El segundo día empieza con la visita del Monasterio de Gergeti que, como está lejos, nos ha hecho madrugar. Tenemos 190 km por delante, cerca de 3horas.

Salimos a las 7 de la mañana. A esa hora en la autopista apenas hay coches, por lo que merece mucho la pena madrugar. Así puedes conducir tranquilamente y te ahorras tener que ir pendiente de cómo conducen el resto de los vehículos.

Carretera Militar Georgiana

El primer tramo de carretera estuvo muy bien. Luego en Mtskheta haces el cambio de carretera y coges la carretera militar georgiana que es la autopista E117 que va hacia Rusia y en la que hay muchísimos camiones, aunque creo que no encontramos tantos.

Por la zona de Ananuri, como hay un lago, a estas horas encontramos bastante niebla. También algunas carreteras seguían nevadas y aunque estaban perfectamente despejadas, en los márgenes había muchos montones de nieve.

El viaje fue plácido todo el camino hasta llegar a Stepantsminda. Todo el camino fue muy espectacular, y cada vez más cuanto más nos acercábamos al final del trayecto. Pasamos por la estación de esquí de Gudauri y por el Monumento a la Amistad que lo vimos de subida, aprovechando que no había nadie.

En la mayoría de las visitas turísticas hay que pagar el aparcamiento, normalmente unos 2-3 laris. Aquí costaba 3 laris.

Monumento a la Amistad, en la Carretera Militar Georgiana.

El Monumento a la Amistad es espectacular. Además de lo curioso del monumento, lo más impresionante es su emplazamiento, sobre todo ahora que está todo nevado. Da la sensación de que las montañas te caen encima todo el trayecto. Nosotros no estamos acostumbrados a ver nieve y nunca habíamos visto tanta, así que fue un plus. Todo el país lo hemos encontrado completamente nevado y está totalmente rodeado de montañas, una preciosidad.

Monasterio de Gergeti

Una vez en Kazbegi, nos quedaba 6 km hasta subir a la ermita. Parece que la carretera hace un par de años que ha sido asfaltada, por lo que puedes subir con tu vehículo. Antes había que subir en los 4×4. Lo que no sabíamos es que esta zona iba a estar llena de nieve. Al principio el camino estaba bien, pero a medida que íbamos subiendo cada vez íbamos encontramos más nieve helada en la misma carretera y, como la carretera es estrecha y la nieve está helada, no nos quedó otra opción que seguir subiendo puesto que no podíamos dar la vuelta.

Como los márgenes están llenos de nieve helada, al final la carretera se limita al carril que dejan la marca de las ruedas, porque básicamente hay tres marcas y la del medio coincide de subida y de bajada. Así que el problema era cuando venía alguien en sentido contrario, que alguno se tenía que salir de la marca de las ruedas. Nosotros llevábamos otro coche delante, así que lo fuimos siguiendo, pero se le fueron complicando las cosas y a nosotros también.

Fue subiendo alguna furgoneta turística y también algún 4×4, que supongo que deben ser los que hacen los visitas hasta arriba, y ambos nos iban adelantando. Los kilómetros iban bajando y nosotros íbamos subiendo lentamente, pero había tramos en los que los bajos del coche iban rascando la nieve, así que estábamos preocupados de habernos metido allí.

Al alquilar el coche nos limitaron algunos lugares, que no conocía así que le dije a dónde teníamos pensado ir y nos dijo que ningún problema, tampoco con Kazbegi.

Al coche de delante le iban patinando las ruedas y el coche se le iba un poco. Difícilmente te ibas a estrellar en ningún sitio, porque no te podía salir de las marcas de las ruedas, pero el coche no se movía y podíamos haber roto algo en los bajos que nos hubiera complicado el resto de las visitas.

Cuando quedaban unos 600 m la calzada se hizo más ancha y decidimos desistir porque cuanto más subías, más rozaban los bajos del coche en la nieve helada. Así que ahí ya dimos la vuelta y volvimos para abajo. Y a los pocos metros nos cruzamos con uno que subía y allí hubo que maniobrar.

Así que, si quieres venir hasta arriba en invierno, mejor antes de empezar a subir parar en la zona de aparcamiento donde había vehículos 4×4 que te pueden llevar arriba. Nosotros empezamos a subir porque la carretera estaba bien y luego ya no pudimos dar la vuelta hasta casi el final.

Pues nada, hicimos la foto desde abajo, que se veía la ermita arriba del todo y aquí acabó la excursión. En cualquier caso, nos encantó recorrer la carretera militar georgiana, los paisajes son espectaculares. Al no completar la visita a la iglesia, íbamos bien en los tiempos previstos, a pesar de que la conducción la hicimos despacito, para disfrutar también de los paisajes.

Y ya de bajada encontramos un pequeño accidente que nos llevó media hora de espera porque en la carretera, al ser de un único sentido y estar el coche atravesado, había que esperar porque daban paso alternativo.

