Tras la noche movidita, por la mañana temprano le escribí a la recepcionista, pues no estaba por el hotel, si había una farmacia cerca. Me preguntó si era para tema intestinal, que ella se encargaba. En 10’ la tuve de vuelta, me pasó la foto de la factura y las instrucciones para las tomas.

El tren hacia Shenzen Norte lo teníamos de 11.25h a 14.07h, así que no teníamos prisa, esperamos hasta el último momento para irnos. En la calle principal, justo al lado, había la parada de taxis. Enseguida llegó uno y nos costó 30Y por 8 km. La terminal de tren está cerca, a unos 20’.

El viaje en tren fue plácido, como siempre, y el siguiente paso era hacer el cruce de fronteras hacia Hong Kong, en Shenzen.

Cruce de frontera de Shenzen Norte a Hong Kong, en metro

El cruce de fronteras siempre puede dar algo de respeto, y más cuando el país del que se sale es China. Pero no pudo ser todo más fácil. Hay diferentes formas de cruzar la frontera: en bus, en tren y en metro, en función de cuál vaya a ser tu destino en Hong Kong. Nosotros nos íbamos a alojar en Tsim Sha Tsui y decidimos ir en metro.

Tenía todas las instrucciones de qué había que hacer, bien apuntadas y todo funcionó según lo previsto. Una vez en la terminal de tren de Shenzen hay que salir por salida A2, dirección hacia el metro, hacia la parada de Futian Checkpoint. Como seguimos en China, hemos pagado como siempre y ha costado 4Y, pero aquí te dan un toquen, no un billete, que cuando sales igualmente lo devuelves en la rendija correspondiente.

Una vez en Futian había que pasar la frontera China. Había diferentes indicadores y nosotros teníamos que pasar por la fila que indicaba Manual. Antes aquí se tenía devolver el papelito que te dieron en la entrada, pero como tenemos exención de visado, no hubo que dar más que los pasaportes. Nos han puesto el sello y enseguida pasamos.

Luego hubo que seguir por el gran puente cubierto que separa China de Hong Kong y unos cuantos metros más y llegamos a la frontera de Hong Kong. Tardamos 1 hora en llegar aquí desde que bajamos del tren, sin nada de cola, teniendo todo claro, sin entretenernos. Lo único que hay muchas rampas mecánicas y las cogimos, en lugar de andar.

En el otro lado ya tienes la frontera y justo antes ves en las repisas montones de papelitos que hay que volver a rellenar, con nuestros datos básicos e indicar dónde te alojarás. Aquí también hay diferentes colas y la nuestra era la que indicaba Visitors. Hicimos 5’ de cola y ya estábamos en Hong Kong.

Cambio de moneda en Hong Kong

Aquí aprovechamos para cambiar los yuanes que nos quedaban por dólares de Hong Kong. Los 50€ que habíamos sacado al llegar al aeropuerto de Beijing, los fuimos gastando en ocasiones que nos falló Alipay. Y justo ayer en Xinping saqué del cajero 20€ más, por si acaso, porque apenas nos quedaba efectivo. Así que básicamente fueron estos 20€ lo que cambiamos a la moneda de HK. Se quedaron otro 10% así que me lo podía haber ahorrado porque justo debajo del hotel había una casa de cambio. De hecho, así como en China no hay casas de cambio, en Hong Kong hay muchísimas, aunque no me fijé si el cambio era bueno o malo.

De hecho, casi todo lo pagamos con VISA contactless, datáfonos no hemos visto. En un par de días tuvimos que cambiar otra vez que estábamos de shoping en Ladies Market y en algunos sitios no aceptan la VISA contactless, así que había que pagar en efectivo y en una de las tiendecitas que compramos nos cambió 50€ al cambio que me indicaba XE, o sea que genial!

En metro hasta el alojamiento

Una vez has pasado el control, vas a parar directamente al metro y aquí tuvimos nuestro primer problema con el tema de los pagos. La verdad es que no había mirado como funcionaban los pagos en Hong Kong. En un principio teníamos pensado comprar la tarjeta Octopus, que sirve para transporte y también para comercios, pero como nos encontrábamos regular y no sabíamos si íbamos a patear mucho, la descartamos.

Por el camino estuve mirando porque pensé que también funcionaría Alipay, pero no. Tienen su propio Alipay HK, que me descargué, intenté darme de alta, pero se necesita un número de teléfono chino, así que no nos servía esta opción. También se puede pagar con WeChat, pero como a mi no me había funcionado en China, ni lo intenté.

Entonces una vez en el metro, pregunté en taquilla cómo podía pagar. Para comprar la Octopus, se tenía que pagar en efectivo, y no tenía bastante. Pregunté si podíamos pagar con tarjeta VISA y nos dijo que se podía si era contactless, hoy en día todas lo son, podía pasar por los tornos que tenían el simbolito del wifi directamente, sin sacar billete, tanto a la entrada como a la salida.

Me pareció una opción muy cómoda y así lo hicimos y este fue nuestro sistema de pago habitual. La única cosa es que no pudimos pasar los 2 con la misma VISA, no se habría la barrera. Cambié de torno y tampoco funcionó, pero como suelo llevar varias tarjetas, tampoco fue ningún problema, en transporte público nos movimos con 2 tarjetas.

