Porec y Pula: (día 4: lunes, 1 de agosto de 2011)
POREC
Cómo siempre poníamos el despertador a las 7 y la hora de salida se nos hacia las 8. Decir que toda esta zona amanece antes, yo creo que a las 6 ya era de día, y anochece antes también.
Llegamos a Porec y en lugar aparcar en los parkings de la entrada encontramos un hueco allí mismo frente a un bar. Empezamos a pasear por la Plaza Rakovca hacia la calle principal, el decumanus, y vamos a parar a la basílica de San Eufrasio. Son las 9.15 h y está cerrada porque abren a las 9.30 así que seguimos visitando el pueblo. No hay casi nadie, y esto que habíamos leído que había mucha gente… Hay mucha tiendecita de souvenirs y chiringuito para comer. Está todo vacío y vamos a dar una vuelta por el puerto que es chulísimo. El agua está superlimpia y apetece darse un bañito, todo tan tranquilo.
Puerto en Porec, Croacia.
Volvemos hacia la basílica y ahora sí que podemos entrar. La entrada vale 30 kunas por persona. Vemos el baptisterio, subimos a la torre (122 escaleras),
Vistas de Porec, Croacia.
vemos el museo lleno de mosaicos
Museo en la Basílica de San Eufrasio, Porec.
Mosaicos en la Basílica de San Eufrasio, Porec.
y para acabar la basílica, que es patrimonio de la Unesco por la fachada del altar. Es impresionante, todo dorado.
Altar bizantino de la Basílica de San Eufrasio, Porec.
Habíamos visto fotos y parecía pintado, pero está hecho de mosaicos dorados. Es una pasada!! Damos una vuelta más por el centro y hacia Pula, el próximo destino. Hemos hecho la visita en 2 horas.
PULA
Vamos muy bien de tiempo. Llegamos a Pula 1 hora antes de lo previsto. Nada más llegar, antes de entrar a los parking encontramos un coche que se va justo en el mismo puerto y lo dejamos aquí sin tener que pagar. Estamos en racha con los aparcamientos!! Empezamos por la Arena, que la tenemos en frente. Nos ha impresionado. En fotos parecía mucho más pequeña.
Exterior de la Arena de Pula, Croacia.
Como en el foro decían que no vale la pena entrar porque se ve lo mismo por fuera que por dentro, y además hay una buena cola, pues hemos subido a verla desde arriba y se ve perfectamente el interior, así que no entramos. Creo que valía 40 kunas por persona.
Interior de la Arena de Pula, Croacia, visto desde fuera.
Seguimos el recorrido por el casco histórico empezando por las puertas gemelas. Luego la puerta de Hércules, que casi nos la pasamos sin verla puesto que tenían justo en medio el cartel del restaurante…
Puerta de Hércules en Pula, Croacia.
Luego la puerta de oro, la capilla Santa María Formosa hasta llegar a la plaza donde está el ayuntamiento y el templo de Augusto. Las dos cosas muy curiosas y el ayuntamiento con trozos de otros templos incrustados en su fachada.
Templo de Augusto en Pula, Croacia.
Al final está la catedral, que es curiosa porque tiene el campanario construido aparte.
Catedral de Pula, en Croacia.
Al castillo ni nos planteamos subir porque decían que era una buena paliza y que sólo valía la pena si pensabas visitar el museo. Como no era el caso y hacía mucho calor, lo descartamos directamente.
Como el calor aprieta nos tomamos otro heladito al fantástico precio de 7 kunas y para acabar seguimos bordeando el puerto hasta llegar al coche. Hemos hecho la visita en 2 horas.
Para terminar con Pula, os dejo una foto de cuadro…
Una foto de cuadro… en Pula, Croacia.
El próximo destino son los Lagos de Plitvice que veremos mañana por la mañana, pero hoy tenemos que llegar allí y son casi 4 horas en coche. Como vamos sobrados de tiempo, buscaremos una playita para darnos un chapuzón. Cómo Pula no nos ha gustado para bañarnos vamos hacia Opatija, que está de camino, y así avanzamos ruta. Que mala suerte! Con el sol que hacía y ahora por el camino se pone a llover… Así que decidimos alargar algo más la ruta, intentando no salirnos mucho del itinerario, a ver si para mientras tanto y pasamos algo más lejos de Rijeka. Finalmente fuimos un poco mas al sur y aquí encontramos una playa apañada para darnos un bañito. También ha dejado de llover.
Baño en el Mar Adriático.
Ahora ponemos rumbo a Plitvice, donde tenemos reservado apartamento. Nos queda un par de horas de coche, según el GPS, unos 130 km, así que llegaremos pronto, sobre las 19.30 h. Hemos quedado a cenar con unos amigos que están haciendo ruta por Croacia y mañana veremos los lagos de Plitvice juntos. Luego cada uno seguirá hacia su destino.