Fortaleza de Ananuri

Precio: gratis. Hay que pagar 2 laris por el parking

De bajada, la siguiente visita que teníamos era la fortaleza de Ananuri, que está ya cerca de Tiflis. El tiempo de visita previsto incluyendo desplazamiento y visita era de 13 a 16h, y acabamos hacia las 15h.

La fortaleza de Ananuri está muy chula, es una fortaleza medieval con una iglesia dentro y está al borde de lo que parece un lago, que en realidad es el embalse. Así que las vistas son muy bonitas con el lago de fondo, pero está en peor estado de lo que pensábamos.

De las tres iglesias que hay, sólo está abierta la más grande, que es curiosa con los grabados que tiene por fuera y una gran pintura del Juicio Final en el interior.

Aparentemente se podía pasear por las murallas, pero están en bastante mal estado y muchas de ellas están cerradas. De hecho, están reformando la fortaleza, así que le dimos la vuelta, vimos las vistas del lago, hicimos la frikada de disfrazarnos con unos trajes que tenían allí y que nos reímos un rato y la visita nos duró una horita larga. También en el exterior hay tiendas de souvenirs.

Y como íbamos bien de tiempo, avanzamos con las visitas puesto que, supuestamente, durante el fin de semana tenía que llover, así que el siguiente destino era Mtskheta, a una media hora de Tiflis.

Mtskheta

Mtskheta es una de las ciudades más religiosas de Georgia y patrimonio de la UNESCO. Además, está tan cerca de Tiflis, que facilita la visita en un momento u otro.

En la carretera principal, ya en el desvío hacia la ciudad, encontramos una retención que nos llevó una media horita recorrer unos pocos quilómetros hasta acceder a la ciudad. El cielo estaba formando una neblina que no facilitaba las vistas, así que decidimos aparcar por hoy la visita del Monasterio de Jvari en lo alto de la montaña y cuyo interés eran precisamente las vistas. Fuimos directamente a la catedral de Svetitsjoveli, en el centro.  Accedimos a través de una barrera que estaba subida, preguntando primero si podíamos pasar por ahí, y aparcamos justo al lado, a unos pocos metros. No hubo que pagar nada.

En la catedral, según la leyenda, supuestamente está enterrada la túnica de Jesús cuando estuvo en la cruz y es patrimonio de la Unesco. Es una iglesia fortificada, está rodeada de murallas. La verdad es que nos gustó mucho, también la iglesia por dentro está bien conservada porque está reconstruida. Aquí también estuvimos otra horita.

Luego dimos una vuelta por la zona exterior que hay tiendas de souvenirs y por el centro, donde había buena iluminación de Navidad.

Crónicas de Georgia

Como seguíamos yendo bien de tiempo, no eran ni las 17h, incluimos para hoy la visita a las Crónicas de Georgia, prevista en un par de días. Es un monumento curioso que está a las afueras de Tiflis. Estábamos a 13 km, unos 20 ‘, pero de nuevo encontramos mucha retención así que tardamos más de una hora en llegar. En cualquier caso, anular la visita para ir al alojamiento, tampoco parecía mejor opción puesto que los diferentes carriles de acceso a la ciudad estaban todos colapsados.

El monumento es muy curioso, es una enorme escultura de bronce, cobre y piedra erigida en el monte Kenisi en la parte norte de Tiflis. Se eleva directamente sobre el mar de Tiflis, el embalse artificial más grande de la ciudad. El monumento fue diseñado en 1981 por el artista georgiano que también creó la escultura de San Jorge en el centro de la Plaza de la Libertad.

Se hizo para conmemorar dos aniversarios importantes: 3.000 años de estado georgiano y 2.000 años de cristianismo en el país. El monumento principal consta de 16 altos pilares.

Algunas personas se refieren a las Crónicas como «el Stonehenge de Tiflis», por la forma de las columnas exteriores, de 35 metros de altura. Cada una de ellas está completamente cubierta de relieves formando tres «capas» horizontales: la zona inferior son escenas de la Biblia; la zona del medio son personajes famosos de Georgia; la zona de arriba son tradiciones de Georgia.

También hay en la zona un enorme pergamino de piedra, una iglesia y unas vistas magníficas de la ciudad, con el Mar de Tiflis de fondo.

Acabada la visita fuimos al alojamiento, donde estaremos 2 noches. Es muy recomendable así que más información en el apartado correspondiente. Aparcamos cerca, dejamos el equipaje y fuimos a cenar al restaurante Pasanouri, muy cerca andando.

Comimos muy bien, un tiernísimo pollo, gírgolas y Khachapuri. Había música tradicional.

Desde luego el día no había podido ser más completo. Cuando llegamos al alojamiento, empezó a diluviar. Que suerte tuvimos con el clima!!

Día 3: Tbilisi.

Aquí está nuestro itinerario y aquí nuestros consejos para visitar Georgia.