Volcán Ijen (día 9: miércoles, 24 de agosto de 2016) – JAVA
André nos recoge a la 1 de la madrugada. Parece que el volcán Ijen está a 1 h-1 h 45′. La idea de madrugar tanto es no sólo para ver la salida del sol en el volcán sino también para ver el Blue Fire, o llamas azules. El Blue Fire son unas luces azules que se ven cuando es totalmente de noche, debido a una reacción química del azufre del volcán. Ayer por la tarde estaba nublado y miramos las previsiones meteorológicas que anunciaban una probabilidad de lluvia del 40%, así que nos llevamos los impermeables por si acaso.
A esta hora no hay mucho tráfico. La mitad del camino la hacemos por una carretera estrecha entre medio de un bosque muy espeso. Cuando ya llevamos un buen trecho por esta carretera, que no para de subir, tenemos la anécdota del día.
A mitad de una buena cuesta patina el coche y se va hacia atrás. El suelo estaba mojado, porque había llovido y por la humedad de la noche, y aún patinaba más. Cada vez que intentaba arrancar el coche André, más atrás patinaba. En este trozo en concreto no había barranco, pero si un buen margen de más de un palmo donde quedar bien embarrancados o los árboles donde quedar estrellados.
Bajamos del coche, para aligerar el peso. Así fue mejor y subimos andando un trecho, hasta arriba de la subida. Parece ser que esta ya era la última. Tuvimos un buen susto.
Ya no nos quedaba mucho y llegamos a las 02:30 h. La entrada valía 100.000 rupias por ser laborable. Los días festivos vale 150.000. Había leído que se pagaba por las cámaras de fotos, pero nadie nos dijo nada. Está bien llevar linterna. Nosotros nos la olvidamos, pero había buena luna.
Comenzamos la caminata. El camino está llano, pero es empinado. Para la ida caminando tardamos una hora larga. Se nos hizo más duro que la subida al Viewpoint del Bromo porque ésta era bastante pronunciada. Una vez arriba empezamos a bajar al cráter del volcán para intentar ver el blue fire. Nosotros llevábamos mascarillas de un solo uso. Allí te venden de éstas y de las de gas. Dicen que la bajada son unos 300 m, por un “camino” lleno de piedras por donde suben y bajan los mineros y el montón de turistas que nos encontramos allí en ese momento.
En realidad, todo el mundo baja por donde puede y, además, la arena y las piedras patinan bastante. De repente empezó a soplar el viento y tuvimos dificultades para respirar. Nuestra hija tiene problemas respiratorios y ya estaba muy agobiada. Mientras comentábamos si volvíamos todos o ella nos esperaba allí o qué hacíamos, unos catalanes que venían de vuelta y nos escucharon nos dijeron que no valía tanto la pena, que no era tanto como vemos en las fotos de internet porque el viento sopla a menudo y entonces no ves nada de nada, vaya que había mucho Photoshop. De hecho, desde aquí veíamos algunas luces azules, borrosas, de vez en cuando. Les agradecimos la información y decidimos retroceder los tres.
Esperamos arriba a que se hiciera de día, para ver claramente el volcán. El cielo claro que había lleno de estrellas se empezó a nublar y enseguida comenzó a lloviznar. Nos pusimos los impermeables que nos ayudaron a protegernos del frío que hacía. Personalmente pasé más en el Bromo, supongo que, porque aquí estuve más en movimiento, pero se veían casos prácticamente de hipotermia.
Empezaron a subir los mineros cargados y enseguida amaneció y tuvimos ante nosotros las dos caras de la moneda: por un lado la preciosa imagen del volcán con el agua del lago azul turquesa con los humos amarillos saliendo de dentro; y por otro, la impactante imagen de los mineros acarreando el azufre, por un lugar donde no puedes ni respirar, ni andar, donde ya te revientas sin llevar peso y encima con esa pesada carga sin las herramientas adecuadas sobre aquellos cuerpos mínimos que parecía que se tenían que romper. Es una situación descabellada.
Estuvimos un rato más, viendo aquel paisaje tan maravilloso y a la vez sorprendente… La bajada fue pan comido. Como de nuevo lloviznaba, y parecía que apretaba, la hicimos medio corriendo, medio saltando, a muy buen ritmo.
Tardamos en hacer toda la excursión (ida y vuelta) poco más de 4 horas. Hacia las 7 de la mañana subíamos al coche muy impactados por lo que habíamos visto: la belleza de la naturaleza y las injusticias del mundo.
Volvemos hacia nuestro hotel, recogemos el equipaje, desayunamos y repetimos con las hamburguesas buenísimas que comimos ayer.
André nos deja en el puerto de Ketapang donde teníamos que coger el Ferry hacia Bali. Aquí terminaba la tarea de André y con esta agencia, pero tuvimos un problema con el conductor de Bali y tuvimos que hacer cambios.
