Día 3: lunes, 16 de julio de 2012 

Fez

Desayunamos en el hotel de Fez, muy correcto, el desayuno típico de la zona, y habíamos quedado con el guía en un Mcdonalds que hay al lado del hotel a las 9. Nos vamos en el coche y hacemos parada en el Palacio Real, del que sólo se pueden ver sus puertas, que son espectaculares, como todas.

Palacio Real de Fez.

Palacio Real de Fez.

También es impresionante el paseo y el pedazo de plaza en la que se encuentra.

Plaza en la que se encuentra el Palacio Real de Fez.

Plaza en la que se encuentra el Palacio Real de Fez.

Seguimos por el barrio judío y luego subimos hacia las tumbas desde donde se tiene una panorámica de la medina de Fes impresionante. Allí al lado también se ve el museo de las Armas, al que no fuimos.

Cementerio de Fez

Cementerio de Fez.

Medina de Fez.

Medina de Fez.

Luego bajamos bordeando un trozo la larguísima muralla de la Medina, que tiene unos 14km., y aparcamos el coche en un parking al lado de la puerta Bab Bou Jeloud, la puerta de acceso a la Medina Fez el-Bali.

Puerta de entrada a la Medina de Fez.

Puerta de entrada a la Medina de Fez.

El resto de ruta evidentemente fue a pie por el interior de la medina. Empezamos por el mercado de comida:

Mercado de comida de Fez

Mercado de comida de Fez.

seguimos callejeando hasta el antiguo reloj hidráulico, luego entramos en la Medersa Bou Inania. Es muy bonita con sus techos y paredes tallados en madera de cedro y estuco y los mosaicos de las paredes.

Medersa Bou Inania de Fez

Medersa Bou Inania de Fez.

Medersa Bou Inania.

También nos explicó como hacen las abluciones y vimos la mezquita que hay en el interior.

Luego empezamos a ver artesanos: los de las lápidas, los hornos públicos. También nos llevó a una escuela de parvulario:

Guardería en Fez.

Guardería en Fez.

Llegamos a una plaza que es el centro de la Medina. Estamos en la zona de los carpinteros. Aquí está el museo de la Madera. Luego vimos los tronos de los novios y su fabricación. Muy curioso.

Trono de novios.

Trono de novios.

Previamente los habíamos visto en otro pueblo y nos pensábamos que eran los tronos de los 3 reyes magos de oriente, aunque no nos cuadraba mucho con el Islam.

Tronos de novios.

Seguimos hacia las curtidurías. Subimos a una terraza y allí nos explicaron el proceso de fabricación. Impresionante. Nos dieron un trocito de menta pero la verdad es que no olía muy mal. El señor nos dijo que no hacía muy mal olor puesto que hoy no hacía mucho calor.

Curtidurías en Fez.

Curtidurías de pieles en Fez.

Y las vistas desde la terraza:

Panorámica de la medina de Fez

Panorámica de la medina de Fez.

Luego estuvimos en el Mausoleo de Mulay Idris II, hijo de Mulay Idris fundador de la ciudad Santa que habíamos visitado el día anterior, sólo en la puerta puesto que no se puede entrar.

Callejeando continuamos por el mercado de las esencias, la ropa marroquí para hombres y mujeres, los vestidos de novia, las telas, cinturones y zapatos.

Llegamos a la Mezquita Al Karaouine, conocida por albergar la universidad más antigua del mundo, fundada por una mujer. Como el resto, sólo se puede ver desde la puerta. Lo poco que se puede ver, muy bonito.

Mezquita Al Karaouine.

Mezquita Al Karaouine.

Acabamos el recorrido viendo como se hacen las alfombras. Increíble el proceso de fabricación hecho por mujeres. Creo que dijeron que tardaban más de 1 año en hacer una alfombra reversible, y aunque no soy de alfombras, tengo que reconocer que era preciosa. No teníamos pensado comprar alfombras pero nos ofrecieron un té y nos apetecía sentarnos un rato así que escuchamos la charla.

ANÉCDOTA: Aquí nos resultó muy curioso que nos sacaron la tabla de precios enmarcada como si fuera un cuadro y nos dijo que los precios los fijaba el gobierno marroquí, que subvencionaba el tema, y que eran iguales en todo el mundo. La verdad es que el hombre parecía muy convencido del tema y yo me lo creí, pero cuando le dije que éramos alérgicos al polvo y que no podíamos tener alfombras, rápidamente nos preguntó que cuánto pagaríamos. El precio inicial creo que iba sobre los 700€, y como nosotros seguimos con el tema de la alergia en un momento bajó a los 200 €. Suerte que eran tarifas mundiales!!