Aquí también funciona la aplicación MetroMan, para saber cuál es la mejor ruta en metro. Había que coger el metro en Lok Ma Chau, eran 55’, sólo teníamos un transbordo de una única parada y saliendo en la salida B1 salíamos al lado del hotel, no hubo que andar nada. Un lujazo porque estaba lloviendo!! Eran las 17h pasadas cuando llegamos al hotel, desde las 14h que llegamos a Shenzen, y eso que fue todo fluído!

Alojamiento en Hong Kong

Elegir alojamiento fue una odisea, pero con lo que costó decidirse, y el resultado obtenido, no pudimos estar más contentos.

El alojamiento en Hong Kong es caro y lo que sueles conseguir son habitaciones diminutas. Ya antes de viajar tuve un problema con un alojamiento y tuve que abrir una disputa con VISA para que me devolvieran el dinero… y lo hicieron. Por error debí reservar un hotel parcialmente cancelable, cuando aún no tenía ni comprados los billetes de avión. Me di cuenta, pero como permitía un cambio lo dejé así. Los suelo reservar totalmente cancelables.

Cuando reservamos los vuelos, las fechas habían cambiado así que fui a cambiar mi reserva y además, iba a estar 1 noche más. Lo reservé a través de Agoda y la app no me permitía hacer el cambio en ninguna fecha, me negaba la disponibilidad cuando intentando hacer una reserva nueva sí lo permitía, así que me tenían bloqueada. Previamente había intentado hablar con el alojamiento, sin éxito. Posteriormente lo intenté de nuevo, sin éxito también. Así que tramité una disputa a través del banco, ya lo he hecho otras veces. Como no debieron ni contestar, pasado el tiempo reglamentario me encontré el dinero ingresado en mi cuenta.

Nosotros nos queríamos alojar en Tsim Sha Tsui, la zona más cercana a la bahía. Por allí había muchos alojamientos a un precio asequible en Chungking Mansion, pero tenían muy malos comentarios y muchas de las reseñas tenían pinta de ser falsas.

Así que busqué un edificio alternativo en la misma zona y lo encontré en la misma calle, un poco más adelante, con una entrada independiente. Tenía la parada de metro B1 justo al lado, está frente a la mezquita, pero no se oye la llamada a la oración, diría que no la deben hacer porque no la oímos ninguna vez. La habitación es una caja de cerillas, como la mayoría de las que había visto, se entra a la cama por los pies y el equipaje quedó debajo de una mesita pequeña que hay en la habitación. Con baño privado, estaba limpio, no necesitábamos más. En el espacio común hay una nevera y cafetera y agua gratis. No nos cruzamos con nadie en los 4 días que estuvimos.

La comunicación por Whatsapp para asegurarme que todo estaba en regla, fue fluida. En otro hotel que había reservado ni me contestaron. Reservé unos cuantos antes de decidirme, y los fui descartando poco a poco. Así que todo parecía correcto. El acceso era con código y me envió la información un par de días antes, como le pedí, mientras aún tenía internet, con un montón de fotos de todo y de cómo llegar. El wifi funcionó perfectamente, yo aquí ya no tenía datos.  Está en la planta 8, de un edificio de 15 plantas. Hay 2 ascensores para acceder y portero en la recepción, además de cámaras de seguridad. Muy contentos con la elección. Este es el link de reserva con Trip. Costó 40€ la noche. El último día pudimos dejar en el espacio común el equipaje.

Además, las vistas son espectaculares, damos a Nathan Road, una de las calles principales, justo frente a la mezquita y muchos rascacielos.

Tras dejar el equipaje, sólo queríamos ir a ver el espectáculo de luces y sonido en la bahía.

El primero choque con Kong Kong fue impactante, edificios altísimos apelotonados y tantísima gente por las calles… Pero enseguida le cogimos el gusto. Andando nos fuimos hasta la bahía, no sin entrar antes a ver la Chuking Mansions, que era como un zoco árabe, pero nada más.

Aún no era de noche así que como íbamos justos de fuerzas, nos sentamos en un banco a esperar a que a las 20h empezara el espectáculo y a ver el ambiente. Aquello se iba llenando de gente y se iba haciendo de noche, en la famosa Avenida de las Estrellas. Es preciosa la zona esta de noche con las luces de todos los edificios reflejándose en el agua. Hong Kong en una de las ciudades del mundo con más rascacielos, así que merece mucho la pena ver la bahía tanto de día como de noche.

Pero el espectáculo no nos gustó nada, no vale la pena esperarse a verlo. Hacia las 19h ya se veían luces y estuvo muy bien ver cómo se iban iluminando los edificios, pero se nos hizo pesado tener que esperar hasta las 20h… además amenazaba lluvia y no llevábamos paraguas ni nada. Por suerte al final llovió por la noche, pero estando al principio de la avenida la música apenas se oía y las luces prácticamente se limitaban a algunos lásers sueltos en lo alto de los edificios alternándose entre ellos. Ya habíamos leído que no valía la pena y es verdad. Hemos visto muchos espectáculos de este estilo y es el primero que no nos ha gustado. Tampoco hay ningún indicador de inicio ni de final del espectáculo, que duró 10’ y como la música no se oye…

Cenamos en un McDonalds y acabamos el día por hoy.

Día 17: Isla Lantau