Para las excursiones en Bali queríamos un conductor, no un guía, y habíamos hablado por WhatsApp con un conductor que recomendaban el Foro de losviajeros.com un forero que acababa de volver de allí. Quedó muy contento con Art, de los servicios que le proporcionó y del precio. Busqué información por internet y encontré otros buenos comentarios así que le contacté. Me ofrecía la excursión larga de todo el día, 10 horas, por 500.000 rupias incluidas aguas y parkings, a la hora que yo quería y la ruta que yo quería. Me dio buena espina y lo cerré con él, sin pagar nada, en el mes de junio.
Tengo la sensación de que el tal Art comenzó muy bien con alguna tarea puntual, pero se le ha acumulado trabajo y ahora tiene pinta de ser el jefe de algún grupo que se ha montado, porque me habló de varias personas que conocía. Nos quería subir el precio, así que tal como fueron las cosas, creo que no es de fiar.
El día antes de comenzar el viaje le escribí para confirmar que no había cambio y me dice que había perdido mis datos, que cuándo llegaba, etc. Le vuelvo a pasar la información y entonces la ruta ya no le parecía bien, ni el precio que él mismo me había dado dos meses antes.
También nos debía recoger en el puerto de Gilimanuk, en Bali, para llevarnos hasta Ubud, pero él no podía y nos enviaba a no sé quién. Total, que ya no me estaba gustando y como la agencia de viajes Deha nos había funcionado muy bien y nos había ofrecido también el mismo precio que Art para el transporte en Ubud, decidí cogerlo con ellos. El precio de este transfer de unas 4-5 horas desde el puerto de Gilimanuk hasta el hotel en Ubud, en Bali, era de 700.000 rupias, la opción más económica que encontramos. Además, nos facilitó la llegada hasta Bali.
André nos dejó en el puerto de Ketapang con otro chico de la agencia de viajes Deha que nos llevaría hasta donde estaba el taxista en el puerto de Bali. Nos acompañaron a comprar las entradas del Ferry. Sólo entrar en el puerto hay un pasillo donde se encuentra una taquilla que se ve fácilmente. Hay que rellenar un pequeño formulario con nuestros datos y el precio por trayecto eran 6.000 rupias.
Después nos llevó al Ferry, donde ya pudimos subir. Estaba dentro del puerto a la derecha. Nos sentamos dentro, en una sala inmensa con aire acondicionado y asientos cómodos. El trayecto dura una hora aprox. y los Ferrys salen cada 30′. El próximo Ferry salía enseguida. Cogimos uno que salió a las 11.45 h. El barco iba muy vacío y el viaje se hizo muy rápido, aunque a veces se movía mucho.
Cuando llegamos no tuvimos ni que buscar la salida, ya que nos llevó hasta el parking donde estaba el taxista esperándonos. Ha ido bien que nos acompañaran para que el trámite del viaje en Ferry haya sido más rápido.
En Bali hay una hora más que en Java así que llegamos a las 13.45 h. aprox. Ahora necesitamos cambiar dinero y llegar a nuestra Villa privada en Ubud donde estaremos 4 noches.
Todo lo que vemos en Bali nos indica que la isla es muy diferente de la isla de Java de dónde venimos. Aquí alrededor de las carreteras no están las típicas tiendas-viviendas-chabolas. Aquí hay muchas casitas y todas tienen sus templos hinduistas bien adornados y coloridos. De hecho, esta es la religión predominante en Bali, mientras que el resto de Indonesia es musulmana.
Como el taxista no entendía mucho inglés nos costó que entendiera que necesitábamos una casa de cambio y nos llevaba al cajero automático. Al final lo conseguimos y en Ubud nos llevó donde encontramos el mejor cambio de todo el viaje, a más de 15.000 rupias/€. Le costó un poco encontrar la Villa porque estaba a las afueras, entre los arrozales y no se podía llegar en coche. Una vez en el lugar de encuentro que les indicaron los del hotel por teléfono, nos llevaron las maletas en moto y a nosotros también. Eran cerca de las 6 de la tarde, ya casi de noche y como no vimos por donde llegamos, preferimos terminar el día aquí y descansar para las excursiones de mañana.
La Villa es increíble, dos grandes habitaciones independientes con comedor-cocina y piscina privada, con bañera y duchas al aire libre. Todo muy bonito y acogedor. Nos dijeron que tenían servicio de habitaciones y nos dejaron un móvil para llamar si teníamos cualquier problema durante la estancia. Así que decidimos que nos trajeran la comida a la Villa. Lo llevaron con la moto dentro de una cajita de cartón: unos satay, arroz, noodles, quesadillas, etc. Todo muy bueno.
Y aquí terminamos el día.
Otros precios del día:
Desayuno en Panorama Homestay 3 pax: 254.000 rupias = 12 €
Cena en nuestra Villa en Ubud 3 pax: 400.000 rupias = 27 €
Figuras de azufre en el volcán Ijen: 40.000 rupias = 2,5 €
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