Luego llegamos a la plaza de los caldereros. Nos hicieron la explicación de la fabricación de aceite de argán y otros cosméticos y perfumes y nos llevó a los telares donde fabrican telas los hombres, todo manualmente como hace años.

Ya con esto sólo nos quedaba la comida, donde tuvimos otro incidente. Hoy aún no nos había pasado nada raro!!

ANÉCDOTA: Le pedimos al guía que nos llevara a un restaurante que se comiera bien. Él nos dijo que nos iba a llevar a un restaurante muy limpio, bueno, bonito y barato y que se estaba fresquito. Él comía con unos amigos en el piso de arriba y cuando acabáramos, pues nos llevaba al coche y de vuelta al hotel y con esto habíamos acabado la visita. El restaurante no recuerdo como se llamaba pero tenía muy buena pinta. Efectivamente, tenía todas las características que nos había dicho el guía excepto en lo de barato. Nos trajeron una carta con menús cerrados: primero (ensaladas) + segundo + postre (frutas). No quería comer ni ensalada ni fruta y los menús más baratos costaban 170 dh. Si por esto el día anterior habíamos comido los 3!! Nos lo hablamos entre nosotros y los 3 estuvimos de acuerdo que no era el tipo de restaurante que queríamos puesto que éste era 100% turístico. Le dijimos al camarero que avisara al guía, que estaba en el piso de arriba. Nos dijo que ahora venía. Estuvimos un rato esperando y ni el guía ni el camarero, no aparecía nadie, nos dejaron olvidados en un rincón. Mi marido sugirió que hiciéramos el número de poli bueno y poli malo y que lo que yo quisiera hacer a él le parecía bien y que le siguiera la corriente. A mi me tocó ser el poli malo. Como llevábamos allí un rato y no venía nadie llamamos de nuevo al camarero y le dijimos otra vez que llamara al guía. De nuevo nos dijo que sí. Como no lo hacía, al rato le pregunté que si Hassan, el guía, estaba escaleras arriba. Como vio que iba para allá, me dijo que me esperara y subió él. Quizás que no estaría permitida la entrada de mujeres arriba?? Entonces sí que apareció Hassan. Le dije que no nos gustaba el sitio, que estaba muy bien pero que era totalmente turístico y que queríamos algo más tradicional. Mi marido ya empezó con el rollo que si estas mujeres siempre dando la lata, que si no están contentas con nada… El guía dijo que podíamos pedir platos sueltos, que no hacía falta coger menú pero yo insistí que no es el tipo de restaurante que queríamos y aceptó a llevarnos a otro sitio. Pagamos el refresco que nos habíamos tomado y nos fuimos. Luego hablando con él nos dijo que no lo habían avisado ninguna de las 2 veces… Mi marido seguía con su papel de cabreado con nosotras, para quedar bien, y tan bien lo hizo que yo empezaba a dudar de si quizás teníamos que habernos quedado en el otro restaurante, y nuestra hija pensando que su padre se había cambiado de bando, pero un guiño a tiempo me hizo saber que todo iba bien. Esta es la foto del primer restaurante, que hicimos mientras esperábamos…

Restaurante turístico en Fez.

Callejeamos un poco y llegamos a una zona donde hacían comidas. Nos metimos en un pequeño puesto, con un calor asfixiante, a pesar de que muy amablemente nos situaron debajo del aire acondicionado. En el escaparate había pinchos. Nos dieron la carta y había la comida tradicional, justo lo que queríamos. Comimos unos pinchos buenísimos y muy tiernos. Los mejores que hemos comido en todo el viaje y con diferencia. También comimos tajine con huevo delicioso. Estuvimos estupendamente y nos trataron super bien, pendientes de cualquier cosa que necesitamos. Hay quien puede pensar que estamos locos con el cambio, pero estuvimos de escándalo.

Restaurante en la medina de Fez.

Restaurante en la medina de Fez.

Acabamos con un te y un par de zumos. Pedimos uno de plátano y nos dijeron que no había. Al cambiar a naranja nos dijo que un momento. Fueron a la tienda de al lado a pedir plátano y en un momento lo tuvimos preparado. A mi no me gusta el plátano y en mi vida he probado un zumo tan bueno. En fin, que la aventura acabó genial y muy bien para nuestro estómago y mejor aún para nuestro bolsillo.

Restaurante en la medina de Fez. Batido de plátano y zumo de naranja.

Para acabar volvimos a recoger el coche y de allí a nuestro hotel. Lo que quedaba de tarde fue relax en la piscina, que estaba muy apañada, y te hacía recargar las pilas.

Día 4: Meknes y Rabat