Templo Colgante y Cuevas Yungang de Datong
Templo Colgante de Datong
El taxi llegó súper puntual a las 6.30h, tal como habíamos quedado. El primer destino es el Templo Colgante que está a una hora y media de coche aproximadamente, unos 75 km. Y el tren lo tenemos a las 16.30h, el último que hay hacia Pingyao, lo que limita bastante el horario de la visita. Para hacer esta excursión por libre, necesitas tener más tiempo disponible por la tarde.
El viaje fue muy fluido, fuimos muy bien porque había poco tráfico, pero cuando faltaban 6 km llegamos a una zona de aparcamiento y nos dice que bajemos, que es allí. Y aquí tuvimos un incidente.
Yo llevo todas las direcciones marcadas en MapsMe y voy comprobando siempre que vayamos por donde corresponde. No entendía nada porque me faltaban aún 6 km. Había leído que había que andar durante 1 km más o menos, le había enseñado la foto del templo el día anterior y la de las Cuevas y me dijo que sí, o sea íbamos a hacer estas dos visitas, nada más. Me dice que vaya hacia la taquilla, hay una especie de caseta en medio del parking, y hay que sacar la entrada. Voy a la taquilla, le enseño a la señora la foto del templo y me dice que sí, y me cuesta 20 yuanes por barba cuando yo tenía entendido que la entrada eran unos 125. No me cuadraba nada. En vez de letras en chino, prefiero ir enseñando fotos de los lugares que parece que se acierta con más facilidad, pero aquí ni así.
Pues nada, compro las entradas y vamos a buscar la mochila que estaba en el taxi, pero el taxista había desaparecido. Resultó ser que no le dejaban aparcar allí y había un espacio de aparcamiento, donde él estaba esperándonos a que hiciéramos la visita. A los vigilantes que le hicieron parar, les explicamos con el traductor lo que estaba pasando y que necesitamos coger la mochila del coche. Entonces ellos le llamaron por teléfono para que viniera de nuevo. Habíamos llegado a las 7:30h e íbamos súper bien de tiempo, pero con la compra de la entrada y toda la movida ya eran las 8h.
No tengo muy claro dónde nos dejó, porque en mi MapsMe no salía nada en nuestra ubicación, pero por la bronca que le pegó el vigilante cuando volvió, entiendo que el taxista se equivocó y nos llevó a otro sitio que nosotros no habíamos pedido. Entonces me tenían que devolver el importe de las entradas que acababa de comprar. Hubo que volver de nuevo a la taquilla y localizar el número de la operación, para que me pudieran hacer la devolución. Todo esto con el traductor, nos llevó un buen rato, y cuando ya quedó claro todo, nos fuimos al Templo Colgante.
Seguimos la carretera y llegamos a un punto en el que había un control de policía y no nos dejaban pasar. El taxista bajó e intentó que nos dejaran pasar, pero le hacían ir por la ruta alternativa. Aquel tramo parecía que estaba en obras. Entonces yo bajé con el traductor y les expliqué a la policía que el taxista se había equivocado de ruta, que tenemos un tren reservado a las 16h de la tarde y que no nos iba a dar tiempo de hacer las dos visitas que teníamos previstas. Que lo hacíamos así porque de la otra forma no daba tiempo y que, por favor, nos dejaran pasar.
Así que se lo hablaron entre ellos y el policía nos dejó pasar. Y a partir de ahí ya fue todo rodado, fuimos en plan VIP. El taxista se salió de la carretera y fue por un camino de carro alternativo, paralelo a la carretera hasta donde pudo, y de nuevo salió a la carretera principal. Pasamos varios controles de policía más y en todos le pegaban la bronca, como que no teníamos que pasar por allí, pero él insistía y nosotros íbamos avanzando y reduciendo distancia.
Incluso vimos la zona de aparcamiento, donde supuestamente teníamos que haber llegado en un principio, y también ese control lo pasamos… Veíamos gente andando desde allí y él era el único taxi allí dentro. Ahí es donde hubiéramos tenido que aparcar y andar ese quilómetro, pero es que estábamos llegando ya una hora más tarde de lo que teníamos previsto y supongo que él explicó la situación y nos fueron dejando pasar hasta la misma taquilla. No hemos tenido que andar nada!!
Nos acompañó a sacar las entradas y nos estuvo esperando allí mismo. Con el incidente, se nos habían hecho las 8.30h, y eso que hubiéramos llegado antes de las 8h que era cuando abrían. Según nos dijeron en el primer control, parece que esta ruta ya no se puede hacer como la hicimos nosotros, sino que te obligan a hacerla con el transporte lanzadera. Pero precisamente nosotros contratamos un taxi, que te sale muchísimo más caro, porque no estamos seguros de que de la otra forma nos diera tiempo a hacerla, teniendo en cuenta nuestro horario de tren.
Para comprar las entradas casi siempre piden el pasaporte y nos costó 115Y por persona. Hoy hacía fresco, así que nos hemos tenido que poner ropa extra porque con la manga corta teníamos frío, y ha sido una gozada, después de los sudores de Beijing. Nos hemos comido unas salchichas que nos dieran energía para la visita, que la cosa prometía!
Al llegar tarde parecía que no había mucha cola… pero sí había! Estuvimos una hora haciendo cola, a pesar de que todos los tornos y vallas no estaban llenos, ni de lejos. Habíamos leído que el templo tiene una capacidad limitada, así que no dejan entrar gente hasta que se va vaciando… y podría ser así, porque nos hacían entrar en grupitos.
La vista del templo es bastante rápida porque al ser un camino estrecho, pues prácticamente vas en caravana. Si los de delante se paran a hacer fotos, pues tú te esperas, y luego los de atrás esperan a que tú las hagas. Aquí estuvimos una horita haciendo la visita. A la salida ya nos estaba esperando el taxista en la misma puerta, o sea que también nos ahorramos el km de la caminata de vuelta. También hemos disfrutado mucho la visita.