El paisaje desde aquí es precioso. Vamos bordeando la costa y se ven unas montañas altísima. Al cabo de un rato nos adentramos hacia el interior. Lógico puesto que hay que cruzar de oeste a este toda Croacia. Pillamos un trozo de carretera en obras. Luego la carretera se va haciendo más estrecha y más mala, con muchos baches. Además la velocidad que nos marca el GPS es a 90, cuando no se puede ir a más de 40-50. Paciencia. Avanzamos muy poco a poco. La hora inicial prevista de llegada eran las 19.30, pero ya son cerca de las 19 y aún nos queda un buen trozo.
Cartel de “Peligro Minas”, en los bosques de camino a Plitvice, Croacia
No nos cruzamos con nadie en la carretera y cada vez el camino es peor. Tanto, que acabamos en un camino de carro en medio del bosque. Apenas encontramos alguna casa y alguna zona de cultivo. La vegetación frondosísima y el GPS en sus trece de que a 90. Ya para colmo vemos unos carteles en croata que no entendemos, pero lo que si nos queda clarísimo es el dibujo de una calavera que pone MINE.
La traducción del cartelito es algo así como” No se acerque a esta área. Gran peligro de minas”.Para flipar. Nos hemos metido en la Croacia profunda. Los baches cada vez se hacen más grandes, con charcos en el camino que nos sabes si los agujeros son muy profundos, lo que aún ralentiza más la marcha. Cada indicador que veíamos lo fotografiábamos por si acaso, puesto que no teníamos ni idea de dónde estábamos. Disminuimos a 20-30 km/hora. Y los cartelitos de minas que están por todas partes. Nuestra hija que se despierta de su siesta y ve donde nos hemos metidos y se pone de los nervios. Y eso que se ha pasado durmiendo la mitad de la ruta!! La pobre asustadísima nos dice: “por si no salimos de esta, sabéis que os quiero, verdad?”. No sabíamos si reir o llorar. A mi me da un ataque de risa porque parecía que no podía ser peor, pero en medio de la carretera de tierra pillamos un desprendimiento. Yo ya me imaginaba un árbol cruzado en medio de la calzada y tener que desandar la ruta marcha atrás puesto que era imposible dar la vuelta. Pero claro, mi marido se encargó de que se me pasase la risa de golpe diciéndome: “como se reviente el cárter ya nos quedamos sin viaje y sin coche”. Para colmo algún pedrusco que golpea los bajos del coche. Ahí sí que se me pasó la risa de golpe. Y los dichosos carteles de minas que no cesaban de aparecer. En el camino vimos liebres, ciervos y zorrillos. Ya solo faltaba que apareciera algún oso. Y al final, llegamos a carretera asfaltada. Nos faltaban unos 20 o 30 km para llegar al apartamento y ya eran más de las 21. Ahora solo falta encontrar la casa de noche, y llevaba muy buenas indicaciones para encontrarla, solo que estábamos llegado en sentido opuesto.
Cuando creo haber llegado al pueblo y ponemos toda nuestra atención para encontrar el apartamento, vemos a pie de carretera a nuestros amigos, que se habían pasado allí media tarde esperando que llegáramos. Menos mal porque eran cerca de las 22, totalmente de noche (allí a poco más de las 8 ya ha oscurecido) y no sé si hubiéramos encontrado la casa a oscuras…
Que alegría nos da llegar!! Menuda jugarreta la del GPS. Como fuimos más al sur de lo pensado buscando la playita para bañarse, nos detectó la ruta por carretera secundaria en lugar de autopista y aquello no llegaba ni a la categoría de comarcal. Una ruta de un par de horas se convirtió en casi 5. Suerte que íbamos con tiempo…
La habitación está muy bien y la dueña muy agradable.
Apartamento en Plitvice, Croacia
Nuestros amigos ya se habían informado de un restaurante allí cerca para cenar y nos vamos andando. Cenamos genial y bien de precio, como siempre. Cuando salimos del restaurante e íbamos a volver andando por la carretera apagan las luces del restaurante y se apagan también las luces de las farolas. Para flipar! ¿Es que el restaurante está conectado a las farolas? Qué más nos va a pasar hoy?? Como el restaurante no estaba en ningún pueblo, no se veía absolutamente nada. Solo un precioso cielo estrellado, que hacía años que no había visto nada igual. Sacamos los móviles que era lo único que podía dar un poco de luz y empezamos a buscar el arcén de la carretera. De repente que vuelve la luz en el restaurante y en las farolas. Rápidamente volvemos al apartamento, que ya está bien de emociones por hoy!!!
Día 5: Lagos de Plitvice, Rastoke y Zagreb (Croacia); Ljubljana (Eslovenia)
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