la Libertad que también tenía mercados de Semana Santa, etc.

Nos compramos un helado, le dimos otra vuelta y dimos la visita por terminada, no nos atrajo más.

El siguiente destino era Trebic, ya de camino de Cesky Krumlov, lo teníamos a 75km, lo que sería 1 hora, algunos tramos por autopista

Trebic

Trebic es una localidad patrimonio de la UNESCO por la Basílica de San Procopio y por el barrio y cementerio judíos.

La visita de la basílica se hace en visita guiada, así que no parecía que nos fuera encajar, por lo que nos concentramos en ver el cementerio. Busqué espacio de aparcamiento en las calles cercanas, era zona residencial e íbamos a poder aparcar gratis. Por la zona de la basílica parecía que las máquina de los aparcamientos no funcionaban bien y ponían multas.

En 5’ andando llegamos al cementerio, que indicaba que cerraba a las 16h. Le dimos una vuelta. La zona del principio es más moderna pero la zona del final parece como el Cementerio Judío de Praga. Enseguida está visto. Justo al lado hay un gran parque.

Ya que teníamos el coche bien aparcado, nos acercamos andando hasta la Basílica, que vimos por fuera y por dentro desde fuera, ya que estaban las puertas abiertas. Al fondo había un grupo, así que supongo que estarían en la visita guiada. Está bien la basílica, pero cuando ya llevas varias iglesias, al final es repetitivo.

La sinagoga la vimos de lejos pero como era un museo, no teníamos pensado entrar. Así que paseamos de vuelta por el barrio judío. No nos ha aportado gran cosa, esta ciudad.

Ahora nuestro siguiente destino era Telc, a unos 37km, unos 40’. Tanto en el tramo hacia Trebic como hacia Telc, nos encontramos con obras que tuvimos que ir sorteando así que, además del montonazo de quilómetros ya previstos inicialmente, aún nos tocó dar algunas vueltas más.

Resultó que la carretera E23 estaba cortada, así se indicaba con la correspondiente señal y el número de km. que faltaba para ello, pero no daban ninguna ruta alternativa, así que fuimos avanzando. Cuando ya quedaba poco intentamos desviarnos para sortear el supuesto corte de carretera, pero no nos desviamos lo suficiente y fuimos a parar a la misma carretera, que seguimos hasta el final, hasta el punto en que realmente estaba cortada y no pudimos avanzar.

Entonces, al dar la vuelta, vimos el cartel que indicaba nuestro siguiente destino, pero estaba puesto del revés. Hasta que no dimos la vuelta, no lo vimos. Y esto nos volvió a pasar a la salida de Telc, dirección Cesky Krumlov. Pero ahí sí que tras llegar a un camino sin asfaltar, dimos la vuelta y pregunté en la gasolinera donde acabábamos de llenar el depósito qué ruta teníamos que coger, y me indicaron por que localidades había que pasar. Y ya llegamos sin problemas a Cesky Krumlov, incluso con un tramo de autopista nuevo que no salía en el mapa.

Telc

Es una pequeña población cuyo casco antiguo es patrimonio de la UNESCO. Se visita rápidamente porque es pequeño. La plaza porticada está llena de edificios que conservan una uniformidad estilística, cada uno de diferente color y diseño, pero que encajan a la perfección.

Fuimos a parar al aparcamiento que parecía que se pagaba hasta las 17h. La primera media hora era gratis y con esto hubiéramos tenido suficiente. Eran las 17.30h y como no teníamos claro si había que pagar o no, por si acaso pusimos 20 coronas y nos dio 1 hora de tiempo, que fue más que suficiente.

La plaza es espectacular, bastante grande, muy bien conservada, con su columna de la peste en el centro al igual que algunos bancos para sentarse. Apenas hay coches y en los pórticos hay tiendas y restaurantes. Había muy poca gente. Fuimos hasta el castillo, que al ser lunes estaba cerrado, y hasta el estanque, desde el que hay una magnífica vista de la ciudad, con sus iglesias de fondo. La ciudad era un bastión inexpugnable, entre las murallas y los estanques.

Para nosotros es una visita imprescindible. Además, se hace muy rápida.

Ya sólo nos quedaba llegar a Cesky Krumlov, a unos 120 km, lo que era 1,5h aprox, cuando averiguamos la ruta que había que tomar al estar la carretera en obras.

Cesky Krumlov

Llegamos en coche hasta el hotel, que estaba en el casco antiguo y disponía de aparcamiento. Aquí hay que aparcar a las afueras, puesto que las callecitas son muy estrechas, así que 8€ fue un buen precio por aparcar el coche, además de ahorrarnos de cargar con el equipaje.

Esta ciudad ya se ve que es muy turística, hay muchas tiendas y sobre todo restaurantes y alojamientos. En nuestra misma calle había varios, pero nos decantamos por uno que estaba más a las afueras y que llevábamos marcado.

Así aprovechamos para dar una vuelta nocturna.

Parece una ciudad de cuento con soportales, flores, calles adoquinadas, detalles de madera, todo colorido. Nos encantó.

Cesky Krumlov está rodeade de meandros y para moverte por ella hay que cruzar varios puentes. En cualquier caso, las distancias son pequeñas. Además, el castillo está en lo alto de la roca, lo que le da un aspecto imponente.

Día 5: Cesky Krumlov, Pielsen y llegar a Praga.

Aquí está nuestro itinerario y aquí nuestros consejos para visitar República Checa.