Cuevas Yungang
Pusimos dirección a las grutas, así que había que desandar lo andado y hacer media hora más en coche. El trayecto muy cómodo, aprovechamos para comer algo en el coche. Llegamos a las 12.30h con un sol de justicia que hacía. Allí también nos ayudó a sacar la entrada y también estuvimos un rato que no sé qué pasaba, pero casi nos la vuelve a liar. El taxista hablaba con unos y con otros y con la taquillera y al final resultó que él sufría porque no nos iba a dar tiempo de hacer la visita y coger el tren, que en realidad salía 30’ más tarde de lo que le dijimos.
Parece que hay una lanzadera, pero yo había leído que el camino es muy agradable al lado de un lago y unos templos y lo queríamos hacer andando. Él insistiendo en que cogiéramos el autobús y nosotros que no, que sólo es 1 km y que ya lo andaremos. Y al final lo hicimos andando, pero aquí ya estuvimos otros 20’ hasta que entendimos lo que pasaba.
Al entrar había bastante gente, pero se podían andar perfectamente y fuimos haciendo las diferentes cuevas. La verdad es que nos gustaron mucho, nos recordaron a las de Ajanta en la India, sólo que estas quizás no son tan impresionantes, pero conservan mucha pintura por lo que impactan más. Además, lo han organizado muy bien porque las cuevas evidentemente están excavadas en la roca, pero han puesto delante de cada entrada una especie de techados en plan templo, de forma que mientras esperas para entrar no te da todo el sol, estás bajo cubierto y supongo que también protegerá el interior de las cuevas. Así que la visita no puede ser más agradable y, por su puesto, en el interior de las cuevas se está fresquito. Además, como hay muchos árboles, pues vas andando por la calle principal y también te da sombra.
Había esculturas de Buda de todos los tamaños, algunas conservan aún mucha pintura, y nos encantó. Las visitamos todas, excepto una que había una gran cola, creo que era la 10 o la 11. No fuimos al museo, sino que volvimos por el mismo camino, y a la vuelta seguía habiendo cola, así que esta nos quedó por visitar. Teníamos un par de horas para hacer la visita y asegurar que llegábamos bien al tren, y así fue, todo según lo previsto. Antes de salir nos tomamos un granizado de mango buenísimo, a precio de aquí, 23Y.



La puerta de salida no es la misma que la de entrada, está en la plazoleta anterior. Nosotros tuvimos que recular puesto que no encontrábamos la salida. El taxista nos escribió porque seguía sufriendo y nos envió la ubicación de donde nos estaba esperando en la calle, a través de WeChat. Cuando salimos, él ya nos vio y en poco más de media hora llegamos a la estación.
Ya llevábamos el equipaje en el coche, así que tampoco necesitábamos mucho tiempo y le pagamos también por Alipay. Eran 380Y y le dimos 400Y, ya que quedamos muy contentos con él, no puedo ser más amable.
Pingyao
Nuestro siguiente destino era Pingyao, a donde llegamos hacia las 20 horas. Cogimos un taxi en la estación que nos dejó por la zona de la muralla, entrando por la puerta Norte, y nos costó 30Y. Luego tuvimos que ir andando, puesto que al interior de la muralla no pueden acceder vehículos y hubo que andar unos 400m.
Pingyao es una de las ciudades que se recomendaba visitar por la noche, pues está muy iluminada, decorada. El centro histórico está rodeado por la muralla, haciendo un rectángulo y nosotros dormíamos dentro de la zona amurallada. En esta zona hay dos calles principales que se cruzan y todo un entramado de callecitas. Nos sorprendió porque los alrededores de la muralla estaban en obras, poniendo cableado en la calle y estaba todo oscuro, excepto la calle principal. En el resto no había nadie, ni ningún tipo de ambiente, así que pensé que igual había perdido atractivo.
Fuimos a dejar el equipaje al hotel y por el camino todo oscuro, no nos cruzamos con gente, y en el alojamiento no había nadie, sólo había un cartelito con mi nombre, indicando un nº de habitación, pero precisamente esa habitación estaba cerrada. Así que escribimos a través del Chat de Booking al anfitrión, que tardó unos minutos en llegar, se disculpó porque se había equivocado él y nos dio una habitación superior. La llegada no pudo ser más decepcionante, pero finalmente nos encantó todo. Ha sido uno de los destinos que más nos ha gustado del viaje.
Los alojamientos de Pingyao suelen ser de tipo tradicional y son muy bonitos, con un patio interior ajardinado. La habitación y el jardín no pueden tener más encanto, la cama en plan tatami, con cortina de gasa en la cama, su mesita de té, los edredones bordados… muy chulo todo. También es muy recomendable este alojamiento, así que aquí pongo el link de reserva de Booking. El anfitrión se disculpó mil veces por su confusión y nos dio más agua de regalo, etc. Nos costó 21€. También tiene una nevera con bebida fresca y la cerveza valía 10Y.
Fuimos a dar una vuelta por Pingyao y encontramos un lugar de comida rápida en el que hacían hamburguesas de pollo, de pollo de verdad, se veía la pechuga perfectamente, y también hacían pinchos. Nos llevamos la cena al hotel: 2 hamburguesas y 2 pinchos grandes nos costó 32Y. Nos lo cenamos en la habitación, estaba todo buenísimo!! También compramos unos licores típicos que nos acompañaron el resto del viaje.


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